Sólo... ¿Bailas?

Una despedida.

Una despedida.

Hola, bueno, hemos llegado hasta aquí. Ahora empezamos las tristes despedidas. Digan lo que digan siempre serán triste.

Dedicado a mi madre, porque; “La vida no es fácil ni justa, es lo que te toca vivir, por eso sé feliz”.

Mi abuela, siempre aconsejándome leer un libro.

Y bueno que decir de vosotros. Todos ustedes que están leyendo esto, a ustedes  les debo todo. Esta historia nunca se hubiera terminado, sin sus palabras, sin sus votos; “Un me gusta, un deberías mejorar esta parte, vas bien”. Esas simples palabras son y fueron de mucha ayuda. ¡¡Gracias!!

 Yo no soy escritora y ni por asomo me acerco a ello. No tengo un titulo en literatura ni he leído libros desde pequeña, tampoco escribo desde siempre. Un día empecé con dos letras y termine con una historia. Si le hechas ganas puedes lograr muchas cosas. Esta historia tiene muchísimas faltas ortográficas o simplezas, pero me alegro mucho haberla terminado. Prometo editarla, –  cuando tenga tiempo –. Entonces, volvemos a las despedidas, un enorme beso, un respecto, un saludo, un ¡Gracias! A los que hemos llegado hasta aquí. Todo fue por ustedes. La vida de Cristal queda cerrada en este momento.

No hay palabras, ni letras, para decir cual agradecida y orgullosa me siento en estos momentos de poder haber acabado algo. A las personas, que les pueda interesar mis historias o le guste algo, la vida de Candela, la estoy escribiendo y es muy divertido escribir sobre ella, tiene un final alternativo y es muy dulce. Espero que en un futuro nos volvamos a leer, en tal caso, Maciel, se despide con un ¡Hasta luego!