¡Ten piedad!.

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Miedo, no, ¡Horror! Ese era el sentimiento que se apoderaba del cuerpo de Miura Haru en el momento en que sus castaños ojos se abrieron, no podía recordar con claridad que demonios había pasado, pero por la imagen frente a ella... No podía ser nada bueno.

Y es que Squalo-san estaba tendido en un charco de su propia sangre, la herida de su abdomen parecía haberse abierto y su rostro estaba más magullado que el día anterior... ¡Momento! Si Superbi estaba así ¿¡Cómo demonios estarían Tsuna-san y ella!? Es más ¿¡Dónde demonios estaba Sawada Tsunayoshi!?.

El chirrido de una puerta abrirse llamó su atención y la imagen que vio la aterró y entristeció en partes iguales... "¿Qué le hicieron a Fran-kun?".

Estaba molesto, demasiado cabe decir, y es que, le irritaba respirar el mismo aire que aquél príncipe de cuarta, ¿Por qué el bebé los había esposado? Sin duda alguna era una buena pregunta que posiblemente nunca sería respondida ya que es bien sabido que Reborn no es de dar explicaciones.

–¡Lo encontré!–La alegre voz de Mammon llamó la atención.

El ex-arcobaleno de la niebla sostenía con fuerza un pergamino, en él que se podía observar un mapa de la ciudad de namimori en la cual un punto en específico estaba señalado, tenía que ser una broma, pocos momentos después la imagen desapareció.

–Rokudo Mukuro ha servido de algo después de todo–Reborn se posicionó en el hombro del prefecto y le miró.

–Sin lugar a dudas lo ha hecho bien, arriesgarse a ser secuestrado con el fin de hacer una apertura que nos permita localizarlos, siempre supe que era un genio–Byakuran sonrió alegremente, orgulloso del éxito del ilusionista.

–¿Ya los encontraron, escoria? Espero que su respuesta sea afirmativa, ha pasado mucho desde la última vez que vi a alguno de ellos por aquí–Xanxus entró en la habitación, mejor dicho al departamento, seguido de cerca por un pelirrojo y un rubio.

–Mukuro-sama lo logró, sólo falta que Hibari nos diga dónde están–Ante las palabras de Chrome todas las miradas se centraron en el prefecto.

Belphegor observó en silencio al universitario junto a él, no le odiaba demasiado, lo correcto sería decir que le tenía pavor, sin embargo si el chico no hablaba rápido él mismo se encargaría de vaciar su interior y es que, no sólo eran Sawada y el capitán los que estaban allí ¡Froggi también estaba en peligro!.

–Podría decir que no es una sorpresa la ubicación en que se encuentran–El comentario de la nube sorprendió a todos los presentes.

Fon y los demás Arcobalenos, Uni incluida, observaron preocupados la expresión irritada en el rostro del guardián de la nube, al parecer alguien se había estado escondiendo en uno de los lugares favoritos del prefecto demonio.

Misión imposible: ¡Proteger al décimo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora