Tres días. La alarma de Len le despertó y automáticamente se levantó de la cama. Tres días, ese era el tiempo que había pasado desde que le había dicho a Mark que era gay. Tres días en los que Mark le había estado evitando, manteniéndose dentro de la casa, sin salir, y haciendo que no le veía. Podía aceptarlo, pero también habían sido tres días en los que Mark no había permitido a Louis salir tampoco, al menos mientras Len había estado por allí. No había habido visitas a los caballos, nada. Len estaba completamente perdido, no sabía qué hacer. Parte de él le decía que mantuviera la cabeza agachada y siguiera trabajando, pero ya había hecho eso antes. Demonios, eso era lo que había estado haciendo durante casi toda su vida.
Puso los pies en el suelo y se dirigió al cuarto de baño para asearse antes de vestirse. Abrió la puerta de su habitación, se dirigió despacio hacia la pequeña cocina, sorprendido de encontrarse a su madre sentada a la mesa.
—¿Qué haces levantada tan temprano?
—Quería hablar contigo. —Echó para atrás la silla y Len se sentó—. Me siento responsable por cómo te sientes.
—¿Por qué? —Len se sirvió una taza de café de la jarra que había en la mesa.
—Siento que te empujé a decírselo a Mark con mi consejo.
—No. —Len puso su mano sobre la de su madre—. Tenías razón. Puede que pierda mi empleo y a alguien a quien empezaba a considerar un amigo, pero tenías razón de todos modos. —Le dio un golpecito a su mano y se levantó, yendo a por algo para comer—. Ya no podía vivir más así. —Abrió la nevera y sacó leche para sus cereales, y después sacó un tazón del armario y lo llenó de CornFlakes—. No soy el primero que se siente así y no seré el último. Tim me dijo una vez que salir del armario es bueno, pero que tiene un precio, y ahora sé qué quería decir. —Len echó leche y comenzó a comer.
—Eso me recuerda —ella se levantó y volvió con un papelito—, un tal Tim llamó anoche y me dejó un número de teléfono para ti. Me pidió que te dijera que le llamaras cuando tuvieras oportunidad. —Dejó el número junto a su mano —dijo que se levantaba temprano, y que no pasaba nada si le llamabas antes de irte a trabajar—. Se levantó y se marchó a su habitación, sonriendo mientras se giraba para ver a Len comer más deprisa.
Cuando terminó de desayunar, puso los cacharros en el fregadero, miró el reloj y levantó el auricular del teléfono. Sus dedos temblaban mientras marcaba el número, y tuvo que empezar de nuevo, pero finalmente la llamada conectó.
—Tim. Soy Len.
—Claro que sí. —Casi pudo ver la sonrisa del otro hombre a través de la línea telefónica—. ¿Qué tal estás? ¿Qué tal te va en la distribuidora de coches?
—Me despidieron, y estoy trabajando de encargado de los establos en una granja. Me gusta. —Len intentó mantener su confusión apartada de su tono de voz.
—¿Pero?
—Estoy trabajando para Mark Tomlinson. —No estaba seguro de que Tim se acordara.
—¿El tipo al que besaste tras el granero en el instituto?
—Sí. —Se acordaba. Len dejó escapar un suspiro suave a través de la línea—. Se casó hace algunos años y tiene un niño pequeño llamado Louis, pero su mujer murió en un accidente de tráfico el año pasado.
—Así que está disponible.
—Supongo, pero ya no estoy seguro de nada. Cada vez que está cerca siento mariposas en el estómago, y cuando trabajamos juntos, a veces pienso que le he pillado mirándome. —Len no estaba seguro de nada en ese momento, especialmente no después de tres días.
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AMAR SIGNIFICA... TENER CORAJE
Fiksi Penggemar"Prólogo ... -No entiendo por qué te has ofrecido voluntario para hacer esto. Quiero decir, mola que lo hicieras, pero no parece que sea el tipo de cosa que sueles hacer. -Aquello era verdad, no era algo que Len soliera hacer, pero el profesor de...