Capítulo 22: Feliz (pre-)cumpleaños. Parte 1.

7.3K 620 123
                                    

Hola hola,  como siempre, les pido disculpas por el retraso, mi estado emocional no ha sido el mejor para continuar esta historia, pero no los quería dejar esperando por un capítulo, por lo que dividí este, que se supone saldría largo, en dos partes, no sé si me entenderán, pero gracias por seguir leyendo, en serio les doy las gracias, los loveo por eso, son l@s mejores <3 Espero disfruten el capítulo y sus comentarios son bienvenidos always. 

Atte, Luxen_Herondale_A

Capítulo 22: Feliz pre-cumpleaños

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 22: Feliz pre-cumpleaños. 

Parte 1. 

Capítulo 22: Feliz pre-cumpleaños.

—Ay, ¡Lo siento tanto, Maddie! Te hemos fallado, no se podrá dar la fiesta de tu pre-cumpleaños hoy, porque el Dj no pudo venir, y a la estúpida de Andrea se le olvidó entregar las invitaciones.... —explicó Verónica, uf, se notaba que estaba mintiendo sin importar que fuera a través de una llamada telefónica.

Las tres teníamos la tradición de hacer dos fiestas para cuando una fuera a cumplir años: La primera, la llamábamos "Pre-cumpleaños", fiesta dada días antes del motivo de su celebración donde en palabras sencillas, nos alocábamos y hacíamos lo que quisiéramos. Luego estaba la oficial, la fiesta que nuestros padres manejaban a su antojo.

—¡Mentira! No hicimos nada, a mí se me olvidó y ella no sé, creo que por que no quiso—agregó Andrea casi gritando.

—Vale, no importa, no me hagan ni mierda entonces, ya saben que a la fiesta oficial no las invitaré—afirmé al salir de la sala de música y colgué la llamada, ellas siguieron llamándome pero las ignoré, para cuando salí al estacionamiento unas manos se posaron en mis ojos, acercándome más a él—deduje que era un chico por el tamaño de sus manos y cuando mi espalda chocó con su plano pecho fue muy obvio—, dejé de caminar e intenté averiguar de quién se trataba al mover las manos para tocar su rostro, pero se apartaba.

—¿Acaso no me dirás quién eres? —dije riendo, bajó una mano, pero me siguió tapando la visión con la otra y metió un dedo en mi ombligo descubierto, salté involuntariamente e intenté apartarme de él, pero me retuvo en mi lugar.

—Tu ombligo es tierno—Habló por fin, su cálido aliento cerca de mi cuello y su dedo siguió jugueteando en mi ombligo provocándome cosquillas—. Lamento haber llegado tarde.

—¡Deja de tocar mi ombligo! —exclamé quitando su mano de mis ojos, dejó de manosear a mi ombligo y rodeó mi cintura con sus brazos, sentí un beso en mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios y luego posó su barbilla en mi hombro derecho, abrazándome más fuerte.

—No es mi culpa que uses blusas enseñando la panza—bufó mi mejor amigo con tono aburrido, me separé de él y le saqué la lengua.

Instintivamente revisé mi abdomen, la blusa que llevaba era de una tela algo gruesa, de un azul eléctrico y me dejaba al descubierto solo la línea del ombligo, ya que mi pantalón blanco era de talle alto y las botas del mismo tono que mi blusa, mi cabello alisado y el maquillaje perfecto para el conjunto. Todo combinaba y se complementaba hasta con el ambiente frío. —¿Estoy gorda?

El chico de los audífonos. [Borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora