~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)

Capítulo 6: "Un regalo y un nickname."

El albino se había quedado pensativo. Se sentía extraño, al igual que era extraño sentir que conocía a esa chica de hace mucho. No solía sentirse cómodo con cualquiera... y aquella chica estaba en una cocina, preparando comida para él con un delantal. Quién diría que después de tanto tiempo (o probablemente nunca) iba a tener un fin de semana así. Tampoco sabía como detener que sus mejillas se tornaran color rosa o que su corazón dejara de acelerarse. Ni siquiera cuando mataba ghouls su pulso se disparaba de esa manera.

— Ooooh... me duele la cabeza, jamás había pensado tanto en mi vida. De todas formas no entiendo nada. — Se reprochó en su cabeza y sonrió para así mismo dándose un pequeño golpesito en la cien. Se levantó y fue para la cocina. — Nee, Sadako-chan... ¿Qué vas a cocinar? — De un brinco se incorporó a su lado. La joven se asustó y botó al suelo el cuchillo con el cuál estaba cortando algunos alimentos.

— ¡Si sigues haciendo eso me va a dar un infarto! — dijo la pelinegra. Sopló hacía arriba haciendo un puchero para sacarse un mechón de cabello que tapaba su ojo.

Juuzou y Sadako se agacharon al mismo tiempo para recoger el cuchillo y sus manos se rozaron. — Huh... es-está bien, yo lo tengo. Gracias... — La chica se levantó rápido y desvió la mirada algo sonrojada. — Teriyaki... — Dijo casi susurrando.

— ¿Huh? — El joven se levantó, de verdad que no había escuchado bien.

—Pollo teriyaki y arroz... te gustan las cosas dulces, entonces pensé... — Sadako desvió la mirada y se sonrojó un poco más.

—¡Whoooa! que ricooooo. — Juuzou casi dio un brinco, su estómago seguía sonando. No se había percatado porque estaba distraído mirándola a ella. — Sadako-chan, ¿quieres que vaya a matar un pollo para ti? — Puso una cara tenebrosa, los ojos desorbitados y una sonrisa algo turbia. La joven explotó de la risa y el peliblanco la siguió. Esta vez él rió con los ojos abiertos y observó la sonrisa de la chica. — Es tan linda... y, eso es... — pensaba mientras intentaba enfocarse en su boca. La chica se dio cuenta y alzó una ceja.

— ¿Se te perdió algo? — dijo con tono altanero. Así solía reaccionar cuando se ponía algo nerviosa.

— Jejeje... — El chico sonreía y parecía que iba a guardar silencio.

— ¿Qué? — La chica frunció el ceño algo sonrojada.

— Es que... jaja, Sadako-chan, te reíste y me acabo de fijar que tienes dos pequeños y adorables colmillitos. Además tienes ojos graaaandes y almendrados y  son negros y se ven como dilatados todo el día. Sadako-chan pareces un gato, jajaja. — El joven soltó una carcajada mientras se rascaba la cabeza.

— ¿Huh?... ¡Huuuuhh!, ¿cómo que parezco un gato? — La pelinegra dejó de cocinar, lo miró entrecerrando un ojo y prosiguió con su comida.

—Si, eres muy linda... —Hizo una pausa y ambos se sonrojaron, pero el peliblanco no dejó de sonreír. — Además eres pequeñita y delicada... ¡Sí!, eso es... tu sobrenombre será... KONEKO-CHAAAAAAAAAN — dijo con un tono de voz similar al que usan los presentadores o entrevistadores en la televisión cuando hacen pasar a una celebridad y luego soltó una carcajada bastante tierna e infantil.

— ¿Koneko-chan? — expresó con un tono de duda mientras se apuntaba con el dedo índice. Seguía roja.

— Sí... serás "MI" Koneko-chan — dijo el albino dejando descansar ambas manos sobre sus caderas. — Toda la vida había querido un gatito pero siempre los encontraba muertos. — apoyó su dedo índice en su labio inferior y miró al techo pensativo.

— Hum... como sea. — El corazón de Sadako latía tan fuerte como nunca. Sentía que se le iba a salir por la boca. Estaba tan, ¿perturbada? que ni siquiera podía escuchar sus propios pensamientos, era como estática en su cabeza.