Olivia.
Fui al cuarto de baño y lavé la sangre que brotaba de mi labio inferior. Le resté importancia y me concentré en un hecho más importante: El beso. No puedo describir exactamente qué fue lo que sentí, fue como si me elevara, mi cuerpo fue inundado por mil mariposas que chocaban entre sí. Éste Nathan era diferente, tenía algo diferente hoy que por más que buscara la respuesta en su mirada no la podía descifrar. Se veía triste y desanimado, el aura oscura lo arropaba cada vez más.Se encontraba sentado en el viejo sofá de la sala, con la mirada perdida en cualquier punto de la pared. Me senté a su lado.
—Perdón por ser tan... ¿Idiota?—le dije casi en un susurro.—Sé que algo te pasa.
—Me arrepiento—su voz siempre tenía un aire de misterio, tan grave y ronca al mismo tiempo—Me arrepiento de haberte besado y ser quien fui hace unos minutos.
—¿Lo dices en forma de disculpa o porque odiaste haberme besado?
—La segunda opción y mucho más.
—Días como hoy me dan ganas de aplastar tu cara—expresé con odio—Voy a salir.
—No.
—Voy a salir—repetí.
El móvil de Nathan sonó, éste lo sacó de su bolsillo y conrestó.
—Dime.
—...
—Fue un acuerdo al que llegamos—su rostro cambió drásticamente al enojo.
—...
—Te pagué mucho, Arnold, no hay forma.
—...
—¡Que no, imbécil!—esto ya me estaba asustando.—Me importan una mierda tus sucios negocios.
—...
—Eres un completo hijo de puta—truncó la llamada.—Empaca tus cosas rápido. Nos vamos—me ordenó con desesperación.
Corrí a mi habitación sin hacer preguntas o seguir reprochando, algo me decía que no era el momento de hablar.
Saqué la valija que estaba debajo de mi cama y puse mi ropa y cosas personales en ésta.—¡Rápido, Olivia!—Nathan me apuró. Algo no anda bien.
Terminé de empacar lo más rápido que pude.Nathan también tenía una maleta a su lado. Lucía desesperado y angustiado.
—Vamos al auto.
Salimos de la casa. Nathan cerró la puerta con llave y luego subimos al auto. Emprendimos camino. El móvil de Nathan sonaba y sonaba. Arnold lo llamaba y él no contestaba.
—¿A dónde vamos?—pregunté con un poco de inseguridad.
—Por ahora a Gresham. Según el GPS está a 32 minutos de aquí.
Oh, ¿Por qué vamos a Gresham? No quiero ir a Gresham.
—¿Por qué huímos?—me ignoró. Cerré los ojos y me posicioné más cómoda en el asiento del auto.
—Pensándolo bien.. Vamos a ir a Boise City—cambió el rumbo del GPS. Estoy boquiabierta.
—¡¿Estás loco, Nathan?! Boise está como a 10 horas de aquí.
—Son 9 horas, para ser más exacto.
Negué con la cabeza. No puedo creer que Nathan conduzca 9 horas para llegar a Boise, ¡Es otra ciudad!. Si estamos huyendo tan lejos es porque de verdad está sucediendo algo serio.
—Te dolerá el trasero—le advertí con la esperanza de que borrara esa loca idea de viajar tan lejos.
—Haré una parada cada hora y media.
—Te quedarás dormido y vamos a morir—creo que exageré un poco.
—Nos detendremos a dormir a las 11.
—Faltan 6 minutos para las 11—dije mirando el reloj en su muñeca.
—¿Podrías dejar de hablar tanto?
—Que aburrido eres. Deberías escuchar música y hablar con amigos, también sal..
—Olivia—dijo en tono de advertencia.
—Ya, me callo.
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Hola 🙋💐
Les invito a pasarse por multimedia y gastar 1 minuto de su valioso tiempo.Gracias por leer.
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Nathan: Un Mundo Sin Color
Teen FictionOlivia Clark, una chica de 16 años. Inocente y medio tonta, ignorante de lo perverso. Bonita, lista, graciosa y extrovertida. Su rostro reflejaba ternura. Él, con la sangre fría, ojos carnales y sentimientos congelados. Con mil oscuros secretos que...