Lo conoces bastante bien.

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Segundo día, a duras penas había sobrevivido al primero porque sus agresores no habían tenido oportunidad de encontrarle, pero ese era el maldito segundo día y el grupo de Mochida, quien había repetido el años sin que fuera alguna novedad, parecía querer pagarle por su falta del día anterior, "Son tan amables que provoca acariciar sus cabezas con un cable eléctrico, me pregunto si Leviathan me prestaría uno de sus pararrayos".

El Simon a su lado suspiro con la misma pesadez que Tsuna sentía en su entumecido cuerpo, no es bueno correr luego de haber caído por las escaleras y ser electrocutado por Reborn, sin embargo esas molestias en sus almas no era dificultad para ellos a la hora de huir de no ser, claro, por un hecho bastante obvio.

–¡Duele!–Chillaron al unísono al sentir algo golpearles la cabeza.

–¡No huyan, estúpidos dame-capos! ¿Qué dirían sus antecesores si viesen lo patéticos que son?–Reborn había despertado de muy malhumor ese día y se estaba descargando con ellos impidiendo sus limpias y saludables huidas.

Xanxus no poseía algo como aquella intuición que todo buen Vongola tenía, era obvio el por qué, sin embargo no hacía falta ser un genio para saber que aquel mal presentimiento que se instaló en la boca de su estómago desde el momento en que sus rojizos ojos se abrieron no se debía precisamente a que Bel prepararía el desayuno, aunque viendo el resultado lo consideró una posibilidad, es por eso que cuando los patéticos guardianes del escoria de Yoshi se aparecieron en su puerta sin el ya mencionado lo entendió todo, pero le molestaba bastante el tener que comentarlo.

–¿Qué quieren, escorias? ¿Unos buenos días al estilo Varia?–Preguntó preparando sus armas, sin embargo sólo recibió un ceño fruncido y una mirada risueña.

–¡Nada de eso! Hemos venido a hablar sobre Tsuna–Yamamoto se dio la libertad de entrar al departamento como si fuera su casa, por lo que ni siquiera su acompañante sintió lástima por él al ver su rostro horrorizado.

Luego del susto que les dio el mañanero rostro del sol, los guardianes se dedicaron a conversar sobre sus preocupaciones con Xanxus y Squalo, mientras que en Italia un grupo de chicos se miraban con molestia.

–¡Kamikorosu!–Exclamó el más irritado de ellos atrayendo la atención de los demás.

–Kufufufu~, mejor te calmas, ave-kun, si sigues así morirás por culpa del estrés–El único calmado en la sala sonrió divertido al ver a su eterno rival a punto de estallar.

–¡Ya basta al extremo!–Gruñó el boxeador mirando con molestia a sus compañeros.

–¡Dejen dormir, joder!–Aoba bostezo dedicándoles a sus compañeros de habitación una mirada de muerte.

–¡Dije que se callen!–Byakuran golpeó con fuerza el escritorio de Mukuro mirando con furia a los menores.

El grupo de chicos dejo de discutir y miraron al cielo con extrañeza, ¿Cuándo había llegado y cómo había entrado? Sin embargo evitaron comentar algo al respecto.

Misión imposible: ¡Proteger al décimo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora