Nuestro secreto.

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Tomé mi teléfono temblando y automáticamente le marqué a Matteo con toda la intención del mundo de hablar con él. Fué algo tan automático.

- ¿Matteo? - me angustiaba saber que no estaba ahí para calmarme.

- Amor, ¿te pasa algo?

- Una pesadilla. - en ese momento toqué mi frente para darme cuenta de unas gotas en ella. Respiré ondo relajandome un poco.

- Voy ahora mismo. - sentí a través del telefono como caminaba.

- ¿Qué? No, Matteo no puedes.

- Voy a ir y punto. - afirmó sin ninguna chance de convencerlo.

- No quiero que vengas.

- No me vas a detener ¿sabes, cierto? Estoy arto. - Me contuve de decirle que yo también quería verlo, no sé de donde había sacado esa fuerza. - Te necesito.

Hubo una pausa en la que pensé en arriesgarlo todo, sin importarme un bledo las amenazas de Paulina. Escuchaba su respiración mientras esperaba mi respuesta, por supuesto la que él quería escuchar. Claramente, estallé dejándome llevar por lo que quería mi corazón.

- Ven.

- ¿Voy? ¿Es enserio? - casi pude sentir su alegría.

- Ven antes de que me arrepienta. - reí.

- Entonces voy en menos tiempo de lo que puedes parpadear. - Parpedié comprobandolo. Fué algo estúpido lo admito.

- Mientes, ya parpadié y no te veo.

- No es literal Chica Delivery.

- Lo sé, lo sé. Ahora deja de hablar que te estoy esperando en mi casa. - corté el teléfono dejándolo con la palabra en la boca, sabía que quería hablar hasta que llegue pero conociéndolo se distraería en vez de apurarse.

Me motivé a bajar a la cocina y esperarlo. En un segundo, me dormí levemente. No sé si será normal que tenga sueño aún después de haber dormido, algo que me dá una imagen de como si yo fuera on koala. Sentí la puerta cerrarase y abrí los ojos para encontrarme con los de él. Se rió de mi. Corrió y automaticamente me lancé a sus brazos, sintiendome segura reconfortando mi corazón. Se notó cuanto nos habíamos extrañado, cuanto nos hacíamos falta por el tiempo que nos quedamos así, abrazados. La burbuja de ternura se rompió al escuchar un "ajam" dándonos con que Ambar estaba viéndonos.

- Yo sabía que no iban a aguantar. - ella rió con ironía. Luego vimos a Simón detrás de ella, incomodando un tanto a Matteo. - ¿te quedas a cenar?

Lo miré de reojo y en ese instante sonrió sabiendo que era lo que pensaba de aquello. En el silencio habita todo al parecer. Algo que nunca voy a poder explicar es como pierdo la razón cada vez que lo veo. Es nuestro "pequeño secreto" escondido en los rincones más insólitos de nuestro amor.

 Es nuestro "pequeño secreto" escondido en los rincones más insólitos de nuestro amor

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- Si, me quedo.

- Excelente, justo mi madrina dijo que va a comer afuera por cuestiones de trabajo, así que vamos a comer los cuatro. - sonrió y dió una de esas vueltas de diva que siempre hacía, dejándonos solos otra vez.

- No tienes idea de lo mucho que te extraño. - dejé de dar vueltas y me dispuse a ser directa. Me miró derritiéndome, el Chico Fresa siempre tenía una mirada profundamente penetrante.

- Yo más.

- Imposible, yo más.

- No, yo más. - dije riéndo. Parecemos estúpidamente enamorados diría yo. ¿O somos?.

- No te quería decir, pero tienes algo aquí. - señaló la comisura de su labio y con mi mano nerviosa me toqué el mío. Sin darme cuenta, me robó un beso.

- ¿Siempre consigues lo que quieres? - dije entre besos. Continuó robándomelos sin mi consentimiento, como si mi boca fuera su derecho. - ¡Hey!

- Ven aquí. - agarró mi cintura volviéndome a besar. Esta vez le mordí el labio. - ¿Y eso por qué?

No le respondí para luego continuar nuestro beso. Recordé que él fué el primero a quien besé. No podía admitirlo, era muy cabeza dura para entender cuanto me había gustado. "Nunca podría estar con el Chico Fresa", amiga mía ni tu misma te creías esa frase. ¿Quien iba a pensarlo?. Cambió todo tanto desde que llegué, pero no me arrepiento de nada en lo absoluto. Nuestros labios tomaron distancia, dejándome deseo de más.

- Ya, nos están esperando.

- No me importa, tengo que aprobechar. - Dichas estas palabras, procedí a darle un fugaz beso con la intención de que los dejemos esperando.

- Basta de tentaciones. Nos están esperando Chica Delivery.

- Está bien - le lancé una mirada de desacuerdo y desafío. - Pero no te salvas de esta, ya vas a ver.

- Me parece perfecto. - me llevó de la mano hasta el comedor.

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No me maten porfavor. Estuve de viaje mil días y no sé si era por el mal wifi, que no me dejaba subir capítulo.

En fin 😂 ¿les gustó? Comentenme todo lo que piensan ahre.

También, vayan a leer Our Dark Side, se está poniendo picante uffff. Le estoy poniendo todo mi empeño, así que me encantraría que fueran a darle un pequeño vistazo 😘😂❤️

Los amooooooo, un beso enorme. @LutteoReina.

No habrá distancia que Cambie lo que siento por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora