Capítulo 95: "Afinando detalles."

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El pecho de Juuzou y Sadako golpeaba al menos dos veces más rápido y fuerte que los pasos que sus piernas a duras penas ejercían. El calzado de cada uno sonaba contra el piso a un ritmo coordinado junto a los débiles y exhaustivos jadeos emitidos desde sus labios. Él se encontraba aún algo adormecido, mientras que ella se esforzaba corriendo sin dejar de jalarlo de la manga de su chaqueta.

— No puedes... llegar tarde hoy, Suzu... chaaan. — habló entrecortado la pelinegra respirando a penas y rogando por aire.

— Aaaay, vas muy rápido. Aún ni me despierto. — se quejó Juuzou con los ojos rasgados y bostezando a penas.

Dentro de unos minutos solamente, debía reunirse con Haise para la reunión que habían acordado con el clase especial asociado Matsuri Washuu, comandante de la División II. Era de suma importancia su asistencia como líder de escuadrón y la chica no iba a dejar que su novio llegara tarde. Por lo que al acercarse a la sucursal y ver la silueta de Haise de espaldas en la entrada del CCG, le dio un grito.

— ¡¡¡Ha-haise!!!— con algo de fuerza e impulso, lanzó a Juuzou del brazo al lado de él. — ¡Corran, GO, GO...!— jadeó apoyando ambas palmas de las manos sobre sus propias rodillas cabizbaja para descansar.

El chico de cabellos bicolores quedó algo confundido con una  graciosa expresión de confusión y estupefacción en su rostro. Se quedó inmóvil mientras Juuzou hacía equilibrio y pestañeaba consecutivamente.

— ¡SÓLO ENTREN! — gritó Sadako al notar que ninguno reaccionaba.

Ambos chicos dieron una carrerilla hasta el ascensor y luego se dirigieron a la oficina mencionada. Al abrir la puerta, había un hombre medianamente joven y de buen aspecto sentado en la cabeza de una amplia mesa. Su cabello estaba peinado para atrás, usaba un elegante traje rayado y unas petimetres gafas complementaban su rostro.    

— Al parecer encontraron algo interesante. — dijo el mayor como "saludo." — Tomen asiento... — miró fijamente a los chicos entrelazando los dedos de sus manos con los codos apoyados sobre la mesa.

¿Qué estaría planeando el clase especial asociado Matsuri Washuu, primer hijo del director Yoshitoki Washuu y cerebro del escuadrón SII? Aquel hombre se había apuntado a una universidad alemana a los 18 años de edad. Luchó en la vanguardia como un investigador de rango 2 en la División I. Fue acreditado por la destrucción de la familia ghoul RosWald. Estuvo en Alemania hasta que se volvió investigador de primera clase a los 24 años y al regresar a Japón, fue transferido a la la División II como jefe, ya que fue requerido y llamado de vuelta debido al daño recibido en el CCG aquella vez a manos del Árbol de Aogiri. 

— Así que... esta Cascanueces que están investigando ¿tiene una conexión directa con la subasta del grupo de Madam? — indagó Washuu dándole un vistazo al reporte en frente de él. 

— Sí, después de revisar los datos no nos queda duda alguna.— comprobó Juuzou con el mismo reporte que tenía Washuu en frente entre sus pálidas y delicadas manos. — Sabemos donde se efectuará la siguiente subasta también.

— Noviembre 11, un poco más de dos semanas. — acotó el mayor con una expresión bastante seria.

— Todo es gracias al rango 1 Sasaki y a su trabajo investigativo con los Quinx. — acotó Juuzou para acreditar a su colega.

Haise se encogió de hombros y puso una extraña cara de ojos pequeños, mientras que Juuzou sonreía algo apenado intentando actuar normal con el cabello cubriendo sus ojos. Era mejor no dar detalles de como habían conseguido el contacto.

— Quinx, ¿uuumh?... — dijo con un pesado tono de voz apoyando la mejilla en la palma de su mano mirando hacia otro lado.

Se rumoreaba en los cuarteles generales que el director Washuu y el clase especial asociado Matsuri no se llevaban bien, ya que Matsuri era una de las tantas personas que se mostraban escépticas sobre la necesidad de los Quinx.

A diferencia del director, que tiene una personalidad gentil y fácil de tratar a pesar de ser un Washuu, el clase especial asociado Matsuri odia la inutilidad. Es un analítico racional y posee el orgullo de su linaje; es un elitista Washuu completo. La familia Washuu trata a sus miembros como números, todo con el fin de presentar los mejores resultados y sacrificios. ¿Acaso aquella mentalidad también iba a ser aplicada en esta misión?

El mayor simplemente acomodó sus lentes con los dedos índice y pulgar suspirando e inhalando para continuar con la razón por la cuál habían venido los jóvenes.

— Vestirse como chicas para acercarse a ellos es una idea que no se escucha todos los días... — dudó el refinado hombre.

— Gr-... muchas gracias... — respondió tartamudeando Haise.

— No te estaba alabando... — respondió tajante.

— Ah, lo siento... — se disculpó sintiendo algo de presión y un nudo en su estómago. Aquella reunión no estaba resultando muy agradable después de todo.

— El que pudo recabar la información fue el investigador rango 3, Mutsuki... — corroboró Matsuri leyendo el reporte de la misión anterior.

— S-sí... — tartamudeó Haise.

— Entonces, procederemos según lo acordado con Cascanueces. Haremos que el rango 3 Mutsuki asista a la subasta.— dijo el mayor con frialdad y poca importancia.

— ¿So-solo? — Haise tragó saliva mientras Juuzou lo miraba. La preocupación se le arrancaba por los poros, y es que probablemente Mutsuki era el más sensible e indefenso hasta el momento.

— Por supuesto, de otra manera sería extraño. — afirmó Matsuri alzando una ceja.

— Así que él realmente... es como si lo estuviera sacrificando... — pensó Haise para sí mismo con una mirada desorbitada.

— Así ellos van a bajar la guardia, y así podremos atacar desde adentro. — planeó el clase especial asociado sin escrúpulos.

Juuzou rascó su nuca y cabizbajo ocultó la mirada por entre sus negros y sedosos cabellos. Al igual que Haise, él estaría de la misma forma si uno de sus chicos estuviera en la situación de Tooru. Y es que dejarlo ir solo, sería darlo por muerto.

— Y no podrá llevar un quinque en caso de que haya agresión física. ¿Para qué crees que es la habilidad de los quinx?— preguntó fríamente haciendo referencia al kagune integrado en el cuerpo de los quinx.

— ¡¡¡PE-PERO...!!!, ¡PERO SIGUE SIENDO MUY PRONTO PARA INSERTAR AL RANGO 3, MUTSUKI EN UNA INVESTIGACIÓN TAN GRANDE! — exclamó el chico de cabellos bicolores bastante exaltado a punto de levantarse de su silla. Sus manos hormigueaban mientras apretaba la mandíbula.

— ¿PERO...? — el tono de voz del mayor se puso tétrico. — ¿Qué es lo que estás tratando de decirme, rango 1, Sasaki?— preguntó bastante consternado con una mirada intimidante y frunciendo el ceño entretanto la yema de sus dedos sobaban levente su sien.

Haise se calló de inmediato quedando estupefacto. Sus labios se cerraron mientras que sus ojos se abrían a más no poder tal cual dos lunas llenas gemelas. Hasta que aquel rígido momento fue interrumpido por la suave voz de Juuzou.

— Clase especial asociado, Washuu... — expresó Juuzou alzando la palma de su mano para pedir permiso para hablar. — ¿Podría yo también participar de la subasta? — preguntó bastante decidido alzando levemente ambos hombros.

— ¡JU-... !, ¿CLASE ESPECIAL ASOCIADO, SUZUYA...? — exclamó Haise bastante sorprendido mientras le dirigía la mirada al pelinegro. Incluso gotas de saliva fueron disparadas para todas partes a través de sus labios.

— ... ¿Qué quieres decir?— preguntó Matsuri cruzándose de brazos con su mirada obstruida por el brillo de sus gafas.

— ¿Qué hay si yo pretendo ser su amiga?, ¿no cree que es mejor tener uno más para así jodernos a todos desde adentro?— preguntó con una cálida sonrisa alzando ambos hombros en su totalidad. Y es que lo que decía tenía sentido.

Matsuri solo alzó una ceja mirándolo con extrañeza. Había dicho pretender ser su "amiga", ¿verdad?  

— Clase especial asociado Suzuya, ¿pretendes usar un vestido también? — preguntó seriamente estirando su mano izquierda sobre la mesa y apoyando la espalda en el respaldo de la silla.

— Si, ya estoy acostumbrado... — explicó Juuzou inocentemente sin entender el trasfondo de la pregunta. Para él ponerse un vestido era algo totalmente normal, ya que había pertenecido a un cuadro bastante importante de su niñez.

La mirada de ambos clase especial asociados chocaron fijamente. Un silencio incómodo y denso se apoderó de la habitación mientras que Haise solo tragaba saliva. Matsuri cerró los ojos y suspirando entreabrió los labios para dar su opinión.

— ... Bien, lo acepto. — dijo sin más y a secas.

— Se lo agradezco mucho... — acotó Juuzou bastante complacido.

Haise exhaló con leves pero notorias gotas de sudor sobre su frente, entretanto que Juuzou colocaba la palma de la mano sobre su frente y sacaba la lengua haciéndola vibrar entre sus labios, como queriendo decir "nos salvamos."

De la nada, Washuu habló en voz alta y no dirigiéndose a ambos chicos.

— ¡Entren...!— ordenó con un tono de voz bastante demandante.

La puerta de la habitación se abrió dejando entrar a tres personas. 

— Hirako, Mado, Shimogushi... — dijo el mayor demostrando liderazgo mientras que Juuzou miraba con cara de sorpresa y Haise se daba la vuelta con una expresión de asombro. — Esta vez, con nuestro Escuadrón SII y el escuadrón Suzuya, serán tres unidades recibiendo ordenes. Ahora les explicaré el contorno de nuestro... "Plan de Aniquilación a La Subasta."— informó Washuu con aquella intimidante y sombría mirada nuevamente. 

Al explicar el plan de forma específica y detallada y al dar terminada la reunión, todos los líderes de escuadrón salieron de la sala. Juuzou se había puesto su chaqueta y caminando de forma descuidada iba a reunirse con Sadako otra vez, hasta que Haise lo detuvo...

— ¡Juuzou! — exclamó a un tono de voz audible para hacerse notar por el contrario. Al darse vuelta completó la oración. — Gracias por lo de antes...

— Nah, da igual. Ahí está una persona con la que me quiero encontrar de hace mucho... — respondió el azabache cambiando su expresión por completo.

— Por favor cuida... a Mutsuki... — pidió Haise inclinándose hacia adelante y haciendo una reverencia. Juuzou quedó anonadado y tardó unos segundos en contestar.

— Lo mismo digo... — respondió inclinándose de la misma forma.

Luego de despedirse de Haise, Juuzou bajó por el ascensor y fue a buscar a Sadako que dormía cabizbaja en un sillón. Se acercó dando silenciosos brincos hasta llegar a ella y le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja. Miró a todas direcciones percatándose de que nadie estuviera mirando y se inclinó para alcanzar los labios se la pelinegra con los de él. Sadako entreabrió los ojos y le dio una leve mordida en el labio inferior.

— Oooh, gatito travieso. Estabas despierta. — dijo él lamiéndose el labio inferior.

— No la verdad, estaba semi dormida. — bostezó tapándose la boca con la mano y luego se desperezó estirando ambos brazos hacia los lados. — ¿Y... en qué quedaron? — preguntó ella con curiosidad.

—Aaaamh... decidieron que Tooru iría a la subasta, obviamente sin quinque ni nada. — respondió Juuzou sentándose al lado de ella.

— Vaya, pobre... eso sería un suicid-. — Sadako fue interrumpida por su novio.

— Yo también participaré de la subasta. Me infiltraré y me haré pasar como su amiga. — dijo con una tonta sonrisa sobre sus labios.

— ¡¡¡¿Huuuuuh?!!!, ¿por qué? No es problema tuyo, ni siquiera es tu subordinado... — Sadako asimiló un poco la oración completa y no se demoró mucho en reaccionar. — ¡¡¡¿QUÉ?!!!, ¿te vestirás de chica tu también? — preguntó ella con ambos ojos desorbitados.

— Sí, no es como que jamás lo haya hecho antes... Además, es posible que vea a mamá. — rió sin importancia mientras se levantaba del sillón para estirarse.

Sadako guardó silencio haciendo un leve puchero. ¿Por qué Juuzou querría ver a su madre? Normalmente no debería tener ni siquiera ganas, ¿o querrá exterminarla el mismo? No, Juuzou no la odiaba en absoluto. Pero por extrañas razones, las acciones del pelinegro estaban siendo indescifrables para Sadako.

— ¿Y ahora...?, ¿qué haremos? — dijo ella aún sentada en el sillón. Juuzou se volteó hacia ella con una linda y cálida sonrisa.

— Pues, ahora vamos a desayunar, luego volvemos y vemos lo del testamento. — dijo con naturalidad, puesto que por cada misión en la que participaban, era necesario dejar uno en caso de morir en batalla.

— Aaaagh, que mierda. Yo entregaré una fotocopia del mío... el de siempre. Siempre es lo mismo. — refunfuñó ella levantándose del sillón y tomando de la mano a Juuzou para salir de la sucursal.

Juuzou le abrió la puerta a Sadako para que pasara primero y luego al pasar él, cerró la puerta cuidadosamente tras su espalda.

— Nee, ¿qué vamos a comprar? — dijo ella ladeando la cabeza con curiosidad.

— Uuumh, donas y quizás unos danguitos. — respondió con una mueca bastante infantil mientras que Sadako hacía vibrar la lengua entre los labios haciéndola sonar.

— Siempre es lo mismo. Voy a engordar por tu culpa, ¿sabes? Además-. — Sadako escuchó algo desde la lejanía, y ya que al ser un quinx su audición era mucho más aguda, se percató antes que Juuzou... hasta que definitivamente la música sonaba demasiado fuerte como para que su novio la escuchara también...

— ¿Huh?— preguntó Juuzou al escuchar la melodía de una canción. Inmediatamente se dio la vuelta buscando su proveniencia.  


♪♫ Nae pi ttam nunmul.
Nae chagaun sumeul
da gajyeoga ga.
Wonhae manhi manhi, Yah!
manhi manhi.
Wonhae manhi manhi, Yah!
manhi manhi, manhi manhi... ♪♫  



— E-esa música... — Sadako, al igual que él se dio la vuelta para notar que la música venía de un lujoso auto que frenaba justo en frente de ellos. Sadako tragó saliva y sin decir nada, observó como la ventana del vehículo bajaba lentamente...



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Tema que provenía del auto desconocido: "Blood Sweat & Tears" de BTS.  

~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora