3.

1.2K 106 7
                                    

—¿Qué diablos?

—¿Quién es, Dylan? —preguntó Eleanor bajando las escaleras y mirando al hombre—. ¿Qué haces aquí?

—¿Qué les sorprende? —el hombre miró a Eleanor y a Dylan para luego mirar a Niall quien había salido de su escondite junto con Olivia.

—Demonios, pensamos que era un ladrón —dijo Eleanor suspirando.

—Pues no es un ladrón.

—Íbamos a saltar sobre ti, por dios. —dijo Dylan—. Debiste avisar antes.

—¿Quién es, amor? —Olivia se detuvo en seco—. Oh.

—¿Qué pasa? —Niall miró al hombre y su cara cambió totalmente—. ¿Papá? ¿Qué haces aquí?

—¿No puedo entrar a mi casa, ahora?

—No, él no dijo eso, papá. —Eleanor abrazó a su padre, quien la recibió y luego se alejó con despecho—. Nos da gusto, que estés aquí.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar? —preguntó Dylan abrazando a Olivia.

—El tiempo que yo quiera, vine para por fin ser una familia de verdad —dijo con una sonrisa.

Niall tragó saliva y sacó una sonrisa falsa al mismo tiempo que Eleanor miraba a Dylan con expresión dudosa.

[...]

—Selena, estamos aquí.

La voz de Liam retumbó en toda la casa. Louis venía detrás de él, cerrando la puerta cuando escucharon el correteo de pies bajar las escaleras rápidamente para que luego una chica encontrara los brazos de Liam.

—Qué bueno que estás aquí. Tuve miedo de que he hubieran hecho algo.

—Mientras tú me esperes aquí, no me pasará nada. De acuerdo.

—¿Dónde está Louis? —preguntó mirando a todos lados hasta que lo visualizó en la puerta. Se soltó de Liam y corrió hacia Louis apretándolo muy fuerte—. Qué bueno que estés bien tú también.

—Descuida, Selena. No nos va a pasar nada.

—¿Ya comiste? —preguntó Liam dirigiéndose a la cocina, para ver que todo era un desastre—. ¡Selena! ¿Qué es todo esto?

—Lo siento, Liam. No pude controlar mis nervios.

—No me digas que lo hiciste de nuevo.

Liam la miró detenidamente y en dos pasos ya estaba en frente de ella, la arrancó de los brazos de Louis y la sentó en el sofá. Tomó sus manos y con delicadeza subió las mangas de su sueter. La sangre aún estaba fresca.

—¿Por qué lo volviste a hacer? —preguntó Liam mientras Louis se dirigía a su habitación por gasas y alcohol.

—No lo pude resistir —la cara de Selena estaba empapada de lágrimas—. Sentía que no podía más con esto, Li. Ya no quiero que trabajes para él.

—Tengo que hacerlo, Lena. Sino lo hago, él vendrá por ti. Y no le importará hacerte cualquier cosa. Debo protegerte.

—Si yo no existo, tú ya no trabajarás para él.

—No. Selena no. Esta no es la solución a nuestros problemas —miró a Louis llegando con los utensilios y se paró para dejar a Louis hacer su trabajo.

—De acuerdo, Lena. Esto va a arder mucho, pero poco a poco se irá.

Selena asintió y lanzó un gritó al sentir el liquido del alcohol caer en las cicatrices de sus muñecas. Le dolía. Demasiado. Eso no se comparaba con el dolor que Liam sentía al ver como su hermana se derrumbaba poco a poco por culpa de él. 

Después de que le hubieran colocado las vendas a Selena, Louis la llevó a su habitación donde esperó a que se quedara dormida para luego, después de asegurarse de que no iba a despertar, bajar hasta donde estaba Liam sentado en el sofá mirando a un punto ciego de la puerta.

—No podemos dejar que Selena se haga más daño —advirtió Louis.

—No. No dejaré que por culpa de ese hijo de puta mi hermana se suicide.

—¿Qué piensas hacer? —Louis se sentó al lado de él y lo miró—. ¿Qué tienes en la cabeza?

—Aún no tengo nada. Pero algo se me ocurrirá.

—Espero que sea pronto, antes de que en realidad Selena consiga su objetivo de quitarse la vida.

[...]

—¿Sabes por qué papá se atrevió a volver a casa después de tantos años? —preguntó Niall cuando se dirigía con Eleanor hacia el instituto.

—Si lo supiera, Niall, te lo diría —Eleanor lo miró—. No entiendo qué viene a hacer aquí después de 4 años fuera de nuestras vidas. Nunca se preocupó por nosotros. Ahora viene a decirnos que quiere a la familia, nunca le interesó la familia desde que mamá murió y se centró en el trabajo.

—No te sientas culpable, El. Tú no tienes la culpa.

—Lo sé, Niall. Pero las palabras de papá duelen, sabes. No es bueno que tu propio padre te culpe de la muerte de tu madre constantemente.

—Oye. No es tu culpa. Papá es un maldito que nunca se preocupó por ti. Nosotros, Dylan y yo fuimos quienes te cuidaron mientras él lloraba la muerte de mamá. No voy a decir que no me dolió perder a mamá, pero ya es momento de que ella descanse en paz.

—Yo también siento haber perdido a mamá, Niall. De verdad lo siento —Niall abrazó a Eleanor y siguieron caminando hacia el instituto.

El camino fue corto, ya que se la pasaron hablando de cosas sin sentido, pasaron por un helado y desayunaron ya que con su padre en su casa se sentían muy incómodos.

—Dime acerca de Payno.

Niall miró a Eleanor y la escuchó reír por lo rojo que se había puesto Niall. Se parecía literalmente a un tomate. Esta tan sonrojado que parecía que hubiera estado en el sol mucho tiempo y que sus mejillas estaban rojas por aquello. Niall tragó saliva.

—Se llama Liam, El.

—Oh, se llama Liam, El —lo remedó—. ¿Qué opinas del chico, eh? Peleó muy bien anoche.

—Sí, lo hizo. Él es un gran peleador. No entiendo porqué pelea en las calles cuando puede hacerlo en televisión.

—Es porque gana más dinero con peleas clandestinas, que por pelear en un programa donde todo es actuado, Ni.

—De igual manera, El. No creo que se deba pelear con un completo desconocido solo por un par de billetes.

—Sí. Tal vez no debería hacerlo, pero a él le gusta. Y también a su amigo, el entrenador.

—Hey. Te gustó el entrenador, eh.

—¡No!... Es lindo... Sí. Eso.

Niall rió.

—Lo que digas.

Niall y Eleanor no se habían dado cuenta de que habían llegado al instituto cuando sienten que un chico los llama desde lejos. Ambos se vuelven hacia la voz y saludan a Travis, el mejor amigo de Niall.

—¿Qué tal, bro? —saluda a Niall y le da un beso a Eleanor—. Espero que copies la clase porque no entraré.

Niall rió y se volvió hacia la entrada del instituto.

—Está bien, Trav. Sólo asegúrate de usar...

Sus palabras fueron interrumpidas por un cuerpo robusto y unos brazos fuertes. Sus ojos rápidamente fueron a parar a la barba del chico y a sus labios rojos pasión. Su mirada lentamente subió hacia los orbes marrones y se sintió fallecer al ver su mirada tan oscura y penetrante postrada en él.

—¿Estás bien, Ángel?

The Payno | Niam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora