Capítulo 13

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Punto de vista de Hayley

Abrí los ojos, la música del teléfono de Trevor no me dejaba dormir.

—Te lo advertí— se carcajeó mientras jaló las sábanas, des-tapándome.— , si no te levantas por las buenas, lo harás por las malas.

Sin que él lo notara, tomé una almohada y se la lancé. Pero mi hermano la tomó justo antes de que lo golpeara. 

—Hayl, lanzas como niña— me levanté para decirle que "era una niña", pero levantó su dedo y me interrumpió.— . No me vengas con eso de que eres una niña— me observó gracioso.— , eso no es excusa.

Me crucé de brazos y le saqué la lengua, sí ya lo sé, muy infantil. Pero ¿qué debía hacer? Trevor era veinte centímetros más alto que yo, es fuerte y muy ágil. En un intento mío de subirme a su espalda y golpearlo, él me tomaría y me lanzaría a la cama sin problemas. 

El rubio salió de mi habitación, advirtiéndome de que tenía cinco minutos para prepararme y si no la hacía, lo pagaría. 

Volví a acostarme, ignorando la advertencia de mi hermano y suspiré. En verdad lo extrañaba, pero al que más extraño es a Connor. Observé en mi mesita de luz un cuadro de plata, en el se encontraba una foto, allí estaba él, tan sonriente como era cuando estaba vivo. 

Su recuerdo hizo que una lágrima escapara, la quité de mi ojo e intenté parar . No quería que nadie me viera así, tan... débil. Yo no era así, yo soy una persona demasiado fuerte, aguante bastantes cosas, no puedo dejar que el recuerdo de Connor me afecte. Pero no puedo hacerlo, todavía no puedo creer que el no esté con nosotros, aún no puedo hacerlo. 

—Sólo no le demuestres a Trevor que aún lo extrañas, Hayley.— susurré para mí misma. 

Me levanté de la cama, caminé hasta mi armario y tomé una camiseta de Connor, me encantaba porque de algún modo, todavía estaba impregnada con su olor. Me la puse y me quedé con el short negro. 

Abrí la puerta de mi habitación y me dirigí al baño. Así es, sólo hay un baño en toda la casa, por suerte somos demasiados organizados en mi familia, y cuando cada quien quiere entrar, siempre está desocupado, es algo muy beneficioso por parte de mi familia. Aunque ahora Trevor vino de vacaciones, y seguro los problemas con el baño van a volver. 

Golpeé la puerta para asegurarme de que no hubiera nadie adentro, y para mi suerte estaba libre. Cuando estaba por entrar, el chillido agudo de Allison me hizo sobresaltar, la observé salir de su habitación alterada y ¿mojada?

Señaló a alguien en su habitación.—¡Te juro que voy a matarte Trevor!

El susodicho, salía impecable de su cuarto, y estaba demasiado alegre. Allison pasó por mi lado y se coló en el baño.

—¡Allison!— grité mientras golpeaba la puerta.—¡Yo llegué primero!— bufé.—¡Respeta!

La puerta se abrió sólo un poco, dejándome ver su nariz y boca.—Créeme, yo necesito esto más que tú.— y cerró la puerta en mi cara.

Trevor seguía riendo enfrente de mí, pero cuando me observó, su risa decayó. Eso era algo realmente raro en él, ya que cuando algo le da gracia, ríe por horas y horas. 

Enamorado de la VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora