Espectativas

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Pov Autora

El Mapache despertó nuevamente gracias al gran sonido que hacían las ambulancias y camiones de bomberos.

«Ayuda», susurraba adolorido.

Fue ahí donde un bombero notó que había movimiento en algun lugar, el lugar donde estaba él y sus amigos casi sin vida.

Al ver esto, Rigby se dejó caer una sexta o séptima vez ante los escombros que tanto le dañaban.

Quedando así inconsciente del tanto de su situación.

«Un día normal se convierte en un día desastroso», era el nuevo lema de Rigby antes las diversas y desafortunadas acciones que lo llevaron hasta allá con pena.

Sintió como el bombero le levantaba, como todos giraban alrededor de Mordecai, Eileen y él.

«Estarás bien amigo», dijo el bombero.

Siendo así que esta frase le hizo tranquilizar.

Se los llevaron a los tres en la ambulancia, nadie de ellos asumía despertar.

Pov Rigby

Me quedé inconsciente incontables veces, por más que intentaba levantarme y colaborar, se me hacía imposible.

Cada vez que abría los ojos era en vano, pues era una lucha intentar levantarme.

Al abrir lo ojos observé la razón por la cual no podía pararme de ahí, estaba cubierto de escombros.

Un momento cuando tenía los ojos abiertos, pude escuchar como las sirenas de las ambulancias y camiones de bomberos se acercaban.

Solo temía de algo, que pudiesen encontrarnos.

Dejé caer mi cuerpo de una vez por todas, me rendía, si moría ahí ¿qué mas daba?, talvez Mordecai ni siquiera saldría con vida.

Un escombro cayó desde el techo hacia mi cabeza, dejándome inconsciente de nuevo.

Lo último antes de cerrar los ojos pude ver como un bombero me revisaba, a mi a los demás.

«¡AQUÍ HAY HERIDOS!», gritaba, «¡NESECITO AYUDA!»

Unos minutos después, sentí que podía abrir nuevamente los ojos, no es que quisiera hacerlo, algo me los hacia abrir.

Fue muy doloroso abrirlos, porque me desperté en medio de la linea de fuego.

Me llevaban a toda velocidad en una camilla.

Tosí y una enfermera pudo ver que había despertado.

«¡Esta con vida!», gritó feliz, «paren el RSP»

Sentí un dolo punzante que casi me hacia llorar.

Levanté un poco la mirada y ví la escena que nunca creí ver. Un pedazo de metal dentro de pierna causaba el dolor que me hizo llorar en el momento.

«Todo estará bien», me dijo el doctor que me oxigenaba.

Me fijé en una chica alta de cabello acolchado de color rosa con un rizo que caía.

«Paciente con heridas traumatizantes», le dijo a ellos una de las enfermeras.

Ella me vio, la camilla no paraba de ir rápido por el pasillo, a ella le preocupé demasiado.

La doctora se quedó ahí parada, viéndome sorprendida mientras yo avanzaba en la familia por el pasillo.

La verdad me resultaba familiar, pero por pensar en Mordecai, nada era lógico, solo estar con él lo era.

No Voy a Dejarte... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora