Capítulo 21: "Juuzou/Rei."

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Sadako a penas podía seguirle los pasos a Juuzou que la tironeaba del brazo sin soltarla. Llevaban más de tres cuadras caminando así mientras que la gente de los alrededores se detenían a mirar qué ocurría.

— Juuzou, me estás haciendo daño. — la joven se detuvo y de un tirón se soltó de los pálidos y delicados dedos del albino. — ¿Qué demonios fue todo eso? Sé que los chicos pueden ser desagradables, sobretodo la primera vez que los conoces y por lo mismo los evito, pero estás actuando como si yo te hubiese hecho algo. — La pelinegra estaba irritada. Su mirada era seria y su entrecejo estaba arrugado.

— No quiero que trabajes ahí, eso es todo. — susurró el albino entre dientes.

— Acabo de firmar un contrato... además tengo que trabajar. Ya casi ni me queda dinero... ¡Mierda, debo volver por mi paga! — Sadako abrió los ojos a la par y se dio media vuelta disponiendo volver por su dinero.

— Koneko-chaaaaan, hoy no. Por favor... no vuelvas allí. — el albino se dio la vuelta y tomó a Sadako de la mano esta vez de una forma más delicada.

— Juuzou, en serio...¿qué carajos ocurre? — la pelinegra intentó mirarlo a los ojos pero él desvió la mirada.

— ¿Podrías ir por tu paga cuando esos chicos se vayan? — Juuzou estaba a punto de hacer un puchero como un niño pequeño aún mirando hacia un rincón.

Sadako sólo lo quedó mirando fijamente sin entender nada. No quería preguntarle nada más ya que parecía estar algo exaltado. Asintió dándole en el gusto y por un impulso se acercó entrelazando los brazos por su cintura y apoyó la mejilla en el pecho del albino..

— Oye... ¿y si vamos por unas donas y luego a casa? — susurró la joven mientras sentía la calidez del pecho del peliblanco contra su mejilla.

— Yo sólo... quería arrancarles la lengua a cada uno de ellos, medirlas y ver cuál era más larga. ¿Estás segura que ninguno es un ghoul? — preguntó Juuzou con bronca abrazando a la chica. Sadako solo rió para luego retroceder saliéndose del abrazo y tomar su mano.

— No... sólo son chicos idiotas y cabezas huecas. Vamos a comprarte unas donas a ver si cambias esa cara.

Juuzou iba de la mano de la pelinegra mientras que suspiraba aún algo molesto. No sabía como cambiar su actitud y no quería seguir siendo grosero con ella. Ni él sabía que era lo que tanto le fastidiaba.

— Oooooh, pero ¿por qué está tan lleno? — exclamó la joven al ver que la panadería donde iban a comprar las donas estaba repleta con una fila que llegaba hasta afuera de la puerta de entrada. — Intentaré infiltrarme adelante, ¿me acompañas?

— Yo me quedo acá... — exclamó Juuzou mientras desviaba la mirada.

— Oh, está bien. Entonces espérame aquí... — Sadako se empinó y besó su mejilla con una expresión triste. Juuzou se pudo dar cuenta.

— Yo... Koneko-chan, ¿podríamos ir a casa? De verdad debo decirte algo. — el chico intento sonreír de una forma muy extraña. Se le notaba acongojado y ya había dicho que necesitaba hablar con ella.

— De acuerdo, pero... ¿estás bien? — la chica alzó una ceja bastante preocupada. El peliblanco sólo asintió y caminaron hasta el paradero de buses. Esperaron en silencio unos momentos hasta que llegase su transporte y se sentaron el los asientos de atrás.

Sadako a ratos solía bostezar. No era un trabajo de mucho esfuerzo, pero la tensión la agotaba. No era fácil lidiar con chicos insistentes y con una cámara encima ni ser el centro de atención. Ella sólo se acomodó apoyando su espalda contra el respaldo del asiento y cerró los ojos. Ya dormida, se apoyó en el hombro del albino, el cuál sólo se sonrojó y pasó su brazo por detrás de la espalda de la joven para evitar que cayera hacia el otro lado.

~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora