Pasaron cinco minutos y recobré un poco las fuerzas para levantarme.
Lo hice.
Intenté caminar viendo si no me había partido una costilla, y percibí que todo estaba en su sitio.
Subí al edificio lentamente, con mi mano izquierda apoyada en el tórax.
Y me topé con una casa destruida de arriba hacia abajo, con un Feliciano sentado en el sofá antiguo de su casa como si formara parte de la decoración.
El sofá se hallaba en perfecto estado. Era lo único que se encontraba en buena condición, ya todo lo demás estaba desplomado.
Y Feliciano parecía tener síntomas de haber peleado. Tenía una gran sábana cubriendo sus hombros, se le veía sereno.
—Rosa... ¿Qué te pasó?—dijo con mucha curiosidad.
—Nada... solo se me manchó un poco la corbata...—dije abatido, quebrado y con sangre en todos lados.
Felichi solo sonrió. Yo seguí replicando.
—No digas nada Felichi... sé que estás peor que yo, a pesar de estar reventado en todas partes...
Luego de finalizar mis palabras me contó lo sucedido.
...
Secuestraron a Adonis después de herirlo y le dieron dos opciones a Feliciano, si su familia o corbata roja.
Adonis sin discusión prefirió a que se lo llevaran primero a él, antes de que le hicieran algo a su amigo del alma y a su familia. Los dos gozan de una verdadera relación de caballería.
En dos minutos ocurrió todo.
Evan, Altamirano y Bright se encargaron rápidamente de Adonis, que agotó sus últimos cartuchos de adrenalina.
Mientras que Feliciano solo pudo equiparar con las pocas energías que le quedaban contra Caín.
Pronto se fueron y ahí fue cuando Weasen que estaba a punto de matarme, se detuvo.
Todo irónicamente por la llamada salvadora de Caín para partir.
—¿Desde hace cuánto tiempo no conversábamos así Felichi?—pronuncié con dificultad luego de sentarme en el sillón al lado de él.
—Desde la desintegración querido.
—Siento mucho dejar espantosa tu casa y también me disculpo contigo, por el mal rato que pasó tu familia.
—No te disculpes Rosa. Tú no hiciste nada aquí, por el contrario, siempre buscas tomar responsabilidad de todos... y no, no te preocupes por mi familia, ellos no están aquí. Ellos se fueron dos horas antes de que llegara Caín con sus nuevos "amiguitos".
—¿Y por qué defendiste tanto la puerta con tu vida Amarillo?
—Porque el maestro nos enseñó que aún así sea una simple prueba, uno nunca se debe guardar nada. Igual superaré esto con una sonrisa como siempre lo he hecho—Sonrió—, y por favor, ya sabes que todo esto es una broma para mí—finalizó con risas.
—Eres un jodido zorro viejo, siempre con la experiencia ¿no?
—Pues no tanto así, tampoco imaginé que mi casa se encontrara tan derrumbada al ocurrir un combate. Mi esposa me va a matar.
—Si no lo hace primero Caín y sus nuevos aliados...
—¡Olvídate de eso! ¿Has visto a mi esposa enojada? eso es mil veces peor que ver a Shane borracho y con la espada.
No pude aguantar las risas y me reí—Felichi, tú no cambias...—exclamé a carcajadas dificultosas con cortada respiración.
Después de conversar por varios minutos, reímos y recordamos un poco a nuestro apreciado amigo y luego me comentó la noticia sorpresa...
—¡Estás enamorado! ¡No me engañas picarón!—Me miraba con los ojos entreabiertos abarrotados de perversión.
—¡Hum! ¡Ya te dije que es una amiga!—No podía negar que quería a Stella.
—Mira esos ojos tuyos brillando como pendejos, es obvio que sí.
—Felichi ¿es enserio? Con cincuenta años a tus espaldas y todavía no maduras...
—Todavía no maduras—repitió Feliciano con tono infantil y burlesco como lo hacía en la academia. Volví a reír.
—¡Feliciano! ¡ya deja de ser tonto!—Felichi repitió las risas.
—Lo siento, es que me da risa ver tus ojos tan enamoraditos—Colocó las dos manos en su corazón y se inclinó de medio lado cercano a mí.
—¡Ya deja la cosa!—Me reí—, qué problema contigo...
—Disculpa Rose es que me siento algo sólo...—Cambió su tono burlesco por uno más apropiado para su edad.
—Entonces siendo así... sé que tienes el corazón muerto al igual que yo, desde la pérdida de nuestro gran amigo—dije reflexivo.
—Sí... extraño a Demetrio...—Llevó el cuerpo para delante apoyando ambos codos en sus rodillas finalizando con los dos brazos cerrados—, y ese diabólico de Caín también se llevó a Adonis... Además te tengo una gran noticia querido.
—¿Qué noticia?
Volteó a verme.
—Al parecer el maestro está vivo.
—¿¡QUÉ!? ¿Cómo? si asistimos casi todos juntos en el funeral...
—Pues Adonis no creo que sea mentiroso Rose, lo dijo muy enserio. Todavía vive Robert.
Entré en un estado de shock inequívoco para mí...
No lo podía creer.
Maestro...
Mi gran y querido maestro.
Dime...
¿Cómo sigues aún viviendo?

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Corbata rosa
Misterio / SuspensoEse inequívoco hombre de corbata rosa trae un gran misterio entre manos. No sé quién seas malvado pero pronto lo sabré. (Borrador) Todos los derechos reservados. ©