Capitulo Cinco

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El sol enviaba sus primeros rayos de luz a través de los árboles cuando Len llegaba a la granja. Todo estaba quieto y en silencio. Len aparcó en el mismo sitio que el día anterior y salió de su coche, cerrando la puerta con cuidado. El aire frío de la mañana le golpeó la piel mientras caminaba por el camino de gravilla hacia el granero.

—¡Buenos días, preciosidades! —Encendió la luz y fue saludado por cabezas adormiladas saliendo de los cajones. Unos cuantos de ellos tuvieron el valor de bostezar—. Ya vale, tengo trabajo que hacer. — Len fue hacia el grifo y trajo agua fresca, llenando cada abrevadero antes de añadir heno a los comederos—. Os dejaré comer un rato, pero luego todos vamos a salir fuera. —Le gustaba hablar a los caballos, y ellos parecían responder a su voz. Agarró una escoba y barrió el pasillo entre establos y aquellos que estaban vacíos.

—Bueno, ¿qué es lo que tenemos aquí? —Len se arrodilló y encontró una madre con sus gatitos recién nacidos, acurrucada bajo uno de los comederos. La gata se tensó, y Len dio un paso atrás, dejándola sola.

Abrió las puertas que daban a los pastos, asegurándose de que había agua en los abrevaderos que estaban allí, y dejó que los caballos salieran para ejercitarse un poco, dándole a cada uno una zanahoria que su madre le había dado, antes de dejar que corrieran. Con todo el granero para él solo, agarró la carretilla y quitó la suciedad más gorda de cada cajón, recogiendo el lecho sucio y reemplazándolo por serrín limpio. Estaba terminando cuando oyó un vehículo aproximándose por el camino. Dejó la escoba y salió del granero para ver a Fred y a Randy acercarse hacia el granero.

—Has llegado pronto.

—Sí. He sacado a los caballos a los pastos y ya he limpiado el granero por hoy. —Len se inclinó contra la puerta de uno de los establos vacíos.

—Tenemos que ir a comprobar el ganado —dijo Fred, sentándose en una bala de heno—. Hay un par de vallas que necesitan arreglos, y se supone que va a llover esta tarde.

—¿Necesitáis ayuda, chicos?

—No, podemos hacerlo nosotros. No debería llevarnos mucho rato. ¿Qué tienes en mente para hacer hoy?

—Hay un par de tablones rotos en el vallado del corral de entrenamiento que me gustaría arreglar. Iba a pedirle a Mark que anunciara que tenemos espacios libres para alquilar y un corral de entrenamiento para que pueda atraer algún huésped, pero el corral no se puede usar tal y como está ahora —Len miró a través de la puerta del granero hacia el patio—, y estaba pensando en limpiar un poco la parte de delante. No podemos atraer a nadie si el lugar parece tan andrajoso.—Len caminó hacia la puerta, mirando hacia el patio.

—No hagas ruido muy temprano. —Randy se acercó a él—. Mark te taladrará otro agujero en el culo si despiertas a Louis. —Len miró hacia la casa y vio la puerta de atrás abierta, una pequeña carita asomaba mostrándose por la puerta enmallada antes de empujarla, intentando salir.

—No creo que despertar a Louis sea algo de lo que debamos preocuparnos. —Len señaló hacia la puerta—. Creo que es Mark el que quiere dormir un rato más. Probablemente dormir la resaca de todo lo que bebió anoche.

—Nunca le hemos visto beber —dijo Randy, pareciendo dudar.

—Cuando estuve en la cocina ayer, la basura estaba llena de latas de cerveza. —Y puestos a beber, qué más da una que quince—. Parecía que había tomado todas sus comidas en forma líquida. —Len miró a los otros dos hombres—. Quizá debería mantener la boca cerrada.

—¿Qué vamos a hacer? —Len miró a Fred, sonriendo sorprendido.

—Lo primero que tenemos que hacer, es dejar de consentirle. Esto es una granja, y el trabajo tiene que hacerse, así que vamos a hacerlo. Vosotros salid y empezad, chicos.

AMAR SIGNIFICA... TENER CORAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora