Más allá de lo extremo.

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Las clases habían terminado y el causante de tanta preocupación entre Vongola se encontraba tranquilamente caminando junto a Chrome, y Bel, en dirección al hogar de la chica debido a que le había prometido a Mukuro que cuidaría de ella tanto como le fuera posible en su ausencia, Gokudera y Yamamoto tenían asuntos que atender así que no estaban con ellos.

–¿Fran aun no recupera sus recuerdos?–Preguntó el castaño repentinamente llamando la atención de los otros dos.

–No, a veces tiene momentos en los que pareciera recordar algo, pero cuando le pregunto al respecto dice algo sobre odiar las ranas y se va con Chikusa–Murmuró la ilusionista con timidez, Belphegor suspiro decepcionado.

–Ya veo, es una lástima–Una pequeña y triste sonrisa apareció en los labios del cielo, todavía sentía que tenía muchas cosas que agradecerle a ese niño.

Squalo miraba con preocupación a su bastardo jefe, Xanxus había estado bastante irritable desde que los guardianes Vongola les habían informado sobre sus preocupaciones, por lo que era de suponer que toda esa ira contenida era producto de su propia inseguridad y el miedo de perder a su escoria favorita, porque a pesar de hacerse el difícil no podía engañar a Superbi y para él era más que obvio que el líder de Varia había llegado a tomarle cariño al décimo Vongola.

–¿Vas a seguir haciendo tu rabieta o vamos a seguir a Bel y al bastardo de Yoshi?–El espadachín esquivó ágilmente el escritorio que había sido lanzado en su dirección.

–¡Cállate!, esa escoria debería estar bien siempre y cuando Belphegor esté con él, para algo es un genio ¿No?–Ironizó con amargura, el menor suspiro resignado.

–Tienes razón, sin embargo no puedes olvidar que nuestro actual enemigo es mucho más fuerte que cualquier famiglia enemiga y que, a pesar de ser de elite, Bel sigue siendo muy joven–El azabache volvió a lanzar un escritorio en dirección a su segundo al mando.

–¡Ya lo sé! ¿¡Con quién demonios crees que hablas!? Ya mandé a Mammon detrás de ellos y estoy seguro de que el otro ex-arcobaleno también estará con ellos–Superbi se acercó tanto como le fue posible a su jefe y con delicadeza lo golpeo en lo que él denominaba como la desquiciada y vacía cabeza del jefe.

–Si estas preocupado debes ir tu mismo, ¿Qué clase de bastardo pone en riesgo la vida de sus lacayos? Ni siquiera tu podrías caer tan bajo–Xanxus fulminó con la mirada al espadachín momentos antes de suspirar.

Un silencio agradable se formó entre ellos dos, se conocían de tanto tiempo que no les era necesario preguntar para saber lo que pensaba él otro, estaban preocupados pero felices, preocupados de que su misión de proteger a Tsuna fuera un fracaso y lo perdieran para siempre, pero felices de poder hacer algo para evitar que eso pasara, una completa contradicción, o algo así.

Había muchas cosas que Rokudo Mukuro odiaba, últimamente era un amargado, sin embargo había algo que, por sobretodo lo demás, le hacía perder toda su falsa calma y le desquiciaba de una manera bastante exagerada, y eso era el simple hecho de que mafiosos se le acercaran en un intento de ganarse la confianza del guardián de la niebla de Vongola, los mataría, en serio los mataría a todos si esas desagradables palabras volvían a ser pronunciadas en su presencia, aunque en realidad nadie las decía y el podía con sólo verlos saber las intenciones que tenían, como le gustaría ser como Hibari y ahuyentar a todo aquel que se acercara a diez metros de él.

Misión imposible: ¡Proteger al décimo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora