XI - Primer miedo

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Permanecían quietos, contemplándose unos a otros mientras decidían qué sería lo que harían. Más bien ya estaba hecho, pero no estaban seguros de que sería lo correcto hacerlo. La sala de Eriol lucía más que impecable y apacible, era ideal para llevar a cabo el plan.

Habían pasado poco más de tres semanas del último ataque enemigo, algo presagiaba que la paz no duraría por mucho tiempo y que debían aprovechar que estaban en condiciones para realizar aquello. Ya estaban colocadas las protecciones necesarias en la casa, solo por precaución. Sakura, Shaoran, Eriol, Kasai, Mei Ling, Kero y Ryu contemplaban el cofre faltante como quien piensa que ha hallado un meteorito. Tenía un dragón furioso en la cerradura, si bien no cabía duda, Shaoran se aseguró de que él era el legítimo usuario del objeto. Cada vez que lo tocaba se sentía como si lo llamaran, como si alguien lo estuviera buscando y no estuviese seguro de querer encontrarlo.

Sakura permaneció en su sitio mientras aguardaba a que los dos usuarios restantes acabaran de decidir qué harían, ella estaba segura, entraría al sueño compartido e intentaría abrir su cofre para desentrañar todo aquel retorcido acertijo. Aunque estaban desesperándola un poco.

- ¿Quizás... Debamos averiguar algunas cosas más?- inquirió Shaoran que miraba a un inglés pensante.

-Si bien no comprendo por completo qué se supone que debo hacer una vez dentro, creo que no hay que esperar, he tenido un mal presentimiento desde que todo empezó y comienzo a pensar que se nos acaba el tiempo- dijo la única mujer, algo cohibida.

-Puede que tenga razón Shaoran, lo mejor será que nos demos prisa- miró al guardaespaldas que aguardaba de pie. -Mientras inicio el sueño tendrás que colocar los cofres en el pecho de cada uno.

-De acuerdo, tú: defensa, Sakura: sumisión, y Shaoran: ofensa.

-Exacto.

Se colocaron sobre los sillones, recostados, y vieron que Eriol extendía sus manos hacia arriba y unas ondas azules comenzaban a inundar la habitación, poco a poco todo se tornaba oscuro alrededor de los tres usuarios y se llenaba de brillos azulados. Era muy hermoso de ver, pero para contrastar, que fuera desapareciendo la realidad, no era muy tranquilizante.

Cuando pudieron divisar algo se encontraban rodeados por una oscuridad absoluta y solo se veían las caras gracias a los destellos azules que aún no los abandonaban. Algo curioso era que no estaban de pie, no parecía haber ninguna plataforma similar al suelo, por lo tanto flotaban, uno al lado del otro. Sakura en medio, una distancia de dos o tres metros los separaban.

-Sakura ¿Estás bien?- preguntó el castaño.

-Bien ¿Y tú?

-Estoy bien.

De repente vieron que una enorme luz blanca comenzó a refulgir sobre ellos. Se extendió a través de toda aquella oscuridad (dejándolos ciegos) para luego volverse más pequeña y aparecer frente a los tres.

-Los saludo a ustedes, usuarios- dijo una voz muy suave, como infantil, era aterradora y al mismo tiempo cautivadora. -Les pido que por favor presten atención a mi mensaje ya que no lo repetiré. Se deben estar preguntando el motivo por el cual se vieron citados en este lugar, y probablemente tengan muchas dudas, intentaré disolverlas tanto como pueda, pero debo advertirles que la información completa no la tendrán en este día.

-Genial- masculló Shaoran.

-Ustedes han sido seleccionados por mí para cumplir con una misión con la que solo ustedes pueden, no puedo decirles mucho sobre eso, pero una fuerza maligna muy poderosa se acerca a su ciudad... Puedo detenerla, pero para lograrlo preciso que ustedes abran esos cofres con su magia... Lo único que tienen que hacer en esta instancia es superar tres pruebas a las que se verán sometidos... Solo para probar que son dignos de estar aquí, si fallan, los cofres nunca se abrirán... Una vez abiertos estos les revelarán lo siguiente a hacer. Les deseo mucha suerte- diciendo esto la luz desapareció. Dejándolos muy confundidos.

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