Pov Rigby.
No sospechaba que ese día pasaría algo que me cambiaría, algo que me terminara completamente, ese día era normal, como todos los días.
¿Quién iba a decir que un simple y corriente día podría cambiar significativamente el rumbo de la vida de una persona?
Por obvias razones ahora odio los cambios espontáneos y repentinos, por obvias razones.
Estábamos ese día en la cafetería, bebiendo un café y comiendo algunas rosquillas.
- ¿Y bien chicos? - preguntó Eileen - ¿vendrán conmigo al centro comercial?
- No lo sé - dije - ¿Tu que dices Mordo?
- Pues yo digo que hay que acompañar a nuestra mejor amiga para que nos shippee todo lo que quiera - respondió Mordecai.
- ¡Genial! - Saltó de alegría Eileen derramado un poco de café sobre el suelo.
- Diablos, ahora tendré que limpiar - comentó.
Ambos reímos por su comentario.
Eileen era una buena persona, de eso no teníamos dudas.
- Amigo, Eileen es genial - comentó Mordecai satisfecho.
- Eso creo... - le respondí viéndole a ella que limpiaba el café derramado.
- Sin duda sería una buena novia - dijo al dejar distraerme.
- ¿P-por qué lo dices? - pregunté tanto nervioso como preocupado.
- Tranquilo - rió sacudiendo mi cabello - yo no te dejaría por nada ni por nadie.
Sonreí, aunque sabía que tarde o temprano esa chica de anteojos me llegaría a gustar; por eso hacia todo lo posible para mantenerme más y más enamorado de la persona que siempre habia estado allí para mi.
Eileen se acercó a nosotros ya cambiada, se había vestido como todos los días, pero no sé por qué yo la ví diferente.
Tuve el presentimiento de que algo malo me pasaría ese día, pero lo ignoré, no quería incomodar con mis problemas.
Mis problemas son mis problemas, no tengo que preocupar a los demás por ellos.
- ¿Qué esperan? - pregunto Eileen tomando su bolso.
Los tres salimos de la cafetería para luego subirnos en el auto de Eileen.
- ¿Y qué se supone que haremos allá Eileen? - preguntó Mordecai.
- Pues... No lo sé, lo que querramos - dijo feliz.
- ¡Enserio me gusta hacer lo que quiera! - salto de alegría Mordecai - Vamos Mapache ¿Qué sucede?
- Me duele un poco la cabeza, eso es todo.
- Esta bien - revolvió mi cabello haciendome sonreír.
Llegamos al centro comercial.
«¡Lleve sus bollos recién sacados de nuestro horno de leña!», anunciaba un vendedor afuera del su local.
- Ummm - dijo Eileen - Quiero uno de esos.
- Tranquila - sonreí - cuando nos vallamos cogeremos algunos para llevar, ¿ok?
- Ok.
- Bueno, lo que quiero hacer ahora es ir a la Arcadea a la hora de los recres para jugar algunas partidas, ya sabes, para calentar - sugirió Mordecai.
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No Voy a Dejarte...
FanfictionUna amistad que no acabará nunca, a pesar de todos los problemas, mentiras y traiciones ...Como debe ser...