Capitulo Nueve

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—Hola, mamá. —Len cerró la puerta, bloqueando el ruido de la lluvia.

Ella dejó de mirar la televisión para sonreírle.

—¿Qué tal ha ido el trabajo? —No parecía preocupada, pero Len se dio cuenta de que miraba el reloj—. Llegas tarde a casa.

—Mark me invitó a cenar. —Len se sacó la chaqueta y la colgó para que se secara.

—Imagino que habéis hablado.

—Se podría decir algo así, sí. —Len sonreía tontamente. No quería entrar en detalles con su madre, sinceramente.

—¿Así que las cosas ya están bien entre vosotros? —Len no contestó, y ella se giró en la silla para mirarle. Len le devolvió la mirada hasta que ella sonrió y se giró de nuevo para seguir viendo su programa sin decir nada más.

—Te veré por la mañana. —Len se marchó a su habitación, dejando el mundo afuera al cerrar la puerta. Se sentó en el borde de la cama, sacándose los zapatos antes de dejarse caer de espaldas sobre el colchón y cerrar los ojos.

Y ahí estaba Mark de nuevo. Podía sentir el peso de cuerpo, sus labios tirando de los de Len suavemente, y la excitación de Mark contra su cadera.

—Maldita sea... —Los pantalones de Len le apretaban, dolorosamente. Sin pensar, Len soltó el botón de los vaqueros y la presión cedió al alivio. Resbalando la mano por su estómago, hizo que sus dedos resbalaran también por su miembro, exponiendo su erección al aire. Su mente revivía la escena del salón de Mark una y otra vez, embelleciéndola, mejorándola. Esta vez no estaba Louis, solo Mark y él. Sus ropas desaparecían por arte de magia, y Len podía sentir el cuerpo de Mark, acariciar su pene duro, resbalar las manos por la curva de su espalda y sobre su culo firme. Había hecho esto tantas veces antes, pero ahora las imágenes eran mucho más ricas, más reales—. Mark... — gimió suavemente al alcanzar el clímax.

Respirando rápidamente, cayó de nuevo en la cama, el pecho subiendo y bajando a gran velocidad. Se sacó la camiseta por la cabeza, y se limpió, gozando del resplandor de su fantasía antes de sentarse y terminar de desvestirse. Se puso una bata y se dirigió al cuarto de baño, abriendo la ducha.

El agua caliente le sentó bien a los músculos cansados, mientras sus manos frotaban la piel que le hormigueaba. No pudo evitar pensar en cómo se sentirían las manos de Mark sobre su piel.

—Len —Oyó a su madre a través de la puerta—. Janelle está al teléfono.

La fantasía explotó como si tratara de una burbuja de jabón.

—Saldré enseguida. —Se quitó la espuma rápidamente, cerró el agua y se enrolló una toalla en la cintura antes de abrir la puerta del baño e ir descalzo hasta el teléfono—. Hola, Janelle.

—Hola, Len. Espero no haberte despertado.

—No, me estaba duchando. —Oyó el silencio en el otro lado de la línea y tiritó a pesar de que se estaba bien en la habitación.

—Me preguntaba si te gustaría ir a ver una obra de teatro en el instituto el viernes. Van a hacer Camelot, y pensé que sería divertido. Empezará a las ocho. —Su voz de hizo definitivamente más profunda.

—Claro —dijo a pesar de su duda inicial—. Tendré que trabajar hasta tarde, así que nos veremos allí. —Estaba chorreando agua en el suelo—. Tengo que irme, pero te veré el viernes a eso de las ocho menos cuarto.

—De acuerdo, nos vemos entonces. —Ella colgó el teléfono y Len volvió al cuarto de baño. Después de secarse, terminó su rutina y se fue a su habitación, metiéndose en la cama. Se quedó dormido tan pronto como apoyó la cabeza en la almohada.

AMAR SIGNIFICA... TENER CORAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora