XI: Lexi.

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Ellos se presentaron propiamente como Susie y Carl, y tomaron mis maletas. No podía creer que mi primera vez en Barcelona y sería para conocer a los padres de mi hermana. Era lindo poder comunicarse con ellos, ya que Susie era de Argentina como yo, y el español que había aprendido Carl era como el de Argentina. Se sentía bien hablar mi idioma después de un tiempo, en casa intentábamos comunicarnos en inglés siempre para no perder la costumbre, excepto con cosas que no tenían una traducción exacta y terminaban teniendo una mezcla entre los dos idiomas.

Susie y Carl me dieron un recorrido por Barcelona, los principales puntos turísticos y realmente quedé fascinada. Me preguntaron si deseaba bajar en algún lado, pero yo estaba aún más ansiosa por hablar con ellos. Quería conocer la ciudad, y además estaba realmente cansada, pero lo más importante era hablar con ellos. Luego vendría el descanso y el turismo. Les dije que prefería primero dejar las maletas y charlar con ellos.

Cuando llegamos, vi en frente de mí una enorme mansión. No sabía cuál era la profesión que tenían, pero se notaba que poseían muchísimo dinero. Lo primero que pensé fue que tenía miedo que ellos pensaran que yo querría sacar algún tipo de provecho, pero luego, al ver sus enormes sonrisas, eliminé ese pensamiento. Parecían personas muy agradables.

— Realmente quería agradecerles por invitarme a su casa sin siquiera conocerme.

— No podíamos permitir que la hermana de Nina se fuera a un hotel — me sonrió Carl. — Además Noah nos llamó al poco tiempo después para contarnos un poco lo que había sucedido, sabemos que todo es cierto.

Me sentí un poco incomoda con la mención de Noah. No podía creer que los hubiera llamado. ¿Qué les había contado? Intenté poner la mejor sonrisa que pude.

— Te preparé una habitación. — dijo Susie. — ¿Quieres dejar tus cosas primero? Luego nos podemos sentar a charlar y a comer algo, seguro estas hambrienta.

— Muchas gracias. — asentí. Me alegraba que el tema de Noah no se hubiera alargado, ellos debían saber que era algo incómodo y extraño.

Luego Carl se ofreció a cargar mis cosas y me llevaron a una enorme habitación donde me quedaría por el fin de semana. Era viernes en la mañana, asi que teníamos bastante tiempo para hablar y ponernos al día. Ellos me dieron un poco de privacidad y decidí tomar una ducha y cambiarme la ropa de viaje para luego bajar. Ellos me estaban esperando con el almuerzo en la mesa.

Sonreí complacida, todo se veía muy delicioso. Me senté en la mesa e inmediatamente Susie comenzó a pasarme muchísima comida.

— Me encantaría saber qué es lo que pasó con tu mamá. — me dijo Susie intrigada. — Siempre nos habíamos preguntado por qué había dejado de tener contacto con nosotros, pensamos que había perdido el interés y por ello nunca llegamos a hablarle de ella a Nina. — admitió ella un poco triste.

— La verdad es que yo me enteré de su existencia hace muy poco. Mi mamá y mi papá murieron en un accidente de tránsito y mis tíos se hicieron cargo de mí todos estos años. Ellos me dijeron que eran mis padres y ocultaron lo de mis verdaderos padres esperando a que fuera lo suficientemente mayor para aceptarlo. La verdad es que la espera se alargó más de lo que debería haberse alargado y al final terminé enterándome por mi propia cuenta. — Susie y Carl me pusieron una triste cara — Pero por suerte ahora está todo bien, ya lo arreglamos con mis papás y me explicaron todo, estamos volviendo a ser una familia normal y nos estamos llevando mejor que nunca — agregué intentando alivianar la situación, aunque lo que había dicho realmente era cierto. — El hecho es que no teníamos casi nada de información sobre Nina y gracias a la ayuda de un detective pudimos encontrar toda la información.

Tu ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora