Limpiando el inventario, llenando la papelera

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"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" Antonio Machado

Mucha gente afirma que quienes "jugamos" Second Life somos unos perdedores con una pobre vida real. Creo que eso no ocurre en todos los casos. Cuando empecé a vivir esta segunda vida, fue por invitación de mis amigas de oficina, sí, es cierto que me encontraba en esos momentos recién separada, pero mi objetivo nunca fue buscar el amor en este simulador, de hecho, inicialmente me parecía descabellado eso de tener "pareja virtual".

Sin embargo, creo que pudo más la presión de grupo, no porque me indujeran a buscar "cybernovio", pienso que, sencillamente fue, el ver como el romance a través de esta plataforma era tan intenso y tan "ideal", pero sin duda, era una falsa idea de perfección. También estaba esa loca y tonta idea de buscar el amor, vivir el romance y contarle al mundo la experiencia. En este punto reflexioné que estaba buscando algo que, como en la vida real, debía darse en forma natural y yo simplemente estaba forzándolo, sólo porque no creía que enamorarse de alguien desconocido a través de este simulador pudiese ser real o normal...pero, y ¿qué es "real" o "normal"?

Después de esa extraña y triste experiencia con Mihai, seguí entrando a SL como si nada. La verdad, hice todo lo posible por "recuperarme" rápidamente de ese "mal de amor", sin embargo, al principio me sentí triste, deprimida, burlada...Con las semanas me di cuenta que a la final ese es el modo de jugar SL de mucha gente en Second Life. Y es que ningún residente tiene obligación de mostrarse, ni de dar información de su vida real a otro, incluso si tú lo haces, eso no obliga a la otra persona. Al igual que en la vida, de todas esas "caídas" se aprende algo...solo que a mí me faltaba un tropezón más...

Un tiempo después de Mihai, algo importante ocurrió en mi vida real: regrese a vivir con mi anterior pareja, sabía que habían muchos problemas y un gran abismo entre los dos, pero aun así lo hice. No tenía un motivo, tenía muchos para hacerlo. Para empezar estaba mi hija que extrañaba muchísimo a su padre y por otro lado, estaba mi hijastra, que luego de la separación se había ido a vivir con él y su relación padre-hija no era la mejor. Esa chiquilla estaba en una edad crítica y sentí que necesitaba una figura femenina a su lado. Otra razón, tenía que ver con nuestra situación económica, los ingresos habían disminuido así que lo pensé bien y acepté recibirlo a él y a mi hijastra en casa. Estábamos separados, pero no hasta el punto de odiarnos o ser enemigos. Acordamos vivir juntos, sin discusiones, sin dramas y cada quien en su espacio. Se suponía que sería algo temporal.

Dejé de dedicarle a SL algunas horas por un mes más o menos, no entraba los fines de semana y en las noches lo hacía de manera esporádica. En una ocasión estuve ausente como cinco o seis días y cuando regrese me dio mucha nostalgia pues encontré varios mensajes de personas que no veía hacía tiempo, amigos de mis primeros días en SL...Eso me hizo pensar que los inicios siempre resultan ser sencillos, sin complicaciones, deliciosos, sin peso, sin nada que cargar ni arrastrar. Cuando una vida empieza eres una pizarra en limpio, lista para que la se escriba sobre ti. Esa era yo en mis primeros meses en Second Life, mientras hacía rol play y jugaba a ser bombera en un sim latino, ayudando a otros un poquito más nuevos que yo, divirtiéndome y escuchando las historias de los demás.

Mucho ha pasado, desde ese tiempo, aún con mucho, he dejado equipaje en el camino, algunas de esas maletas ya ni las alcanzo a ver, otras, aún logro verlas cuando doy la vuelta. Intento no mirar atrás pero ahora entiendo que todo es parte del proceso, que seguiré caminando y eso que he dejado a mis espaldas, y que aún logro ver, algún día ya será solo un recuerdo, uno que ya no produzca rabia, ni nostalgia, ni dolor...de eso se trata la vida.

Segunda Vida, Miles de HistoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora