Capitulo 9 - Finas cuchillas.

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Capítulo 9 – Finas cuchillas.

 

Como era de esperarse, Alexander no la echo. Ahora se había metido en entre ceja y ceja una meta. Aquella chiquilla de trenzas infantiles, esa que corría como loca para llegar a tiempo, esa que había encariñado hasta los guardias, esa joven de ojitos color miel que traía tan blando a Don Antonio, esa que sonríe cuando un baile le sale mal, esa que lo rechazo hace algunos día, esa que sus amigos babeaban por tenerla una noche, esa seria su hembra.

Desde lejos podía ver como ella ensayaba inocente junto a Jessica y otras más chicas. Era viernes y él no tenía nada que hacer. Se había enterado por los murmullos que la chica nueva cumplía años y habían hecho una recoleta para una pequeña tarta. Alex estaba algo enojado así que se encerró en el despacho. Don Antonio entabló una conversación casual distrayéndole.

–                    ¿Cómo está Dalia?

–                    Iré un día de ésta semana a visitarla.

–                    Eso suena genial.

–                    No sé yo... – el chico dejó los papeles aun lado –. Los humores de mi hermana me dan taquicardia.

–                    Lo podrás controlar – Don Antonio sonrió y salió por la puerta.

Alexander miró su teléfono móvil poniendo los ojos en blanco. Era la tercera llamada de Andrés. El muy cretino quería una noche con una de sus empleadas y no se le corrió escoger otra que no fuera la chiquilla estrecha.

–                    Te he dicho que no es esa clase de chicas. Ella sólo baila, no quiere nada. – Colgó el teléfono sin esperar respuesta. Andrés podía llegar hacer muy pesado y, además, él conseguirá que aquella petición que le ofreció fuera tomada con mucho creces. Ella lo pagaría bien caro por haberlo rechazado.

Bajando la escalera saltándola de dos en dos. Escucho como en el salón del fondo la gente cantaba feliz cumpleaños. Sin hacerse notar vio como la cumple añera lloraba a mares. Al parecer no le gustaba cumplir años, pero poniendo el oído fino escucho la voz de una chica preguntándole que le pasaba y esta contesto: << Nunca me habían regalado una tarta ni cantando feliz cumpleaños, a parte de mi hermanito>>

La voz de Cristal era melancolía. Alex sintió que debía hacer algo, pero no se entretuvo. Hoy volvería a ver aquella cintura suelta en su esplendor. Llamo a Jackson y se fue hacia su casa, más tardes arreglaría cuentas.

**

Cuando acabaron de comer la deliciosa tarta, Cristal fue al baño. Se sentía mareada, pero no sabía que tanto, como para vomitar todo lo que había ingerido. Se lavó la cara sacando un chicle de su bolsillo.

–                    Aquí estas.

–                    ¿Ocurre algo, Don Antonio?

–                    No, ven quiero hablar contigo

Cristal hizo lo que le dijeron y Antonio salió afuera. En una cuadra había un banco se sentó y Cristal lo imitó.

–                    Sabes Cristal. Tú me recuerdas a una niña que conocí hace tiempo. Era así como tú, aunque algo más alta – Don Antonio no la miraba, sólo enfrente. Recordando bellos y dolorosos momentos – Pero no tan alegre – le dijo dejando que sus pequeños ojos detrás de los lentes se achicaran con una sonrisa –. Ella estaba enferma y era raro verla sonreír. Sufría en silencio.

Sólo... ¿Bailas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora