~ Escrito sobre tu piel ~

Porque soy al único que acosaras

—No lo sé... —Murmuró subiendo sus pies descalzos a las piernas de Kai acariciando levemente y subiendo suavemente.

— ¿Porque no te acercas y lo descubres? —El labio del muchacho estaba mordido y el deseo despierto en ella aunque no tuviera nada sexy debajo de su ropa no le importó, sólo quería que sus pieles se combinarán.

Inmediatamente su cuerpo reaccionó el contacto de ambos cuerpos aunque fuese mínimo siempre lo agradecería, la ansiedad de sus labios de que éstos buscarán infinitamente más en ella, áreas por donde morder o lamer.

—Abre tus piernas... Y tú boca. —Sus labios se humedecieron a base de su lengua deseando cada vez más la atención única y privilegiada de Lucie en el.

Negó buscando sus manos y atrayéndolo a ella a estar encima de ella, sus piernas se colocaron en los extremos de sus caderas y sus manos traviesas a toquetear su pecho, el sofá era ancho y lago lo cual fue muy cómodo para los dos siendo así que se encontraban viéndose sus ojos.

— ¿Porque tienes que estar conmigo cuando vaya a acosar personas? ¿Quieres ser mi gran amigo Watson?

—Porque soy al único que acosaras. —Murmuró sobre su cuello el cual fue atacada inmediatamente al ver ligeramente su piel, unos centímetros de desnudez —Soy el único que te hará el amor, te hará ver el cielo, te dará ideas y te las quitara. — Tal vez daría miedo sus palabras, algo de obsesión pero ella fue profunda siempre y esa profundidad en que no hay límite está ella. Sus corazones buscaron la aceptación al igual que sus cuerpos encajando encima del otro, refregando y atacando.

—Ya deje eso en el pasado ¿sabes? Desde que entraste con el cabello mojado y regaste vino en tu propia camisa amor... Desde ahí fui tuya —Mordió el lóbulo de su oreja después de haberse confesado a él, lo que sentía y guardaba en su corazón, sin importar que se asustase o mucho menos se fuera, sabía que lo único que harían sus palabras eran hacer palpitar sus corazones como dos leones enjaulados rugiendo por querer salir.

Su respuesta fue automáticamente, su corazón esta vez no latió apresuradamente de placer o de calentura o menos por una experiencia alocada. Fue y será de ese amor, de esa sensación de poder esperar por ella, de cualquier cosa si siempre sería de Lucie, porque eso es amar, enamorarse cuando menos lo planea, cuando menos lo pensó, ella llegó y sobre todo, sobre los errores de él, lo eligió. Porque no le importó su pasado y menos lo que ha hecho para ser quien es, si no más, de la forma que le hizo que su cuerpo supiera al verlo es el nombre indicado, de que sus labios lo devoren y se devoren mutuamente de un millón de sensaciones que buscan sin dejar se buscar, encontrando e investigando para que jamás se termine.

—Quiero hacerte el amor en nuestra cama, en nuestro nido de amor

Asintió con una sonrisa formándose en sus labios y enganchándose a su cuerpo lamiendo y saboreando la piel de su cuello. —Tendrás que llevarme... —Aún no había besado sus labios y de eso se quería aprovechar, volverlo loco y deseando más.

La tomó sobre su regazo en lo cual ella inmediatamente enrosco sus piernas, sus cuellos se encontraron y cuidadosamente, la llevó hasta el dormitorio

—Tendrás que pedirme más que eso— murmuró, bajando su cuerpo con el de él, levemente separados para así apreciar la belleza de su cuerpo, sus senos y sus curvas para él.

— ¿Qué tal si te pido que estés dentro de mí? —Contraataco debajo de él, pudiendo así en esa posición admirar su cuerpo, sus músculos y su pecho, anchos pero no grotescos, sus manos se fueron hasta el doblez de su camisa jalando está ligeramente.