Tu Ángel

Capítulo Diez: Lexi.

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Noah se fue dejándonos solas a mí y a mi hermana, que me miro mal instantáneamente.
-¿Por qué me dejaste sola con Leo? –me dijo bastante enojada.
- Porque me tenía que ir al baño, perdóname, te juro que no fue mi intención
- No te imaginas las idioteces que me dijo – admitió mientras rodaba los ojos

- ¿Qué te dijo? – le pregunté preocupada
- Cree que convencimos a nuestros padres para que yo lo conquiste a él y tú a Noah, que soy una acosadora obsesionada con él o algo así. Yo estaba a punto de llorar del enojo que sentía, ¿cómo puede ser alguien tan egocéntrico?
- ¿En serio te dijo eso? – le dije sorprendida - es más, ni siquiera quería venir aquí al principio y tampoco sabíamos dónde íbamos a vivir. Es una locura su idea.
- Si ya lo sé- me dijo ella-  pero bueno hay personas demasiado estúpidas.

- ¿Y qué le dijiste? – pregunté intrigada.
-  Le pregunté si se podía ser aún más egocéntrico, porque creía que si se podía probablemente su ego causaría un terremoto.- me dijo ella y yo no evité reír- Le aclaré que lo que paso en ese hotel fue porque estaba demasiado borracha como para darme cuenta de lo que hacía y porque estaba totalmente fuera de control.  Le dije también que no soy la misma chica que conoció tiempo atrás y que no me interesaba lo que él piense de mí y daría gracias a Dios si no tenía que hablar con él nunca más.

-¿Y qué te dijo? – le pregunté sorprendida por las palabras que mi hermana había dejado salir hacia ese idiota.

- Me dijo que eso haría y se sentó ignorándome hasta que ustedes llegaron. Luego fue que se puso todo loco, gritó y se fue. Asusta un poco, realmente parece un loco.- me dijo ella y yo comencé a reír.
- La verdad es esa- admití cuando Noah entró nuevamente y por detrás una chica. ¿Quién será?
Al verla nos sonrió. Era alta y rubia, de ojos color verde y tenía el cuerpo de una modelo, era muy linda. No evité sentirme una pulga a su lado.
- Chicas ella es mi novia Chloe. Chloe, ellas son Maggie y Lexi- y por alguna razón se me vino el mundo abajo al escuchar eso. ¿Por qué? simplemente no lo sé, solo sé que sentí una patada en el estómago y sonreí falsamente.
- Un gusto. –contestamos Maggie y yo.
- Siento llegar tarde, Anne me había invitado, pero no pude venir hasta ahora.- dijo ella con una sincera sonrisa.
- Ya te dije que no hay problema, cariño- le dijo él y sentí que una espina me travesaba la garganta.
- Está bien - sonrió ella- ¿Y qué hacían?- nos preguntó.
- Estábamos a punto de ver una película – le dije yo –

- Buena idea- respondió ella.- amo ver películas.
Dejamos que ella eligiera una película, y eligió rápidamente una de comedia romántica que al parecer era muy linda.
Pusimos la película y por alguna extraña razón Leo volvió a la habitación.
- ¿Qué pasa?- le dijo Noah
- Quiero ver la película- dijo sentándose al lado de Maggie. Wow. Que todo el mundo se detenga ahora mismo. ¿Qué acaba de pasar?
-¿En serio? -dijo él y puso play.
- Si- contesto cortante- no más preguntas.
Y Maggie me miró como pidiéndome salvación. ¿Estaría planeando algo Leo? Estaban sentados al lado pero no se miraban y Maggie estaba lo más concentrada posible en la película.
Al principio el ambiente estaba demasiado tenso, pero a medida que avanzo la película todo se tornó en risas, la película era muy buena. Luego de un tiempo noté que Noah estaba abrazando a Chloe y luego de ver eso no pude concentrarme en la película. ¿Eran celos? No puede ser, él no me gusta, además nos acabamos de conocer. Tal vez sería la necesidad de sentirme así de querida, o que él me había dicho que “era complicado” y luego la había presentado como su novia, como si nada hubiera pasado, y mi mente quería tener todo etiquetado, o quien sabe que le pasaba a mi estúpido cerebro o corazón. Ya ni siquiera sabía cuál de los dos era el que estaba hecho un lío.
Después de esa película nos quedamos charlando hasta tarde. Descubrí que Chloe era una persona muy simpática y sensible y que Leo podía ser bueno cuando se lo proponía y además muy gracioso. Me costaba descifrar a Noah aún, sentía como si el guardara muchos secretos de los que tenía necesidad de saber. Era tan misterioso que me enloquecía.