Capítulo 62: "El principio de un fin."

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La misión no constaba tan sólo con el objetivo de la organización ghoul y la cafetería Anteiku, ya que tal operación había sido irrumpida por dos bandos ghouls creídos en extinción: los "En" y los "Black Dobers", además del Árbol Aogiri. Las bajas de los miembros del CCG al igual que la de los ghouls, iba aumentando rápidamente sin fin ni retorno.

Dentro de todo ese disturbio, entre una oscuridad húmeda... todo era color negro. Sadako poco a poco había comenzado a recuperar la consciencia sintiéndose algo mareada y desorientada. Su visión era como un túnel opaco con los bordes negros y nublados. A duras penas entendía que estaba pasando.

—Uh... —balbuceó con dificultad y algo de frío. Estaba sobre un suelo de piedra rocosa, en algo que parecía ser una especie de calabozo.

Al poder abrir los ojos con bastante dificultad y lograr enfocar su vista orientándose un poco más, pudo estabilizar algo de equilibrio y haciendo fuerza con ambas manos levantó su torso para sentarse. Para su sorpresa estaba completamente desnuda.

— ¿Qué... qué mierda ha ocurrido? —pensó mirando hacia todos lados. Las paredes se veían negras completamente. Ni siquiera podía calcular el tamaño de la habitación donde estaba y la única iluminación eran unas velas prendidas a medio derretir a su lado.

Al intentar ponerse de pie escuchó ruidos de cadenas... cadenas provenientes de grilletes envolviendo sus tobillos.

—Esto no... — las pupilas de Sadako se contrajeron con una expresión perdida, la cuál fue deformada a escuchar una risita acercándose.

—Acabo de escuchar cadenas arrastrándose por el piso. Cielos, ya despertaste... y eso que te golpeé lo más despacio que pude... — se escuchaba la voz de Takeo abriendo una puerta con llave. Luego, el hombre prendió la luz desde afuera.

—Déjame ir, idiota. Esto no es gracioso. —refunfuñó la chica intentando cubrir su desnudez con ambas manos.

—¿Y para qué te cubres? Te inspeccioné entera hace horas. Y déjame decirte que eres mejor de lo que esperaba. —respondió él acercándose.

La pelinegra retrocedió alejándose del hombre pero éste en un abrir y cerrar de ojos la agarró de los cabellos tironeándola hacia en frente.

—Vamos a pasar un buen rato juntos, ¿sabes? — sonrió el pelinegro benévolamente. Sadako lo miró con asco apretando sus dientes mientras él acercaba su nariz a sus cabellos y su cuello.

—Aléjate. — reaccionó ella de forma arisca, reacción la cuál a él no le agradó.

—Si vuelves a hablarme así, haremos las cosas a la mala... —advirtió él dando un fuerte golpe en el aire con la palma de su mano y haciéndolo aterrizar en el oído derecho de Sadako.

Sus ojos se nublaron al igual que su visión, mareándose nuevamente con el estómago revuelto por el dolor. De inmediato cayó al suelo.

—Debes sentirte bastante mal, ¿no? Te aconsejo que empieces a acostumbrarte. — miró despectivamente ladeando su cabeza.

La joven no pudo aguantar las náuseas ni las contracciones de su estómago vomitando inmediatamente. Las bilis y jugos gástricos recorrían su mentón mientras que poco a poco se daba cuenta que su audición iba disminuyendo cada vez  más pudiendo escuchar prácticamente NADA.

—¿Po-por qué...? —susurró ella con los brazos temblorosos intentando sujetarse con el torso tendido en el suelo.

— ¡¿POR QUÉ?!... ¿Tienes el descaro de preguntar por qué? —exclamó el mayor haciendo una mueca de ira y sentándose de cuclillas en el suelo. —¿Acaso olvidas la humillación de la fiesta?

—¿Sólo por eso...? —dijo ella tapándose el oído con la palma de su mano. Seguía bastante mareada y su mirada se redirigía sola a distintas partes a causa de la desorientación. —¿Y la humillación que tú me provocaste a mí más de una sola vez...?. ¿Por qué querría besarte? —al terminar de decir aquellas palabras, un puñetazo fue lanzado a su mandíbula dejándola un poco desencajada. Ella no podía cerrar la boca mientras que el dolor seguía revolviendo su estómago.

— ¿Sabes cuántos años llevo intentando llamar tu maldita atención? —gruñó el.

—Casi... 8 años. — dijo a penas... tocando su mandíbula por instinto. Sus manos temblaban sin siquiera saber que estaba haciendo, puesto que tampoco se las sentía.

—Y llevas la cuenta de todo el tiempo que te has hecho rogar, maldita perra. — la volvió a agarrar de los cabellos para levantarla por los aires azotando su cabeza al suelo metros más allá. Su fuerza llegaba a ser absurda.

Sadako sintió la textura del suelo rocoso penetrando en su cabeza ocasionándole un leve sangrado. Dentro de toda la oscuridad y desorientación ni siquiera se había dado cuenta de si había caído de boca, de lado o espalda.

—Pa-para qué querías mi atención si... tenías la de todas tus novias, desaparecidas por cierto. —siguió contestando de forma altanera.

—¿Ellas? jaja. ¿Sabes qué te ocurrirá a ti si sigues con esa actitud? — se acercó caminando y al pararse de frente, quitó sus lentes de sol para quedarla mirando. —Pues, terminarás igual que todas ellas. —amenazó con una sonrisa distorsionada mientras sus ojos se tornaban negros por completo y con las pupilas rojo furia. Parecía que ardían como una llama infernal al centro de lo que parecían ser trizaduras en su piel.

—Tú eres... —dijo Sadako aún tendida en el suelo.

—Jaja, ¿un ghoul?... ¿Sorprendida? — exclamó con un tono burlesco liberando su kagune de debajo de la escápula, el cual envolviendo su brazo semejaba un gran y grueso aguijón. Era un ghoul tipo Koukaku.

—No, la verdad... —respondió Sadako con sinceridad. Y es que haya sido en broma o en serio, incluso muchas veces se lo había comentado a Ryota. De todas formas, Takeo se lo tomó mal pensando que se burlaba de él.

—Eres una puta insolente. — exclamó mientras se paraba con un solo pie y tomó impulso con mucha fuerza con el que se encontraba en el aire para patear las costillas de la pelinegra.

Sadako abrió sus ojos a más no poder mientras un grito ahogado y mudo se escapaba de su boca. Las patadas seguían una y otra vez acompañadas de sus gritos y a ratos, perdía el aire cuando aquellos puntapiés aterrizaban en su estómago. Cada vez los golpes eran más y más intensivos logrando así, un crujido en el torso de la joven.

—¡Eso ha sonado magnífico! Hahahaha. — exclamó el Dj.

Sadako con ambas manos temblando y con un hilo de sangre recorriendo su boca, intentó tocar sus costillas. Al menos... tendría quebrada tres. Y en caso de que uno de esos huesos rotos de esas costillas hubiese penetrado un órgano, dentro de poco estaría muerta.

El dolor la tenía enmudecida, y es que sentía incluso sus huesos vibrando mientras que la hinchazón interna en su estómago le robaba el aire.

Sin decir palabra alguna, Takeo la levantó de los cabellos y la arastró como un muñeco de trapo cerca de una de las paredes de la habitación y sujetándola del cuello, con la mano libre la esposó de ambas muñecas. Luego se acercó a sus labios para lamer la sangre que escurría de ellos. La mandíbula de la joven poco a poco estaba volviendo a recuperar su movilidad.

—Uuumh, eres deliciosa. Y tu olor... tan dulce. —exclamó el carnívoro cerrando los ojos y dando un leve tiritón dentro de un extraño éxtasis. —¿Sabes? muy poca gente tiene el olor así, casi nadie. Yo siempre he pensado que es el olor a la pureza. Es una lástima que ese marica de cabello blanco sea tu novio. Si es que no es una chica...

Sadako comenzó a reír de forma obscena. Su carcajada se escuchaba tan fuerte que incluso el ghoul dio un paso atrás. Y es que aparte de haberse sentido furiosa por aquella ofensa a su novio, los nervios y el dolor le estaban dando su "reacción nerviosa" provocadora de carcajadas.

—Pureza, jaja. Llegaste algo tarde. —sonrió Sadako de una forma incrédulamente inocente. —¿y él marica...?, umh... a diferencia tuya, se demoró bastante poco en llevarme a la cama. Mientras que tú... ya son alrededor de 8 años y aún no pasa nada. Tenemos casi 10 años de diferencia, pervertido de mierda.

El Dj apretó sus dientes sintiendo como la ira atrofiaba su cordura. Más no podía aguantar las ganas de atravesarla y partirla en dos con su kagune... Aún así se limitó a estrellarlo cerca de su rostro contra la pared, logrando soltar por los aires cientos de escombros de piedra. Aún así Sadako ni siquiera pestañeó.

—No necesito tu permiso para eso. No seas ridícula. —se burló el mayor bajando el cierre de sus pantalones. Su sadismo y perversión tenían un nivel tan elevado, que su miembro llevaba erecto un buen rato.

Sadako abrió los ojos a la par y tragó saliva con los dientes apretados. Su respiración se aceleró provocando un agudo dolor en sus costillas rotas, mientras que la expresión en su rostro le daba aún más placer al necrófago.

Con una sonrisa infame, la agarró de las caderas irguiéndola en el aire desde sus brazos sujetos con cadenas, para así abrir sus piernas y escupir saliva sobre su intimidad. Sadako cerró sus ojos con asco, mientras empuñaba sus manos y sentía el miembro de ese asqueroso ser entrando en su entrepierna a la fuerza y desgarrando sus paredes vaginales.

—Ya soportaste esto un par de veces... respira hondo, respira hondo. ¿Qué hacía para desconectarme de todo?, mamá... ¿que hacía para soportarte? —pensó Sadako mientras por inercia, daba patadas en el aire para inútilmente intentar safarse de la violación. Le fue inevitable recordar cada uno de los abusos de su madre mientras que tal acto era realizado.

Mientras, en alguna parte del distrito 20, Juuzou iba por los aires saltando sobre una moto, mientras que su compañero se quedaba sentado atrás con dificultades para seguirle el paso. Gracias a tal "acrobacia"no realizada por primera vez... Juuzou llegó sobre una gran y amplia azotea donde se encontraba Shinohara y otros colegas peleando inútilmente contra el Búho. A pesar de llevar unas armaduras llamadas "Arata" hechas de kagune, el combate no estaba siendo simplificado por aquella "ventaja."

La apariencia del Búho era bastante distinta a los ghouls normales. Su estatura era mayor, con el cabello grisáceo peinado hacia atrás con dos grandes brazos rojizos terminados en lanzas con un tono entre morado y grisáceo. Poseía espinas en su espalda y vestía un tipo de sotana y una máscara blanca con rasgos inexpresivos a excepción de su ojo derecho color rojo.

Juuzou se abalanzó contra el gran monstruo logrando golpearle el brazo con su quinque, aún así no le hizo un daño significativo.

—¿Difícil, eh...? —expresó el albino con una mueca desganada mientras que Shinohara no pudo evitar exclamar su nombre.

— ¡Juuzou!... —dijo sorprendido el mayor mientras que bajo el edificio explotaba la moto que habían usado como "elevador."

Los pies de Sadako topaban el suelo aunque ella no estaba pisando sobre sus pies, simplemente se encontraba colgando de los brazos, como un trozo de carne ensartada en un gancho y su mirada estaba perdida, mirando un punto fijo al suelo.

—Para que no digas que soy un mal ghoul, he traído una cara conocida para que te asista. Verás... no tiene gracia si te mueres. —dijo Takeo entrando con una sonrisa ladina y arrojando a un anciano de boca al suelo.

Sadako miró hacia en frente y al ver el rostro del canoso, abrio los ojos recuperando un poco los sentidos.

—Doctor... Kimura... —susurró Sadako con un asombro helado.

—Si, este viejo es tu doctor, ¿no? Si no te asiste y te mantiene viva como corresponde, desmembraré a su familia y me la comeré en frente de él. ¿No es así? —exclamó dándole una patada al anciano.

—Maldito hijo de-. — gruñó Sadako con ira.

—Ah-ah-ah. Otra altanería de tu parte y le arranco la cabeza. No me costará conseguir otro doctor.

Sadako frunció el ceño y apretó sus dientes con fuerza. No podía no sentirse culpable por el rapto de su doctor, ¿pero cómo Takeo sabía su dirección e incluso el nombre de su médico?

—Viejo, sus costillas crujen. Haz algo y vé a buscar tus mierdas de doctor. — ordenó el monstruo abriendo una puerta contígua para que el profesional sacara un carrito con implemento médico. Al parecer cuando lo raptó, también robaron insumos del hospital. Estaba todo fríamente planeado.

El anciano sacó el carro y acercándose a Sadako, comenzó a vendar su torso para intentar que sus costillas quedaran de forma fija. Tenía tan poco implemento que no podía hacer más.

—No puedo saber si una costilla ha perforado alguno de sus órganos vitales, no así... sin exámenes y escáners.—dijo el hombre con un tono duro lleno de impotencia.

—Bueno, parece estar bien. Da igual. —Dijo Takeo alzando ambos hombros.

El médico limpió la herida de su cabeza que por suerte era bastante leve y la examinó para saber si había alguna otra herida externa o fractura. Al bajar para mirar sus piernas, no pudo evitar observar que desde su intimidad hasta sus muslos por la parte interior goteaba esperma. Sadako desvió la mirada escondiendo parte de su perfil tras su brazo alzado. El doctor con una expresión de pena, bajó la mirada.

—Lo siento tanto, señorita Matsuki... —las palabras del hombre quedaron estancadas ahí sin poder gesticular ni una sola frase más mientras limpiaba parte de sus piernas con una gaza y un poco de agua.

—Bien bien, da igual. Ahora dame permiso. — gruñó el ghoul empujándolo hacia un lado y tomando un bisturí que se encontraba sobre el carrito.

—No, pero qué va a... —el doctor cubrió su rostro con ambas manos mientras que en la cara de Sadako sólo había una expresión fría y muerta de ojos desorbitados.

—Solo vamos a jugar un rato. Además, tengo hambre. — rió el pelinegro mientras enterraba la punta del bisturí dentro de la uña del dedo pulgar de la joven pasando por el hiponiquio y lecho ungueal para después hacer palanca hacia afuera despegando la lámina ungueal y la uña por completo dejando levantado e hinchado el lecho de la matriz y la cutícula.

Sadako gritó desgarrando su garganta. El dolor era indescriptible mientras toda su mano se paralizaba sintiendo pinchazos en toda la palma y la sangre goteaba al suelo recorriendo sus brazos. Aparte del adormecimiento por el dolor de aquella tortura, su uña no se había insensibilizado.

El ghoul introdujo la uña de la menor en su boca mordiéndola y saboreándola mientras la escuchaba crujir en sus fauces.

—Umh, crujiente y fresca... — comentó suspirando para erguirse y lamer el dedo herido de ella.

Los ojos de Sadako lloraban a causa del dolor y su piel estaba pálida como un papel mientras apretaba sus dientes aguantando el ardor de la asquerosa y húmeda lengua del necrófago contra su dedo. El doctor estaba horrorizado mientras no podía evitar como las lágrimas inundaban sus mejillas.

El Dj reía para sus adentros, y es que todo esto le resultaba tan divertido que no quería parar nunca. Por lo cuál prosiguió repitiendo la misma acción nueve veces más arrancando y comiendo las uñas de ambas manos de la chica. Sadako estaba cansada de gritar, además de que se estaba quedando afónica. Y antes de que el depravado empezara con las uñas de sus pies, ella había perdido la consciencia con la cabeza gacha mientras el anciano agarraba de sus cabellos rogándole al cielo que todo acabara pronto.

En el campo de batalla, Juuzou seguía ágilmente peleando con el Búho junto a los demás investigadores. Aún así no lograban mucho, incluso ni él lograba atravesar al monstruo mientras Shinohara se rompía la cabeza intentando percatarse de qué estaban haciendo mal.

—Juuzou es malo trabajando en cooperativos. Él siempre está retando enemigos fuertes por sí solo... El oponente de hoy es absolutamente fuerte. La "adición" de batallar solo no servirá, debe ser un equipo de batalla "cooperativo." —pensaba apretando sus dientes mientras veía a Juuzou dando piruetas y volteretas por los aires intentando atacar al monstruo y esquivando los potentes golpes de su kagune. —Incluso con ese estilo de pelea "tramposo" el cuál maximiza sus habilidades, se verá superado ante tan poderoso enemigo. Él tiene ese único "genio" de poder, pero no es posible comparar su fuerza física bruta con la de Arima. Con ese enemigo se necesita esa cosa llamada "fuerza", Juuzou... — argumentaba observando cómo Juuzou esquivaba un golpe horizontal, agachándose abriendo sus piernas y manteniendo su peso sobre los tobillos.

—Difícil... —era lo úncio que se repetía el peliblanco con una sonrisa maliciosa y una mirada enfermiza.

Sadako abrió los ojos al sentir un puñetazo en su ojo.

—Nnngh.—balbuceó sintiendo la fuerte presión que hinchaba su cuenca dejándola totalmente ciega temporalmente. Su pápado había engrosado tanto que no podía abrirlo ni cerrarlo.

El frío envolvía su cuerpo haciéndola tiritar, mientras que el único calor que podía sentir era el de la sangre de sus manos cayendo por sus brazos y parte del torso. El ardor en sus dedos poco a poco se fue sintiendo más intenso.

—¿Sabes? —dijo el ghoul masticando. —Te comeré de a poco, esperaré a que te regeneres y mejores y luego seguiré. Serás una fuente eterna de manjares para mi paladar, jajaja. —rió mientras lamía sus dedos y tragaba la última uña de Sadako. —Ah, y no solo eso, también serás mi prostituta personal. Golpear a una mujer siempre me ha excitado...

Mientras volvía a bajar el cierre de su pantalón, Sadako ni siquiera gritaba ni se movía. El dolor la tenía en un estado de transición bastante extraño. Ella podía sentir su cuerpo entero convulsionando pero en realidad se encontraba ahí... quieta mientras el mayor la desencadenada y la arrojaba de estómago al suelo.

—Ahora, toca por aquí... — dijo en un tono burlesco mientras la agarraba de las caderas irguiéndola con el rostro pegado al suelo para introducir su pene brutalmente por el interior de su ano.

Sadako cerró el único ojo que podía tan fuerte, que sintió que por poco ambos párpados quedarían unidos por siempre, mientras escuchaba la estática en su cabeza dejando cualquier pensamiento en blanco. Intentaba respirar mientras una lágrima recorría su mejilla y el dolor de sus costillas fracturadas chocando contra el suelo la envolvía por completo.

—Suzu-chan... — susurró para sus adentros mientras el miembro del monstruo le provocaba graves fisuras anales logrando que escurriese fluidos mezclados con sangre por sus piernas y glúteos.

—Jaja, ¿la estás pasando bien? —preguntó con un tono de voz macabro.

—Te va a encontrar... y... vas a morir... enfermo de mier-da... — intentó hablar la chica con su garganta hinchada por los gritos de la tortura anterior haciendo que la ira brotara otra vez en el monstruo.

Takeo sacó su miembro de entre sus nalgas, la volteó boca arriba de un tirón y volvió a golpear el oído derecho de la pelinegra pero con mucha más fuerza que la vez anterior rompiendo su tímpano. La sangre corrió inmediatamente mientras la pelinegra volvía a desorientarse sintiéndose mareada y con la vista oscurecida.

—Ahora si que te vas a sentir mal. Te dije que dejaras de ser tan altanera. Con aquel golpe, tu capacidad para hablar será nula por un tiempo, ni siquiera lo intentes. —advirtió el ghoul mientras se levantaba para masturbarse sobre ella hasta acabar eyaculando en su vientre.

Sadako, con el estómago revuelto volvió a vomitar. Si seguía en ese estado terminaría deshidratándose. El doctor sabía eso... lo sabía mientras lloraba siendo obligado a ver tal barbárico acto.

Las palomas seguían batallando en el tejado contra el Búho y entre todos trabajando en equipo incluyendo a Juuzou, seguían sin ver una ventaja considerable a excepción de estar logrando cansarlo. El Búho salió corriendo con los investigadores intentando seguirle el paso. Logró escabullirse por los tejados de unos departamentos pero aún así no le habían perdido el rastro.

— ¡Arriba nuestro! Implementen la red de contención en el punto F. —se escuchó a un investigador gritando.

De la nada, Juuzou saltó frente al necrófago dando un rápido desliz a 13's Jason haciendo que su filo chocara sobre uno de los filosos "aguijones" de su brazo derecho. Con el impulso, el chico dio un salto hacia atrás aterrizando agachado pero por sobre sus tobillos. Tomó impulso y con un último salto por arriba del ghoul, dio la vuelta en el aire y ocasionó un corte en limpio sobre su brazo izquierdo. Claramente había logrado amputarle el brazo haciendo efectivo sus ágiles ataques y piruetas. Pero antes de que Juuzou pudiese caer al suelo, había hecho una observación.

—Tu brazo derecho está... —alcanzó a exclamar el chico de blancos cabellos, mientras uno de los pasadores de su cabello era desprendido en el aire. Ahora el número "XIII" era "XII". —Ah, ¿eh?...

—Muy precipitado... —pensó el Búho mientras observaba como Juuzou caía al suelo de lado, azotando su cabeza y costado contra el suelo.

Shinohara venía corriendo por un pasillo, y al ver al chico tirado en el suelo abrió los ojos desorbitadamente.

—¡Juuzou!... ¡¿estás bien?! —gritó el mayor intentando ponerlo boca arriba.

—Señor, estoy bien. Deben presionar el ataque al Búho ahora que está herido. —dijo el pequeño con una expresión inocente.

—¿Qué quieres decir con que... estás bien? Tu... T-tu pierna... está... — los ojos de Shinohara se llenaron de lágrimas que recorrían sus mejillas mientras que el albino bajaba la mirada a su extremidad.

Aquel monstruo... había amputado por completo la pierna derecha de Juuzou...

~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora