Tocando el cielo

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Los días están como reloj persiguiéndola continuamente. Debía estar lista para lo que se viene pero su mente por más que trata de trabajar no consigue obtener nada de nada, luego de dar unas vueltas por la gran cuidad observando a todos haciendo de todo, tampoco hallo algo de inspiración en ellos. Cansada de estar de aquí y allá, Lucie prefirió tomar asiento dentro de una cafetería de cierto prestigio del sector. Escribía rápidamente en su laptop debía escribir el último párrafo del artículo que tenía que entregar, el café a su lado la mantenía activa y con los ojos abiertos, alzó la vista buscando lo que quedaba de su brownie, una desilusión se llevó cuando no quedaba nada de él y llamó al mesero para poder pedir otro.

No era ni menos siendo el mejor de los días, en el edificio donde vive, solo peleas y ahora en el café donde se halla Kai, solo gente arrogante y fría. Pero por necesidades propias y de la misma universidad debe saber hacerlo a la perfección. Suspiró llevando el cuadernillo pequeño en su mano para tomar el pedido de la clienta que solo sabe mover sus manos sobre aquel portátil.

-Mi nombre es Kai, seré su mesero el día de hoy ¿desea algo señorita?

-Un brownie por favor... ¿Estás bien?

Preguntó Lucie, que dejó de escribir sobre su portátil, subió su mirada fijándola en la del chico, sus ojeras latentes en su rostro el contraste morado con su sólida piel la preocupo de inmediato, dejó su laptop de lado y le prestó la suma atención.

El muchacho de ojos azules negó ante la pregunta de la clienta, no es nadie el para qué gente externa a su círculo (que lo contempla el mismo) pueda tomar preocupación en él.

-Se lo traigo enseguida, con su permiso.

El chico había llamado la atención de Lucie, su melancolía y el aura que le rodeaba, era por mucho interesante, cerró su computador y lo guardo en su bolso esperando con ansias aquel chico de la mirada perdida.

No comprende el porqué de los sentimientos, o pensamiento siendo todos ellos traicioneros para el muchacho. Perdería si los tuviera pero hace mucho que los dejo y un semblante frío siempre está en él. Con el pedido de la dama se acercó a la mesa, dejando las cosas cerca de ella.

-Que lo disfruté, si necesita algo señorita no dude en llamarme. -Dijo cordialmente Kai aparentando una sonrisa en sus labios, una vez que dejó el pedido sobre la mesa, se giró sobre sus talones pero se detuvo cuando la dama le llamó por algo.

-Sí, necesito algo más...-Murmuro Lucie con una sonrisa en sus labios, la máscara de su rostro sólo lo hacía más interesante para ella, quería escribir sobre el porqué detrás de esa máscara.

Kai se detuvo en sus movimientos ante su respuesta y se giró con la misma sonrisa sobre sus labios.

- ¿Dígame que necesita?- Bufo tomando la libreta con el pedido de la mesa 8 exactamente en la que se encuentra. De reojo mira su reloj de mano algo artesanal pero aun así de máxima importancia. Viendo como el reloj marca cada segundo solo faltando unos minutos para salir a su colación.

- ¿Podrías sentarte conmigo? - Señaló la silla desocupada frente a ella, su curiosidad la mantenía ahí, viendo a ese chico y preguntándose por lo que lo torturaba fervientemente.- No me gusta comer sola  -Señaló Lucie.

-Lamento señorita, pero será imposible, como verá estoy trabajando.- Tomó cierta distancia Kai de la mesa, para que ella dejara el énfasis que está haciendo, claramente lo está analizando, sus acciones y sus miradas, lo dejan más que claro.-Si no pedirá nada más, me retiro, provecho.

Ella asintió dejando el tema zanjado pero aún sin quitar la mirada del chico, cuando atendía las mesas y cobraba, sus brazos al limpiar las mesas, de pronto se encontró apuntando en su cabeza cada detalle que hacía el con su cuerpo, sus muecas y sus molestia al saber que lo veía, pero no podía detenerse ni mucho menos apartar la vista, era interesante y la mantenía embobada.

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