"Dolor de Cabeza"

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«Capítulo 8»


«—Hola grandote, que lindo eres. — Dice Louis a un perro que estaba recostado en su sofá.

La casa en la que estaba no era la de él, la desconocía, se sentía perdido pero protegido con el gran perro a su lado. »

Todo se empieza a desvanecer, volviéndose oscuro.

Sólo fue un sueño. Piensa Louis.

Esta acostado boca abajo, y cuando se despierta un poco más se da cuenta que esta con alguien más. Y no sólo eso, también se da cuenta que tiene su mano en su cabello y su cabeza duele horriblemente.

—Mierda. — dice con pánico.

Se apoya en sus codos, quitando la mano y pierna de el cuerpo dormido junto a él.

No, no, no. Piensa.

Se levanta rápidamente y se arrepiente al instante. Un abrumador mareo le pega de lleno.

Todo da vueltas, cierra sus ojos y los vuelve abrir, pero solo ve destellos blancos.

Se agarra de la cama para no caer y cuando ya ve bien por fin las náuseas se hacen presentes.

Corre al baño e intenta vomitar, pero solo sale agua y bilis de su boca. Así sigue durante un rato. Su estómago se contrae, pero nada sale de su boca, así por dos veces más. Lágrimas caen por sus ahora rojas mejillas.

Sorbe la nariz y se queda un momento en la posición en la que está. Toma papel y se limpia la boca, toma más y se limpia las mejillas.

—¿Tienes pastillas para el dolor de cabeza, enano?— escucha de repente una ronca, muy ronca, voz detrás de él, en la puerta de su baño.

Voltea lentamente y ve a Harry, parado solo con un bóxer mirándolo sin ninguna expresión en su cara.

—¿Qué haces aquí? — evade la pregunta.

— Larga historia — rueda los ojos. — ¿tienes o no?

—Creo que si, pero están abajo, solo me cepillo los dientes y bajo.

— Bien. Te espero allá. — se da la vuelta y empareja la puerta.

Louis escucha que agarra su pantalón por el sonido de su hebilla siendo movida.

Se levanta lentamente y toma su cepillo de un pequeño vaso que esta en el lava manos. Así como la pasta dental.

Se lava los diente y sale. Esta a punto de salir, pero recuerda que esta semi desnudo y regresa rápidamente, toma una camisa que esta en el piso y sale. En el camino hacia abajo se va poniendo la camiseta gris.

Llega a la sala pero no ve a Harry, así que se dirige a la cocina. Ahí está.

Lo voltea a ver y levanta una ceja para después cruzar sus brazos.

—¿Porqué tienes mi camisa puesta?— Dice frunciendo el ceño.

Louis baja la mirada y nota que, efectivamente, trae la camisa de Harry. Su cara se vuelve roja.

«Black And Rainbow» •l.s.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora