Hayley's POV
Corrí lo más rápido que pude hacia el baño de mujeres, una vez dentro, apoyé mis manos en el lavamanos.
Nunca pensé que alguien podría tener un pasado tan... oscuro. Haber sufrido todo eso con tan solo ¿quince, catorce años?
Es la primera vez que sentí su sufrimiento, mientras él me relataba todo, yo sufría. Era como si cada puñalada que Dylan haya tenido, me la hubieran transferido a mi. Lo sé, es algo de locos ¿no? Digo, una cosa es ponerte en el lugar de esa persona, otra es sufrir todo eso.
Me sentía rara, no sólo por el hecho de lo recientemente ocurrido, sino que... estaba sintiendo algo por Dylan. Me encanta estar con él, aunque sólo sea por unos minutos. Su voz tiene algo que, no sé, me atrajo desde el primer día en que la oí. Tengo un pequeño fetiche con la voz.
Apreté fuerte el lavamanos, observé mi reflejo en el, no tan pequeño, espejo. Mis ojos tenían ese brillo que advertía a los demás que habías llorado, mi pelo estaba algo alborotado por la pequeña maratón que tuve, y la remera blanca... Luego de llegar, mi padre me obligó a que me la pusiera, por un momento mi vista se dirigió a Dylan, quien miraba la escena divertido. No sé por qué, eso me hizo reír internamente.
El sonido de una puerta cerrándose me sacó de mis pensamientos. Volteé bruscamente y observé sus ojos marrones.
—¿Por qué huiste?— habló con algo de decepción en su voz.
Lo miré atónita, ¿él decepcionado?
Me crucé de brazos.—No tengo por qué darte explicaciones— miré el suelo.— , no eres mi padre.
Sentí su sonrisa asomándose, un leve suspiro salió de sus labios. Luego de eso, unas manos se apoderaron de mi barbilla, haciendo que lo miré en contra de mi voluntad.
—Cuando se trara sobre mi, sí.— acercó su rostro un poco más, dí un paso hacia atrás, pero el lavamanos me lo impedía.—Responde.— sentenció.
Intenté pensar en alguna excusa, no podía decirle lo que sentí.
—Asunto de mujeres.— quise abofetearme en el momento.
Él sonrió, mostrando sus envidiablemente perfectos dientes. Un suspiro salió sin permiso de mis labios. Dylan estaba tan cerca de mí, estaba empezando a sentir calor en mis mejillas.
—¿Llegó Andrés?— cuestionó burlón.
Asentí.—El de cada mes.
Dylan rió fuerte, derritiendo cada centímetro de mi piel, haciendo que empiece a odiarlo por sentirme así.
Se alejó, aún tenía esa sonrisa burlona en su rostro.—No voy a hablar más del tema— hizo una pausa, observándome con miedo, como si temiera que me alejara de él sólo por su pasado.— , si quieres permanecer a mi lado, hazlo, no voy a detenerte.
Le interrumpí.—¿Y si no?— sonreí divertida.
Dylan bajó la mirada, al subirla, sus ojos penetraron los míos, enviándome sus sentimientos: tristeza.
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Enamorado de la Vampiro
RomantikEsta historia NO trata sobre vampiros. Prohibida su copia o adaptación®