The Payno | Niam.

11.

Niall entró en la habitación y vió que Wallace estaba de espaldas hacia él tocando los barrotes con la moneda. La risa de Wallace retumbó en la habitación y los vellos de Niall se pusieron de punta. Vaya que había salido corriendo de no saber que ese hombre era el causante de aquello.

—El plan de La Sombra funcionó a la perfección, solo hace falta que llegue y todo habrá acabado.

—Mierda. Hay muchas personas aquí. No puedo permitir que eso pase, y menos si mis hermanos están aquí. Tengo que hacer algo —susurró para el mismo mientras salía de la habitación dejando a Wallace riendo.

Niall intentó correr lejos de la habitación pero se topó con un hombre muy alto, tal vez de dos metros de altura, tenía en sus manos un recipiente rojo que contenía gasolina y en su boca un gran cigarro que lo hacía ver igual que un mafioso.

—¿Adonde vas, niñito? —la voz del hombre lo hizo temblar de tan solo escucharla. Niall intentó alejarse de él pero no pudo. Era endemoniadamente alto el tipo y Niall no sabía como defenderse si no tenía una florete en su mano. Lo tomó de la camisa y lo atrajo hacia él—. ¿Por qué huyes? ¿No quieres ver el espectáculo que estamos a punto de dar?

—No, no, no -susurró mientras el hombre lo llevaba con él nuevamente a la habitación donde estaba Wallace.

—¡Hey! ¡Wallace, idiota! Vinimos a sacarte de aquí, pedazo de basura —anunció el hombre dejando el recipiente en el suelo y tomando a Niall de la camisa levantándolo como si no pesara nada—. Mira lo que tengo aquí.

Wallace miró a través de su hombro y observó la espalda del rubio.

—¿Ese es el mocoso que estuvo en el hospital? —Wallace se levantó rápidamente y se sostuvo de los barrotes.

—Sí, eso creo. —ambos rieron—. Aunque será mejor que esta vez si no haya testigos.

Dicho eso lanzó a Niall lejos de ambos. El rubio voló hacia un escritorio tirando todo lo que había en él y cayendo al piso él también del otro lado del mueble como consecuencia. Había papeles por todos lados y Niall estaba aturdido por el golpe que había recibido. El sonar de las llaves se escuchaban a lo lejos y al ver que el escritorio era más pequeño que él miró hacia donde estaban Wallace y el hombre. Él había liberado a Wallace. Ahora incendiarían todo el lugar para salirse con la suya.

—No dejaré... —tomó un macana que había estado en el escritorio cuando lo arrojaron contra él y se levantó como pudo con el arma en su mano—. No dejaré que incendien el lugar.

—¿Quieres bailar? Bailemos. —el hombre lo miró retándolo y se colocó el posición utilizando la macana como un florete de esgrima—. Wallace comienza a encender el lugar. Esto se va a poner ardiente.

[...]

—¿Está haciendo calor, verdad? —preguntó Eleanor sentada junto a Olivia esperando a Niall después de que él había dicho que iba a buscar respuestas.

—Eso creo —dijo la pelirroja levantándose y mirando directamente hacia la entrada del Departamento de Policías-. Esto no está bien.

Tragó saliva y escuchó el metal derritiéndose observando que detrás de la puerta habían hombres con lanzallamas.

—¡Están incendiando el lugar! —gritó y un disparo se escuchó.

Eleanor y Dylan se acercaron rápidamente hacia Olivia y juntos chocaron sus espaldas.

—No puede estar pasando de nuevo —habló Dylan y se escuchó otro disparo.

—¡Corran! ¡Salgan de aquí! —gritó un oficial corriendo directo hacia ellos. Pasó por delante de los tres chicos directo hacia la puerta de entrada—. ¡Vengan!