Alto voltaje

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Rose esquivó todos los obstáculos antes de llegar y subió por las escaleras.

Abrió la puerta y corrió en trayectoria lineal donde se encontraba Samuel.

En un abrir y cerrar de ojos...
Quedó atónito, sin respuesta ni reacción alguna al ver lo que sus ojos enfocaron...

Distinguió a un Samuel malherido del brazo izquierdo, muy enfadado, junto a Caín completamente agónico, sangrando en el suelo tomándose del estómago.

—¿¡QUÉ ES ESTO!?—exclamó en desconcierto.

¡¡Era Caín contra Samuel!!

Caín había traicionado al gran Samuel cortándolo a sus espaldas con su espada y después cercenando gran parte de su brazo izquierdo, pero Samuel respondió ágilmente incrustando su daga oculta en el collar de su pecho, al estómago de Caín, que respiraba de forma entrecortada.

—-¡¡¡Qué haces ahí con tu carita de niña, rositas!!! ¡ve y lucha! que ya hice mucho...—gritó desgarrado Caín con mucho dolor y ganas.

Rose cerró sus puños y se preparó titubeante ante Samuel, pensando dentro de él.

«Jodido Caín, sabía que seguías siendo bueno».

Fue contra él pero poco podía hacer ante un rival tan complicado.

...

Samuel se caracterizaba por ser demasiado rápido con una pegada de infierno siendo considerado en la guerra como "golpe de rayo".

En la batalla de Salzburg era el segundo al mando de las fuerzas del mal con el Maestro Copperfiel.

Ambos murieron en la misma a manos del Maestro Robert. El primero por ser lanzado al vacío en Monte Pino y el segundo después de una trampa ejecutada a la perfección por Robert.

Pero al parecer Samuel sobrevivió a la caída. Rose ni siquiera aliado con Caín podría vencerlo.

...

Rose evadió el ya repentino golpe de Samuel que ya estaba enfrente de él.

Intentó atestar un golpe. Falló.

—Eres débil y lento...—exclamó Samuel mientras ya se acercaba a tocar su corbata, Rose solo pretendía evadirlo pero fracasó en el segundo intento.

Samuel lo impactó con un puño a todo poder en los intestinos, despidiéndolo bruscamente contra la pared.

Rose se recuperó con rapidez y cuando quería evadir el otro embate de Samuel, ya estaba al lado de él, dándole otro en el rostro. 

Era una masacre.

Samuel demolía de golpes a corbata rosa.

—¡Maldito Rosita! Eres un inútil. Ni para recordar tus tiempos en Salzburg. Ahora mírate. ¡Eres un desastre!—gritaba Caín frustrado e impotente al no ver reacción en Rose.

Luego de propinarle más de una veintena de puños en toda la cara y el cuerpo, Samuel lució detrás de sus pantalones la espada de Feliciano, que había robado después de matarlo.

Apuntó hacia Rose, apuñalándolo.

Milagrosamente Rose sostenía el metal con sus manos desnudas, aunque ya estaba demasiado herido para resistir.

Caín admiró asombrado la reacción inhumana de Rose.

En un instante ballet rosa ideó un plan.

«La espada de Feliciano no es de acero o metal de espadas. Es una con fibra de silicato moldeable. No se moldea a calor sino a frío».

Luego de tener la espada a centímetros del cuello. Sopló en dirección a ella y la espada cambió su norte por sur y su sur por norte.

Samuel clamó de amargura y dolor, al tener empuñada la espada con bastante fuerza, siendo rasgado por la misma.

Después del corte la soltó.

Samuel miró la herida que quedó en la palma de su mano por un segundo y regresó a ver a Rosa...
Que ya tenía la espada en sus manos después de caer y con los ojos abiertos llenos de confianza, cruzó el metal para dar el sablazo final.

—Yo no soy ni lento ni débil... ¡Yo sólo soy corbata rosa!

Samuel abrió los ojos con sorpresa.

—¡Muereeee!—pronunció Rose con firmeza, demolido en el suelo, cortando a Samuel con la espada.

En cámara lenta Samuel aceleró el movimiento de sus piernas para alejarse apresurado del corte.

Alcanzó a rajarlo en todo su cuerpo pero no por completo, tirando también del acero, que terminó muy lejos, debido a la fuerza aplicada.

Y Samuel se alejaba con velocidad.

—¡Demonios! ¡No lo lograste Rosa!—gritó frustrado Caín.

—Tienes razón chico, como tú mismo dices. Muere—respondió Samuel cuando volvía a ir tras Rose y sujetaba de sus manos otra daga.

Rose no conseguía levantarse, pues estaba postrado en la pared medio muerto. Ese último esfuerzo con su espada, lo hizo con todo lo que tenía.

Y solo conservando un ojo entreabierto, veía como la muerte andante iba recto a despedazarlo.

¿¡...!?

De forma increíble, cuando Samuel estaba a punto de acabar con Rosa, surgió un hombre de elegante traje gris, dispuesto a defenderlo con la vida y cambiando el curso de la daga de Samuel, que se encontraba bastante furioso.

—¿¡Galo!?—manifiestó Rose con gran euforia.

—Hasta que por fin apareces maldito... ¿dónde estuviste todos estos años?—replicó Caín con la barbilla en el mosaico mientras veía e intentaba incorporarse al duelo.

Corbata rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora