Capítulo 27: "Caja negra."

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La luminosidad de las blancas paredes daban una sensación de frialdad... una frialdad que Sadako conocía muy bien. Estaba tensa, con sus músculos contraídos y algo dispersa.

— ¿Con que ponerme cómoda?... seguiré participando, entonces. — suspiró la pelinegra soplando hacia su frente y provocando que su mechón de cabello se hiciese a un lado. 

Pasado unos eternos minutos para la chica, la enfermera entró a la habitación con un carrito y un atril. Sadako podía ver desde la camilla la bolsa con sangre.

— He vuelto, linda. Estábamos esperando que la sangre tuviese temperatura ambiente, lo siento por hacerte esperar. — Sonrió la peliroja.

— Lo se... para que no me de una hipotermina. — Dijo Sadako asintiendo con la cabeza.

— Cielos, ¿estudias algo relacionado con medicina? — Preguntó la enfermera mientras se dirigía a otra habitación. Las puertas y las paredes eran tan blancas que Sadako no se había dado cuenta de la existencia de ésta. Era un baño en el cuál la enfermera procedió a lavar sus manos.

— No, nada por el estilo. Sólo me gusta leer, supongo. — dijo la chica mientras subía su manga dejando el brazo al descubierto.

Luego de secar sus manos, la enfermera volvió y se concentró en el carro. Se puso los guantes quirúrgicos y rompió la bolsita de una mariposa intravenosa. Con una banda elástica, hizo un torniquete en la parte de arriba del brazo... Sadako sabía que tenía que empuñar la mano y lo hizo inmediatamente sin que se lo pidiera. La enfermera palpó con sus dedos hasta que una vena se hiciera prominente y con un algodón con alcohol esterilizó la zona. Luego introdujo el catéter en el brazo de la joven lentamente, le puso el seguro y retiró la aguja con el algodón aún puesto. Después lo sacó y cubrió con una cinta adhesiva para sujetar la mariposa.

— Tienes estómago, pensé que ibas a mirar a otro lado. Los pacientes suelen hacer eso. Pero supongo que no le temes a las agujas con tantos aros. — la peliroja sonrió amablemente mientras retiraba la banda elástica y Sadako desempuñaba su mano.

— Y tú tienes buena mano, ni he sentido el pinchazo. — intentó devolverle el cumplido a la enfermera.

Con la mariposa intravenosa ya puesta, la enfermera se devolvió al carro a verificar los datos, compatibilidades y colocar las pegatinas y tickets correspondientes en donde debían ir. Luego, rompió el plástico de una de las entradas de la bolsa de sangre, sacó de una bolsa el equipo de venoclisis y cerró la llave para que no corriera la sangre de frentón. Inmediatamente la bolsa con sangre comenzó a sudar, mostrándose como si estuviese empañada. Quitó la tapita del punzón e hizo la introducción con mucho cuidado para no atravesar la bolsa. Luego, volteó la susodicha y la colocó en un atril probablemente más alto que Sadako. Esperó a que la sangre corriera lentamente hasta la llave la cual giró para que el líquido rojo comenzara a caer hasta el final de la conexión del dispositivo de punción para finalmente quitar el sello de heparina del extremo introduciéndolo en la mariposa intravenosa de Sadako.    

— Al menos... sabe lo que está haciendo.— pensó la pelinegra al examinar meticulosamente todo el proceso de la enfermera. — Todo esterilizado y abierto ante mis ojos...

— ¡Todo listo! Esto tomará bastante tiempo, espero que seas paciente y que no hayas hecho planes hoy. ¿Tus familiares saben que estás acá? Deberías avisarles y quizá puedan hacerte compañía. — dijo amablemente la mayor.

— Ah... un amigo. Yo lo llamaré después. 

— De acuerdo. Te dejaré entonces, pero estaré pendiente y vendré de vez en cuando. — sonrió haciendo un gesto de despedida con la mano y se fue arrastrando el carrito tras ella.

~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora