Pelea

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Entretanto, Rose se presentó en la contienda de Shane, que no la tenía fácil con Bright.

Luego de las lanzas y estacas enterradas, Bright tomó una de las botellas de cerveza cercanas a él y la quebró en dos.

Se acercó a Shane que descuidó su zona baja, y acertó en hincar la botella en el brazo derecho del corbata.

Shane se resentía con mucho dolor y en su auxilio aparecía Rose.

Bright sacó una de sus espadas para estocar, pero falló en el intento, haciendo pasar el metal a varios centímetros del cuello de Rose.

Con la cortina de distracción de corbata rosa, volteó Bright y vio que Shane le preparaba el golpe de su vida.

Lo impactó brutalmente en el estómago con gran decisión y fortaleza. Enviándolo cinco metros hacia afuera y atravesando una de las ventanas del castillo.

Después de eso, Shane se dejó caer de rodillas al alfombrado muy exhausto y con la cabeza mirando al suelo.

—Lo hiciste bien Shane—dijo Rose.

—Gracias Rosa—replicó sereno.

Ya con Altamirano y Bright fuera del camino, Rose se dirigía a la parte central del castillo, por la área del plato.

Directo a confrontarse contra Caín y Samuel.

Pero cuando iba en camino...

Dobló a ver por unos instantes el combate de Weasen contra los chicos.

Y miró que venía recto hacia él, con espada en mano, consumido en la ira.

Weasen destrozó a Ian y Evan en un solo suspiro y ya ambos estaban desplomados en el suelo.

Rose pensó:

«Viene a mucha velocidad y no creo poder evadirlo».

Rechinaron tres metales en fricción, tensionados entre si.

Como buenos leones defensores, salieron Adonis y Shane a detener el zarpazo de Weasen, salvando a Rose por los pelos.

—Maldito, para que pases primero con Rose...—exclamó Shane.

—Tendrás que matarnos primero, imbécil—remató Adonis.

—¡Rose! ¡¡ve...!!—gritaron ambos a todo pulmón.

—¡Gracias chicos!—Se despedía corbata rosa mientras partía corriendo en dirección a Samuel.

Cuando iba en ruta, rememoró un poco el pasado en la casa magistral...

2005

Los corbatas. La gran legión de hombres magníficos.

Casa magistral.

Rose llegó a casa y se encontró de sorpresa a Demetrio, después de meses sin verlo.

—¡Maestro!

—¡Rose!

Ambos se dieron un gran abrazo.

—Y eso... ¿¡qué haces por aquí!? ¿cómo van tus hijos y tu esposa?

Visitándolos a ustedes mis distinguidos hermanos de corbata. Y todo va sobre ruedas en mi familia Rosa.

Corbata rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora