Noche "hospitalaria" (Especial de Halloween)

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- ¡¿Adonde diablos esta Eileen!? - gritó Mordecai en medio de la noche - ¡Donde esta la Fangirl!, ¡Rigby!, ¡¿Cómo nos olvidamos de ella?!

- Es verdad, ¡Nos hemos olvidado de ella! - exclamé desesperado.

- ¿No la has visto? - preguntó Mordecai.

- Desde hace dos semanas no - respondí.

- Vamos tenemos que buscarla - se paró débilmente de la camilla Mordecai.

- No, no, tu te quedas, estas muy lastimado - ordené protector.

- Mirate, tienes una pierna vendada, ¿Cómo vas a estar “mejor que...

Un ruido extraño alarmó a Mordecai.

- ¿Mejor qué...?

- ¿Oyes eso?

- No, ¿Oir que?

- Eso...

Permanecimos callados.

- Pero yo no oigo na...

Me interrumpió el con un abrazo fuerte, que me hizo sentir seguro.

- Eso - me guiñó el ojo Mordecai.

- ¿En qué estábamos? - pregunté muy sonrojado.

- En que los dos estamos casi inválidos - comentó levantando una ceja.

Lo cual me encantaba.

Me quede boquiabierto viendo aquel sarcasmo reflejado en sus cejas.

- ¿¡Pero bueno Mapache, me estas escuchando!?

- Ajá - la baba caía de mi boca.

- Cierra la boca que hay moscas - me tomó suavemente del mentón asentando mis labios inferiores con los superiores.

- ¿Quieres buscar a Eileen? - dije ya volviendo a la tierra.

- No lo sé, es de noche, los hospitales no dan buena pinta.

- ¿Que acaso te da miedo?

- A mi no - sonrió - tu eres el miedoso al que siempre acabo cargando en mi espalda.

- ¿Por que crees que quiero ir?

- Igual no puedes caminar, por tu herida en la pierna - me miró con lastima.

- Espera - dije - tu tienes que estar obligatoriamente en camilla por que no puedes respirar bien...

- Somos unos idiotas, ninguno de los dos es capaz de pararse.

Unos ruidos s escucharon muy fuerte.

- ¡Viejo quiero irme de aquí! - me paré como pude y me acurruqué al lado del arrendajo sintiendome seguro.

- Calma, no temas - me revolvió el cabello sonriendo.

Él comenzó a toser.

- Lo siento - dije - olvidé que te cuesta respirar.

- T-tranquilo - dijo entrecortado.

- Como quisiera que no estuvieses mal, por mi culpa - agaché el rostro.

- Calma, que no ha sido tu culpa- me besó el cabello - ven acá, mi pequeño Mapache asustadizo...

Me acosté a su lado.

Los ruidos no paraban de escucharse.

- Mordecai...

- ¿Qué sucede?

- Tengo miedo - temblaba.

- Ya, ya - me decía.

Los ruidos de una persona gritando de dolor podían escucharse.

No Voy a Dejarte... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora