(One Piece) Princesa Pirata. 1a Temporada.

Capítulo 18: La ruta a seguir.

Después de que se fue esa mujer rara, me sentí extraña, quería llorar o gritar, pero principalmente quería irme de ahí, nunca había pensado en la Akuma no Mi de mamá, han pasado 10 años desde su muerte y esa fruta estaba desaparecida y posiblemente nunca la encuentre.

-¿Medanne-san?- llamo mi atención Grace yo sacudí la cabeza, debía estar preocupada así que trate de sonar tranquila.

-Tengo hambre ¿ustedes no?- sonreí, obviamente cambiando el tema. –Debemos comer y después podemos seguir, aún quiero conocer a Hiken no Ace- dije con una sonrisa, ellos se miraron mutuamente y suspiraron, no soy buena mintiendo.

-Tienes razón yo también tengo hambre- dijo Cora-san, por alguna extraña razón él se negaba a verme a los ojos y no entiendo porqué.

Los tres fuimos a un café que se veía hermoso, el "Café Sirena". Desde que llegamos a la isla tenía la impresión de que nos estaban vigilando, pero no le di muchas vueltas al asunto, tal vez sólo era mi imaginación, cuando entramos había sirenas y Gyojin de varias edades, los cuales estaban tranquilos hablando animadamente, sin embargo al momento de entrar nos voltearon a ver, fue algo incómodo, sin embargo así de rápido nos volvieron a ignorar.

-Extraño...- dijo en un susurro Cora-san.

-Recuerda que estamos en territorio del Rey pirata, ningún pirata puede causar problemas aquí... por eso no muchos se quedan más que unas cuantas horas y se van- dijo Grace-san, por esa razón Saise o como se llame no quizo pasar a mayores, de repente una Sirena de cabello verde corto se puso frente a nosotros.

-Síganme por favor- lo dijo muy seria y nosotros estábamos apuntó de protestar pero un par de Gyojin se puso a nuestras espaldas, Cora-san estaba apunto de atacarlos, pero llame su atención al tomar su brazo.

-No causemos problemas- susurre y pareció entenderlo, fuimos escoltados hasta una sala donde estaba una sirena sentada, era grande, su aleta me recordaba a un tiburón, ella era bonita de cabello corto azul marino al igual que sus ojos, fumaba una pipa.

-Al fin estás aquí...- me miraba fijamente.

-¿Nos conocemos?- le dije de manera firme, sin embargo la ansiedad estaba presente.

-Todos te conocen Princesa pirata... pero eres más que eso- me miró con astucia.

-¿A qué te refieres?- ella fumo su pipa.

-Hace 16 años me juré que nunca volvería a hacer una predicción, sin embargo tengo una que se repite una y otra vez en mi mente- su tono era frío.

-Tú...- dijo Grace-san. –¿Eres Madam Shyarly?- su tono era de sorpresa.

-Así es, tú eres un pirata de Mugiwara, supongo- yo no entendía nada, mi compañera asintió, volteo a verme y leyó claramente mi expresión.

-Ella es una sirena que puede ver el futuro-

-Tú amiga tiene razón, lamentó si fui descortés, pero debía verte para advertirte- seguía sin entender.

-Acaso Medanne está destinada a algo grande, por eso quieres verla- dijo sorprendido Cora-san.

-Así es, su destino es sufrir, eso es porque los grandes linajes piratas se encuentran directamente en ella, eso sólo significa dolor y decepción, así como para quienes la rodeen, todo eso tiene un propósito...-

-¿Los grandes linajes en Medanne?- dijo atónita Grace, se puso a pensar, murmurando algunas cosas. –Supongo que no sólo hablas de sangre...- la sirena sonrío.

-Espera un momento- intervino Cora-san, al parecer tenía algo en mente. –Te podrías explicar mejor...-

-Yo sólo quería expresar lo que vi, no piensa dar detalles, te había visto... vi como los linajes piratas chocaron en un punto, ese punto ha crecido y ahora debe cumplir el destino que le depara... mi trabajo es advertir lo que ello implica- me miraba fijamente, esperando a que hablará.

-Ya lo sabia, desde que mi madre murió me he dado cuenta que las desgracias me siguen, pero no me rendiré ¡seguiré adelante por mis propias ambiciones!-

-Palabras correctas, siéntete libre de quedarte tú y tus nakamas- yo negué levemente.

-Son amables, pero debemos continuar- sonreí levemente.

-Respeto tu decisión, estoy segura que volveremos a vernos...- sonrío.

Zarpamos de inmediato, yo estaba muy confundida, primero Saise y después la sirena... sabía que mi viaje no sería fácil, pero no esperaba que fuera complicado todo pasaba tan rápido, suspiré mientras veía el fondo marino, no sentí cuando se acercó a mí, hasta que hablo.

-¿Qué planeas hacer?- dijo Cora-san.

-Sigamos con la ruta- dije sin mucho convencimiento y no me moví, pero él tomó mi brazo obligándome a verle, por primera vez sus ojos claros miraron mis ojos negros. –¿Qué?-

-No mientas, estoy seguro que quieres cambiar de ruta- yo me jale, algo molesta, nadie me había tocado de esa manera.

-No...- se sorprendió. –Es cierto que yo pensé en eso, pero no forzare las cosas-

-¿A qué te refieres?-

-Si es mi destino, encontraré la Mero Mero no Mi en este viaje- sonreí, el suspiro.

-En cierto modo te entiendo, la mayoría ve a las Akuma no Mi como armas, pero otras personas las ven como algo preciado, la fruta que yo comí era importante para Law-san, antes pensaba que sólo por eso me dejó quedarme en la tripulación, pero ahora no estoy seguro- tome su mano.

-No te preocupes, los encontraremos y resolverás tus dudas...- el apartó la mano y algo tenso se fue a otro lado, no entendía cuál era su problema, Grace salió de la ducha, sólo envuelta con una toalla.

-¿Me perdí de algo?- miro curiosa a Cora-san y luego a mi.

Sin duda es un viaje extraño, me preguntó, que encontraremos más adelante...