~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)

Capítulo 76: "Escuadrón Suzuya."

Ya temprano en la mañana Sadako había desayunado, "tomado" sus medicinas y había cambiado el parche de su ojo por uno negro en caso de que éste volviera a sangrar. Antes de haberse puesto el parche, abrió su párpado frente al espejo logrando ver solo una gran cuenca negra y vacía. La regeneración aún no empezaba.

— ¿Cuánto se supone que debe pasar...? Mierda... — gruñó entre dientes. — Si alguien se entera, estaré en problemas. Creerán que nuevamente ando con actividades autodestructivas y me encerrarán. — suspiró para echarse boca abajo sobre su cama y esperar a que la hora transcurriera para que Juuzou llegara entretanto jugaba en su celular con el emulador de Nintendo.

Normalmente, a la pelinegra le ponía nerviosa conocer gente nueva, pero estaba tan ensimismada con el tema de los estudios, el entrenamiento, su ojo y todo lo demás, que estaba pasando por alto aquel factor. 

De pronto, golpearon a la puerta y sin esperar respuesta una cabellera negra entró saludando estruendosamente.

— ¡BUEEEENOS DÍAS! — exclamó Juuzou abalanzándose sobre ella con ambas mejillas enrojecidas.

— Suzu-chaaan... — susurró ella dándose la vuelta para quedar abrazados de frente sobre la camilla. — He extrañado despertar a tu lado y que me digas "buenos días", ¿sabes?

— Oh... — Juuzou entre abrió sus labios quedando helado. Ella no era la única que extrañaba eso. — ¿Estás lista? — preguntó para cambiar de tema, ya que no quería que se notara ese quiebre. 

— Sí... ¿crees que les agrade? — preguntó ella levantándose para colocarse sus botas. 

— Por supuesto que sí, además no les queda otra... eres mi novia. — sonrió el pelinegro sacando la lengua. — Veo que cambiaste tu parche, se ve lindo. 

— Si, el blanco no me gustaba... — dijo sin mirarlo y acomodándolo un poco más para que nadie notara alguna particularidad.

Ya en la sucursal del distrito 13 de la CCG, se encontraba el escuadrón entero sentados al rededor de una mesa rectangular. Hanbee les explicaba a todos la situación detalladamente para que nada saliera mal.

— Bueno, ustedes conocieron el estado de ella, leyeron los reportes e informes médicos. Obviamente hay cosas que el superior no quiere que ella sepa para no afectar su recuperación. Por ejemplo, lo del... lo del aborto del híbrido y que sus niveles de células Rc son algo altos. Intenten tener cuidado con eso, chicos. Espero jamás se altere o se salga de control, sería bastante... complicado y comprometedor.  

— ¿Se ve disciplinada? — preguntó un chico de cabellos rubios dividido a la mitad. 

— Eeemh, osea... cuando le dije todo lo que debía estudiar aceptó inmediatamente. Ella es como madura a la vez, pero al mismo tiempo muy parecida al superior... Es complejo decirlo. — respondió Hanbee algo confuso. 

— Me pregunto qué tipo de chica será. — suspiró un joven de cabello corto y púrpura disparado en la parte superior. Tenía perforaciones en sus orejas.  

— Bueno... ella es bastante linda la verdad. Su apariencia es algo seria y arisca, pero incluso a mí se me hizo fácil de tratar. Al menos esa impresión me dio el poco tiempo que la vi. — dijo Hanbee encogiéndose de hombros.

— No es justo que tú la hayas conocido y hayas estado con una celebridad, Abara. Al menos lo hubiera hecho Keijin, ya que es el vice-líder y es el mayor. — reclamó un chico de cabello marrón levantado de la parte de atrás y con un mechón sobre su frente. 

— Yo solo sigo las órdenes del superior Suzuya. — dijo encogiéndose de hombros aún más. — Y bueno... chicos, yo sólo quiero que tengan claro que no pueden exigirle mucho al principio. Acaba de despertar de una catalepsia y de haber pasado cosas horribles. Yo no podría ni siquiera dormir si fuera ella. Cuidémosla como una hermana pequeña, ¿está bien? Además es muy pequeñita, más que el superior incluso... Y se ve delicada y... no sé cómo vamos a entrenar con ella. —  suspiró irguiendo su cabeza hacia atrás.  

— Es verdad. Aunque ella sea un quinx sigue siendo una chica. Debemos medirnos. — acotó el chico de cabellos rubios.

De pronto, la seriedad de la conversación se vio ofuscada por un estruendoso e infantil grito.

— ¡HE VUELTOOOOOOOOOO! Jaja. Hola... — gritó Juuzou alzando los brazos en el aire. Detrás de él se encontraba Sadako.