No Voy a Dejarte...

Y así pasó el tiempo

Pov Mordecai.

Desde que Rigby estuvo en estado de coma, todo ha ido mucho mejor...

Pasamos los dos años siguientes en la secundaria, hasta el tercer año ya que Rigby no se graduó, causa que ocasionamos una explosión en el laboratorio de la escuela.

Rigby no fue a la universidad U, y yo tampoco, luego de eso asistí a la escuela de arte, Rigby se mudó a mi habitación.

Terminé la escuela y vagamos un rato hasta que teníamos que conseguir trabajo, por que la calle no mantiene ni alimenta a nadie.

Así que buscamos y buscamos trabajo.

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- Oye amigo, jamás encontraremos un trabajo - me quejé hacía Rigby.

- Si lo sigues diciendo se hará realidad - me miro tiernamente.

- Ya callate Mapache bobo - revolví su cabello castaño.

Él me abrazó.

- No enserio viejo, si quieres abrazarme más fuerte y por mas tiempo tendremos que conseguir un apartamento, ya sabes para que nadie nos vea - dije.

- Eso no me importa...

- Pues a mi tampoco, pero no quiero dormir en una banca.

- Margarita trabaja en una cafetería, ¿verdad? - preguntó el castaño.

- Sí, pero no hablo con ella desde hace mucho, ¿por qué? - Ella había intentado salir conmigo, pero no salí con ella.

- Por que talves nos den empleo ahí.

- No es una mala idea, vamos ya - decía con aire de " haré todo lo que quieras mi Rigbone ".

Nos dirigimos a la cafetería.

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Al entrar ví a Margarita, desde hace tiempo que no la veía.

- Hola Margarita - saludó Rigby.

- Hola - contestó ella viéndome sorprendida.

- H-hola Margarita - saludé al fin.

- Hola Mordecai - contestaba algo decepcionada, pero a veces las personas deben entender que no siempre se obtiene lo que se quiere.

- Oye Margarita... - comentaba Rigby - ¿Hay trabajos disponibles acá?

- ¿Trabajos disponibles?, cielos chicos, hubieran venido antes - respondía Margarita.

- ¿Antes? - pregunté.

- Sí, hace poco una chica comenzó a trabajar aquí.

- Ha, bueno... Pues gracias - dijimos el castaño y yo unánimes.

Comenzamos a subir las escaleras cuando Margarita nos llamó.

- Esperen - proseguía - ¿puedo servirles un taza de café?

- Sí, ¡Gracias Margarita! - exclamaba alegre el Mapache ante tal oferta.

Lancé una sonrisa a Margarita, la cual no tardó en regresarmela con aún mas gentileza.

- Bien, entonces tomen asiento.

Nos sentamos en una mesa larga y espaciosa de en medio.

- Hola - dijo una chica bajista con anteojos - ¿puedo atenderles?

- Ha, no gracias - contesté - ya nos atienden.

- Bueno, feliz tarde - se despidió.

- ¿Cómo te llamas? - pregunté.

- Eileen - contestaba tímida.

- Yo soy Mordecai y el es Rigby.

- Hola - dijo el castaño.

Esa chica "Eileen", lo miraba demasiado.

- Adiós - se despedía - tengo trabajo que hacer.

- Adiós - me despedí.

- Oye amigo - decía Rigby leyendo el periódico - aquí hay un trabajo de jardinería.

- Dejáme ver...

«Se solicitan jardineros con experiencia para "El parque"»

Margarita nos llevó unos expresos.

- Tomen - dijo poniendo los dos vasos en la mesa - para llevar, vallan a buscar trabajo.

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Y así conseguimos un trabajo en el parque.

- No puedo creer que viva en el trabajo - comentó Rigby.

- Sí, pero no tienes cama.

- Acaban de traer la tuya, no te molestará compartirla hasta que consiga una para mi ¿verdad?

- No Mapache - se subió a la cama y se arrecostó en mi pecho, revolví su cabello suavente - Mañana buscaremos una cama para ti castaño...