Capítulo Quince: Lexi

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No podía creer donde estábamos, todo lo que estábamos pasando en ese momento. Se había convertido en algo hermoso, en algo que sé que no se iba a ir de mi mente nunca más.
Nos subimos al auto sin dejar de mirarnos en ningún momento. Él se acercó a mí y depositó un tierno beso en mi cuello y yo reí por lo bajo.
- Ya te dije que me da cosquillas que hagas eso.
- Lo sé- dijo sonriendo- por eso lo hago.
- Eres malo.
- Lo soy.
En el auto prendí la radio y seguí cantando como loca una canción de Taylor Swift que pasaban en el momento. Estos últimos meses me había actualizado con la música, era inevitable viviendo en Los Ángeles, algunas canciones eran buenas, pero seguía con mis ideales respecto a la música. Cambiamos la emisora y sonreí al escuchar Yesterday, de The Beatles.
- La canción que me cantaste en el hotel- sonreí.
- Exacto
- Cuando me mentiste – dije haciéndome la enojada pero el freno el auto repentinamente.
- Lo siento- dijo mirándome
- Era solo una broma- dije riéndome y él se acercó a besarme
- Sí, pero solo quería recordarte que de verdad lo siento.
Yo le sonreí y seguimos el camino cantando esa canción.

Luego volvimos a cambiar la emisora y logré distinguir una de las canciones de Noah, “You’re all I want” se llamaba, y era una de mis favoritas de su álbum. Los dos comenzamos a cantarla, y él me miraba de reojo y reía, pues siempre me había dicho que me dedicaba esa canción, aunque ya la había escrito un tiempo atrás de conocerme. Se supone que cuando la escribió no pensaba en nadie en especial, que solo pensaba en cómo se sentiría si llegara ese alguien, y cuando lo encontró, me la dedicó. Era muy raro escuchar en la radio y en vivo y en directo la misma voz, sonaba como un ángel, me era imposible no quedarme viéndolo como tonta y escuchar su hermosa voz. Cuando la canción termino y comenzó una que no supe reconocer, noté que su cara cambio de una sonrisa a una muy seria. Sus ojos se pusieron de un brillo que se me hizo conocido: era el que le daba cuando estaba melancólico.

 Por alguna razón cuando estamos juntos y nos quedamos callados demasiado tiempo, él se pone melancólico. Sé que tiene algún secreto muy escondido, y sé que tiene que ver con lo que sucedió ese día que fuimos a rentar la película y nombraron a una chica ¿Le habrían roto el corazón? Nunca lo sabré, solo sé que se esmera por mantenermelo oculto. Bueno, todos tenemos secretos que no queremos que nadie sepa, pero quisiera descubrir la fuente de ese dolor que tiene siempre en él, que parece ser que nunca se irá.
Al principio consideré bajarme del auto simplemente e irme a casa sin decirle nada, pero esto era una cosa que sucedía a menudo, y necesitaba preguntárselo, ya no podía quedarme callada.
- ¿Qué te sucede?
- Nada- dijo algo cortante.
- Sé que algo sucede, necesito que me lo digas.

En ese momento el auto se estaciono fuera de casa y yo lo miré fijamente, él también me miró a mí.
- De acuerdo, no quería decírtelo esta noche, pero sé que no vas a parar hasta que te lo diga.
- Me conoces muy bien- le dije seria.
- Esta noche, antes de ir a buscarte, papá me dijo que me iría de Tour.
- ¿Qué? ¿Y por eso tienes esa cara? ¡Es una buena noticia!- dije sonriéndole.
- No para mí –dijo algo serio
- Pero ¿Por qué? Amas a tus fans, amas cantar ¿Qué tiene de malo?
- Tenerte lejos- dijo mirando hacia otro lado- ¿No puedes venir conmigo?
- Noah – repliqué algo triste- Sabes que no puedo.

Reflexioné. Él tenía razón, tal vez no nos veríamos en tres meses, o más.


- Pero, ¿por qué no puedes?- me dijo algo molesto.
-Tengo diecisiete años, Noah. Soy una adolescente que asiste a la escuela. Falta poco tiempo para el receso invernal, pero los demás días son de estudio

El miró para otro lado y yo lo tomé por la mejilla con una de mis manos y lo miré a los ojos. Noté que estaba temblando un poco, parecía que quería llorar, eso de recién no era todo.
- Tengo miedo- dijo mirándome fijamente.
- ¿Miedo a qué?- le susurré sin comprender.
- A perderte cuando no esté.
- No me perderás  - le respondí sorprendida- ¿Por qué piensas eso?

Tu ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora