Trato.

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Tres días habían pasado desde que había tenido esas advertencias. Tres días desde que no veía al dueño de aquellos ojos grises. Y gracias a Dios aún no se topaba con aquella rubia. No le daba importancia a lo que le dijo, pero intuía que entre Matthew y ella había o pasaba algo y no quería presenciarlo con sus propios ojos.

Estudiando la clase para el día siguiente en su habitación el primer domingo en la noche que pasaba en aquella universidad la llevó a pensar en Matthew. Definitivamente lo que empezaba a sentir por él era fuerte, algo que aún no había sentido por nadie... ¿Estaba enamorada de él? No. Era muy pronto para reparar en algo así. ¿Quería besarlo? Después de cómo reaccionó con sus palabras cuando la tuvo acorralada aquella vez, no podía negarlo; Pero lo que más sabía era que no detendría esos sentimientos que estaban fluyendo por el chico de las hermosas mareas grises.... Y no es como si pudiera de todos modos.

—Zóe, ¿por qué no me habías dicho que Matthew era británico? —Le preguntó cuando vio que había terminado de hablar por su celular.

—No creí que te importara mucho ese detalle —Respondió sin importancia mientras se sentaba en la cama.

—¿Y a ti sí?

—No sé si lo recuerdas prima, pero sabes que tengo una obsesión con el acento británico..... De todos modos ya el de Matthew no es tan pronunciado. Pero el de mi hermoso Andrew es otro asunto —Terminó de decir con cara soñadora.

—¿Mi hermoso? —Dijo con sarcasmo —Cuando sea tuyo de verdad avísame por favor —Terminó de decirle con malicia.

—¿Y quién ha dicho que no es mi hermoso?

—¿Lo es? —Le preguntó alzando las cejas.

—No —Gruñó bajito.

Keana río al mismo tiempo que negaba con la cabeza y volvió a enfocarse en los libros. Le daba curiosidad ese chico Andrew, y quería ver si eran tan tierno y tímido como su prima decía.

"Eso haría que Matthew y él sean como lo dulce y lo salado".

Y con ese pensamiento río más fuerte haciendo que su prima la mirara extrañada y después siguiera con lo suyo. Quizás, el recordar que ella era tan fanática de lo dulce, cuando su prima lo era con lo salado, la hizo divertirse como nada lo había hecho.


Después de las primeras horas de clases de aquel lunes las tres latinas junto con Shanon se encontraban en la cafetería charlando animadamente.

—¿No crees que deberíamos ir a celebrar la primera semana de las novatas universitarias, Zóe? —Dijo Shanon.

—Mmmm, no suena mala idea.

—¿Es en serio? ¿quién celebra algo así? —Preguntó Keana confundida.

—Si, ¿quién? —Añadió Luna igual.

—Nosotras, ¡dahh! —Explicó Zóe como si fuera lo más obvio del mundo.

—Entonces espero que vayamos a alguna pizzería porque no quiero ir a donde creo que quieren llevarnos.

—¿A una disco? No..... A una fiesta —Confesó Shanon con malicia.

—Prefiero quedarme en mi habitación, gracias.

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