Segunda Vida, Miles de Historias

¿Cómo llegué a ese lugar?

Si, esa es la pregunta del millón de dólares. ¿Cómo supe de este lugar? ¿Cómo llegué a Second Life? Bien, este mundo virtual apareció en mi vida de manera muy simple y casual, lo conocí a través de otras personas. Ese 30 de mayo de 2013 se convirtió en el día en que a Natalia, Andrea, Alejandra y a mí, nos cambió radicalmente la vida.

Si, así fue, la existencia de todas se transformó al adentrarnos con el pasar de los días, las semanas y los meses en Second Life. En esa ocasión, jamás imaginamos lo desafiante que sería la experiencia de una segunda vida virtual, en un mundo... ¿Cómo definirlo? Bastante peculiar, que solo existía en la web.

Andrea, una de mis compañeras de trabajo, me propuso que creara una cuenta en Second Life me enseñó cómo hacerlo y como podía descargar el visor en mi laptop, Natalia mi amiga de muchos años, deslumbrada por lo que le habían mostrado hasta ese momento, abrió su cuenta esa misma mañana y se puso de acuerdo con Alejandra, compañera de estudio de Andrea, para llegar todos los días una hora más temprano al trabajo y así conectarse juntas, descubrir y aprender a "jugar" en ese mundo que ellas llamaban SL Alejandra y Andrea eran practicantes en nuestra oficina y estaban en los últimos semestres de sus respectivas carreras. Un compañero de estudio de Andrea le había enviado una invitación para abrir cuenta y le había hablado sobre Second Life. Ellas ya habían creado sus perfiles esa mañana muy temprano y habían convencido a Natalia (y lo estaban haciendo conmigo) para abrir una cuenta también.

-Todas te enviaremos solicitud de amistad tan pronto abras tu cuenta y nos avises que ya la tienes - me dijo Natalia sonriente - esta noche cuando estemos relajadas en nuestras casas nos conectamos, ¿sí? Mira, podemos entre las tres aprender un poco más del manejo de SL e intentar mejorar la apariencia de nuestros avatares, conseguirles ropa, conocer gente ¿No te parece divertidísimo?- Soltándole una carcajada le dije -Estas loca-.

Alejandra interrumpió nuestras risas, nos llamó hasta su cubículo para mostrarnos algo en su computadora - Miren chicas, este es un video tutorial que te indica paso a paso como abrir tu cuenta en SL, ¿qué les parece? - Natalia se veía muy interesada y no negaré que yo también lo estaba. SL había capturado mi atención... Mientras observaba la presentación y escuchaba por primera vez de este particular e inmenso mundo me preguntaba: ¿si valdrá la pena esto? Me decidí a buscar la página Web de Second Life antes de inscribirme, digamos que para indagar por mí cuenta... "El límite es tu imaginación", eso era lo único que aparecía escrito. Aunque lo más sobresaliente no era ese texto sino la hermosa imagen que abarcaba toda la pantalla, un cielo naranja, con el sol casi ocultándose y dos chicos con tablas surf sentados en la arena.

Le prometí a Natalia y a las demás que entraría esa noche a Second Life pero no lo hice, la verdad, me la pasé más de tres horas leyendo información sobre la nueva entretención de mis amigas (que al final resultó siendo más que un simple videojuego multijugador). Second Life se me mostraba como algo diferente e interesante desde mi punto de vista como psicóloga. No cabía en la mera definición de juego de rol, puesto que no había objetivos de juego, ni recompensas, ni puntajes. Realmente no se podía hablar de ganar o perder. Al igual que otros juegos de rol on line se interactuaba con otros jugadores a partir de un avatar, es decir, una representación del jugador.

En mi búsqueda de información en la web, aprendí que Second Life es un simulador, también le llaman metaverso y que a los usuarios se nos llama residentes, al empezar eliges un avatar humano ya sea hombre o mujer (aunque también hay avatares animales), sin embargo una vez estás en el entorno de Second Life (lo que se conoce como in world) es posible que puedas darle una apariencia similar a la que tienes en la vida real o totalmente opuesta. Puedes cambiarle el shape (figura) y el skin (piel) a tu avatar, hacerlos más altos o más pequeños, atractivos, musculosos, más delgados... así mismo, los tremendamente creativos pueden darle apariencia no humana modificando partes del cuerpo, pueden ser mitad humanos, mitad animales, totalmente animales, seres fantásticos, en fin las posibilidades pueden resultar ilimitadas. Second Life se convierte así, en un amplio universo que puede ser explorado y está abierto a la interactividad, y que puede ser tratado de una forma tan creativa como el residente desee. No solo es posible crear la apariencia de tu personaje, también los ambientes, es decir, los lugares (sims) que tu avatar visita y los objetos que utiliza pueden ser creados por los usuarios

Para mí, Second Life era más bien un tipo de plataforma social que semejaba al mundo humano. Si, era una especie de ambiente que intentaba parecerse al mundo real. Al tener cuenta e ingresar al entorno virtual haciendo uso del visor, es posible hacer amistades casi cualquier parte del mundo, también puedes conversar con otra persona (ya sea por chat o audio, voice que llaman en SL) y estás en capacidad (bueno, tu avatar...) de acciones tan simples como bailar, nadar, escalar, pelear e inclusive tener sexo y por supuesto, todo gracias a programas de animación. Todos esos movimientos (animaciones) que pueden hacer los avatares se constituyen en programas que han sido creados por otros usuarios de Second Life.

Leí muchísimo, así como también vi muchos videos y tutoriales de cómo "jugar". Uno en especial me llamó la atención, lo había subido a You Tube un tal HectorHe71, tenía alrededor de diez videos más sobre Second Life publicados en su canal y en su perfil se identificaba como psicólogo y profesor de una reconocida universidad mexicana, en la cajita de información estaba su correo electrónico, la verdad no sé porque me aventuré a escribirle al e mail. Si bien, decía ser un psicólogo igual que yo, podría perfectamente no serlo. Ya había visto muchos casos de personas que se identificaban de una manera en las redes sociales pero en la vida real no eran ni la mitad de lo que decían ser. Lo interesante del vídeo del profesor Hernández era el análisis que hacía sobre cómo podría influir Second Life en la vida real de un residente:

"Contrariamente a lo que se piensa de modo intuitivo, parece ser que los entornos virtuales como Second Life no causan la perdida de nuestras habilidades sociales.  Lo excepcional de los entornos virtuales es que en ellos tenemos prácticamente garantizado el contacto social. Los avatares que elegimos para que nos representen, actúan entonces como una extensión de quienes realmente somos como seres sociales".

Después de leer esto le escribí. En el correo me identifiqué como psicóloga, le expliqué cómo había llegado a Second Life (y que aún no había abierto cuenta, pero que lo haría esa misma noche). Finalmente le pedí que nos contactáramos puesto que me interesaba conocer más su punto de vista sobre este...juego, simulador...o lo que sea que fuese...en fin. La mañana siguiente encontré respuesta: - Second Life no es cualquier cosa - me escribió el profesor Hernández - no es un juego, tienes razón, interactúas con gente real en tiempo real, todo el que entra a este metaverso debe hacerlo con un avatar. Hay mucho que podría decirte, lo mejor es explorar e ir aprendiendo. Apenas abras tu cuenta, si gustas, me envías el nick de tu avatar y te agrego a mis amigos, así nos podemos ver in world y cualquier duda que tengas, si estoy conectado, con gusto te ayudaré a resolverla.

Así que antes de ir al trabajo y después de dar tantas vueltas, abrí mi cuenta. Mi otra yo, apareció en la pantalla frente a una playa, el lugar estaba lleno de otros avatares. Me dije a mi misma, que esa noche revisaría de nuevo los tutoriales y exploraría lugares en SL. Ese mismo día, a media mañana, llegó Natalia con dos café-latte a mi oficina, muy sonriente a contarme sus aventuras iniciales en Second Life...