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Volvimos al hostel con las orejas como pailas de tantas preguntas que nos hacían Tulenka y Obiwan. El Greñas no cachaba mucho y, como era piola, no hacía grandes comentarios.
-¿Y entonces tienes onda con Ibizo? -me preguntó Tulenka en voz bajita cuando íbamos subiendo la escalera.
-Somos amigos, nada más -respondí cansada.
-¿Y el Español?
La miré como en película de terror y ella dijo 《ups》. Después me despedí amablemente, entré a la pieza y me senté en la cama esperando que Ibizo lograra zafarse de mar de preguntas que Obiwan le hacía.
-Me pidió una selfie y la colgó en Twitter -declaró consternado cuando entró a la pieza-. La fama no me viene, nunca me ha gustao.
No hice comentarios al respecto aunque un escalofrío me recorrió al imaginar la cara de Ibizo viralizándose por la internets y un chilión de minas joteándoselo.
-Porque no soy famoso en Chile, ¿verdad? -me preguntó mirándome con sus ojitos pardo y de un momento a otro su cara fue invadida por su enorme sonrisa de dientes conejiles.
-Si tuvieras Facebook podrías ver los comentarios que me dejan las minas preguntándome por ti y pidiéndome fotos tuyas. -Y para mis adentros agradecí a Diosito por que él no tuviera Facebook-. Voy a buscar dónde queda villa Carlos Paz y qué se puede hacer ahí -agregué después mientras sacaba el notebook. Si Obiwan, El Greñas y Tulenka habían pasado cuatro días ahí metidos era porque algo bueno tenía ese lugar.
Me senté sobre la cama mientras Ibizo se sacaba las zapatillas para acostarse.
-Ah, la puta madre, pero qué hiciste. -Se cagó de la risa al ver sus uñas rojas. Me reí también mientras abría Facebook.

Nena, cómo estás?

Era Blondie.

Bien, tú? :P
Bien, acá extrañandote. Cómo van las cosas por allá?
Todo bien! Excepto por el asuntillo del Español. Qué bueno que justo me hablaste, podemos hacer una llamada? Tengo mucho que contarte

Me daba paja explicarle por chat todo lo que había pasado.
Blondie tiró una videollamada y yo la acepté... Demasiado tarde.
Su cara sonriente se desvaneció de la pantalla del PC porque al instante siguiente se tapó la boca con ambas manos.
-¡¿ESE DE ALLÁ ATRÁS ES IBIZO?! -gritó apuntándolo con un dedo acusador.
Miré detrás mío y vi cómo Ibizo intentaba quitarse del ángulo de la cámara.
-¡TE FUISTE A ARGENTINA CON ÉL Y NO ME LO DIJISTE! ¡CONFIÉ EN TI! ¡TE AYUDÉ! ¡TRAIDORA!
Y cortó la videollamada... y después me bloqueó de Facebook.

Bajamos al hall para distraer la mente. No buscamos nada sobre la villa Carlos Paz porque con lo de Blondie se me quitaron todas las ganas de navegar por internet.
-Ahora va a pensar que tengo algo contigo y que en serio lo traicioné -murmuré más triste que negro con la tula chica.
Ibizo no hizo comentarios al respecto.
La puerta del hall se abrió y entró una rubia cargada de maletas. Tenía el pelo corto y ondulado y parecía un querubín con sus cachetes rosados.
-Hola, ¿en qué te puedo ayudar? -preguntó Bambana detrás del mesón del hall, sacándose los audífonos.
-Necesito una habitación, tiempo indefinido -respondió la rubia con marcado acento porteño.
-En este momento se está desocupando la número cinco, si querés podés esperar y te avisamos.
La rubia dijo que no había problema y nos sonrió a todos. Se sentó en un sillón algo apartado, dejó sus maletas en una orilla y se dispuso a mirar el celular.
Una conocida camisa color salmón por lo menos dos tallas menos de lo que debía usar sus dueño nos alertó de que Cuantascopas venía entrando al hall.
-¡Eh, Lucas, traeme una Coca-Cola! -gritó mientras se sentaba. Al rato apareció Lucas con una Coca-Cola en la mano.
-Solo tenemos Coca Life -dijo Lucas, pasándosela.
-¿Pero qué es esta mierda de Coca Life, boludo? -exclamó Cuantascopas con indignación. Todos lo mirábamos-. ¿A vos te gustaría que agarrara una pizza, sacara el queso, le metiera un pedazo de cartón y te dijera EH, TOMÁ, PIZZALIFE?
Le tiró de vuelta la Coca a Lucas, se cruzó de brazos y cachó a la rubia recién llegada, que estaba mirándolo con la boca abierta.
-Vos, rubia, tenés cara de ser mi próxima novia -le dijo Cuantascopas a la recién llegada poniéndole toda la cara de 1313.
-Mirá vos, qué interesante -respondió la rubia-. Vos tenés cara de imbécil y yo no te digo nada.
Cuantascopas quedó con su gran hocico abierto mientras todos nos reíamos.

Pepi La Fea 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora