Entre tus brazos

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Punto de vista de Luna

Nuestros labios se separaron, pero nuestras cabezas no. Nuestros ojos cerrados, el viento seguía en nuestra cara. Abrí los ojos y lo miré, él seguia con sus ojos cerrados, acariciando mi mejilla hasta llegar a acomodar mi cabello detrás de mi oreja. Abrió los ojos, me miró y sonreí con solo verlo.

Inmediatamente y por puro instinto, lo abracé

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Inmediatamente y por puro instinto, lo abracé. Mi cabeza estaba sobre su  pecho, escuchando su corazón latir y él apoyaba su mandíbula en mi cabeza. Me sentí protegida, cómo si nada nos lastimaría jamás. No tenía ningunas intenciones de separarme ni un solo milímetro. Lo había hechado tanto de menos, sus caricias, sus besos, sus abrazos, nuestras risas, me hacían mucha falta. Era reconfortante saber que estaba a su lado.

- Me alegra tenerte entre mis brazos.

- No me sueltes, Chico Fresa.

- Jamás.

- te extrañé muchísimo. - Con eso resumí lo que sentía y eso le bastó para entenderme. Pude sentir como desde la cintura me empujó más hacia él. Mi pulso se elevaba y mi cuerpo ya no estaba bajo mi control, sino el de él. Aún viendonos, no podíamos reaccionar, hasta que nos percatamos de la presencia de alguien y nos dimos la vuelta, al mismo tiempo, como dos almas gemelas que coinciden.

- Así que era cierto, por este me dejaste. - los dos estabamos sorprendidos. - No lo puedo creer Luna, van a pagar por esto, se los juro.

- Felipe, estás equivocado, terminamos porque no quería hacerte daño. Yo no te amaba, ¿tengo que volver a repetirlo?

- ya cállate, lo que dices es puras mentiras.

- no le hables así idiota.

- yo le hablo como quiero a mi EX novia. - Matteo estaba a punto de lanzarse conta él, cuando lo detuve.

- ya no es tu novia, así que no tienes ningun derecho. Además, Luna es la persona mas honesta que conocí en toda mi vida - sus palabras me hicieron estremecerme de amor, me aferré a su mano. Le lanzé una mirada de ternura para agradecerle lo que acababa de decir.

- no vale la pena, Matteo , ya olvídalo. Vamonos.

- si te atreves a hacerle algo, no habrá rastros de tí, te lo puedo asegurar. - con mi mano empujé su cara para que me mirara a los ojos.

- Vamonos, porfavor - le dije suplicandole con los ojos. Asintió con la cabeza y su rostro de enojo se transformó en uno de angustia y dulzura a la vez.

No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora