XII - Puedes ¿Cierto?

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-Puedo intentar colocar un campo- dijo Sakura.

Los tres continuaban muy débiles como para pelear. El guardaespaldas no había regresado con Eriol y habían oído el estruendo de los sellos rompiéndose, eso significaba problemas.

El castaño intentó mover su cuerpo, solo los dedos, o un poco la cabeza pero no funcionó, lo peor de todo era que los enemigos comenzaban a ingresar por las ventanas del piso en el que estaban.

-No Sakura, puede ser peligroso que uses magia ahora...

-Pero nos atacan...

-Confiemos en Ryu- resolvió Shaoran, esperando no equivocarse.

Ciertamente el guardaespaldas hacía uso de toda su agilidad para evitar que las ánimas no consiguieran subir al piso de arriba. El inglés había caído (aún inconsciente) a un costado cuando lo arrojó por ende no era de mucha utilidad, aunque tampoco le estaban haciendo daño.

A un lado Mei Ling peleaba con todas sus fuerzas contra dos enemigos al mismo tiempo. Sabía que sus conocimientos de artes marciales eran excelentes, pero luchaba contra oponentes muy distintos a los normales. Acabaría herida si no hacia algo al respecto.

-Ponte a cubierto Pantis- dijo, bastante irritado.

-Claro que no, ayudaré como pueda.

- ¡No seas tan obstinada y escóndete! ¡Esto no es un juego!- fue ignorado, la vio saltar sobre un ánima y golpearla en la nuca muy fuerte. Cayó al suelo sí, pero él sabía que no duraría mucho el efecto, eran controladas, por lo tanto cuando se lo ordenaran se levantaría una vez más.

Aunque se tranquilizó un poco al ver que la técnica de ella aún no se oxidaba no dejó de mirar hacia donde ella estaba, solo por si acaso.

Sin embargo cambió de parecer cuando ingresó a la residencia una figura encapuchada. Su presencia maligna era fuerte, no le cabía duda de que sería un adversario poderoso, por lo tanto dio un salto hacia Mei Ling y le colgó al cuello su collar, aquel que lo mantenía en el mundo.

- ¿Q-Qué haces? ¡No, quédatelo!- le recriminó ella pero cuando vio su mirada azul intensamente seria se quedó muda. ¿Por qué siempre guardaba silencio cuando hacía esa expresión? ¿Cuánto más debía de soportar por ese amor no correspondido? Lo intentaba, todo el tiempo, también ser fuerte, pero él solo aparecía y lo derrumbaba todo como si nada. "Ryu... Ya no quiero amarte así..."

Permaneció inmóvil, incluso con todos los enemigos alrededor, él ya había marchado a combatir una vez más. Entonces vio a la persona encapuchada, se aproximaba lentamente hacia donde ella estaba, con una esfera roja en manos que brillaba, se recompuso enseguida y se apartó unos pasos.

- ¿No prefieres odiarlo?- oyó, su voz era muy extraña, sonaba bien, pero algo en ella parecía estar mal. -Será como si no sintieras nada..- la joven permaneció en su sitio, era como si algo la atrajera de esa persona, de pronto deseaba ver su rostro. -Ven y mirame a los ojos, será como si todo jamás hubiese existido...

-No...- silencio. -Yo no quiero que esto desaparezca...- abrió los ojos ligeramente y saltó hacia atrás. - ¡Alejáte!

-Prometo que no volverá a doler...

-Ya basta, no te escucharé- Mei Ling evadió el ataque de tres shuriken que lanzó la desconocida persona. Había sido rápida, pero la velocidad de reacción era una habilidad que no había entrenado desde hacía un tiempo, temía que todo saliera mal para ella.

Al menos era buena con los saltos, era capaz de llegar muy alto, así que lo hizo y aterrizó justo detrás de la persona, pateándola justo en las costillas, no tenía intensión de herirla pero bastaría con dejarla inconsciente. Se miraron fijo, a pesar de que la proveniente de China no viera sus ojos.

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