Cuando por fin me dejan sola en mi habitación junto con Mark, me recuesto de lado en la cama y mi hermano se sienta en el sofá continuo a mi cama.
- Enana, te traje algo -me guiña un ojo mi acompañante, señalando a la mesita de noche.
Muevo con precaución mi mano derecha, ya que enterrado en mi brazo, había una aguja que transfería suero a mi cuerpo. Tomo los tres libros y los coloco a mi lado sobre las blancas sabanas.
<< Hush Hush, After y City of Bones. >>
Encima de estos hay una pequeña nota:
"Mira te traje algunos libros, que por lo que veo son tus favoritos, así que distráete en algo. Te quiero hermanita." -Mark.
- Gracias, altote, aun que pudiste decírmelo de frente, te quiero -le digo.
Ya cómoda entre las sabanas, tomo el primer libro, comenzando a buscar momentos al azar o especiales entre Patch y Nora, luego con el segundo busco lo mismo sobre Hardin y Tessa, finalmente con el tercero entre Clary y Jace.
Casi cuando voy en la mitad del último libro, noto una gran tranquilidad, pero también una opresión en el pecho. No recuerdo nada, mis padres no me dijeron que es lo que tenía, bueno tampoco es que yo se los haya preguntado, pero por más que quiero recordar, más se alejan mis pensamientos. Pienso que estoy dentro de un laberinto, las respuestas están al final, no importa por cual dirección vaya, siempre voy por el camino incorrecto. Quiero creer que me drogaron o me tuvieron que dar algo fuerte para poder olvidarlo, este bloqueo mental me tiene algo inquieta.
Escucho que llaman a la puerta.
- Pase, por favor -anuncio después de que Mark asiente con la cabeza.
La puerta se abre lentamente y veo como entra un muchacho de unos 18 años, de cabellera negra, ojos cafés y piel clara. Se me queda observando todo el tiempo que nos quedamos en silencio, hasta que mi hermano hace un sonido extraño con su garganta y decidimos que es hora de hablar.
- Hola, soy Alexandre McClain, soy quien te trajo aquí y quien llamó a tu familia, me dijeron que querías hablar conmigo.
Me le quedo mirando yo a él esta vez. ¿Enserio él es quien decidió rescatarme? Paso mi mirada de mi hermano a el ahora-no-tan-extraño sujeto. No puedo evitar el sentirme incomoda y alerta. Si, salvó mi vida pero eso no significa que debamos ser amigos. En la posición en que me encuentro me hace pensar que no todos tienen buenas intenciones.
Ha de notar mi mirada pensativa porque carraspea y devuelvo la atención hacia él.
- Eh... si hola, quería hablar contigo, quería darte las gracias por todo lo que hiciste por mí no tengo como pagártelo, enserio, gracias.
- No tienes que dar las gracias, solo que te vi tendida en la carretera y sabia que necesitabas ayuda. Cualquiera hubiera hecho lo que yo hice. ¿Podría preguntar cómo te encuentras?
- Bueno por el momento estoy bien, me duelen unos cuantos huesos, pero supongo que es normal.
- Espero que te recuperes pronto. ¿Te llamas Marlene, cierto? -se mantiene a una distancia prudente de mi.
- Estás en lo correcto -muestro una sonrisa pequeña y el me sonríe de vuelta.
- Vale, yo me llamo Mark, digo, solo por si tienes dudas -habla mi hermano volteándonos a ver.
- Un gusto en conocerlos, llámenme Alex.
- Vale, un gusto igualmente -respondo tratando de no verme sangrona como mi hermano.
Reacomodo mi posición en la cama, tratando de sentarme sobre el filo de esta para estar un poco más cómoda.
- ¿Me puedes ayudar a colocarme bien, Mark? Me cansé de estar acostada.
- Está bien, vamos, te ayudo.
Extiende sus mano para ayudarme, pero al usar un poco más de fuerza de la necesaria, mis costillas empiezan a doler y casi termino fuera de la cama, ocasionando que Alexandre se alarme y le ayude a sostenerme.
Una vez a salvo me siento poco a poco sobre la acolchada superficie y me tomo el costado con una mano, mientras hago una mueca de dolor, Alex se da cuenta y expresa una cara de preocupación.
- ¿Estas bien?
- Si.
Alexandre coloca su mano sobre mi hombro y otra en mi cintura, percato que estaba conteniendo el aliento, así que lo dejo salir lentamente.
- Tranquila, respira hondo, ya se pasara el dolor. Si no es así, me dices y voy a por un doctor. Puedes confiar en mí... pueden -se corrige nervioso, nos mira a Mark y a mi.
- Gracias, creo que ya lo estoy haciendo -respondo. No es totalmente cierto, aún tengo desconfianza y no solo de él, pero que más puedo hacer.
- Yo ya he puesto toda mi confianza en ti. -trato de no reír al ver que Mark una vez sentado nuevamente desde el sofá, hace una cara rara, llevándose su dedo índice a la boca mientras simula estar vomitando, mientras que el nuevo conocido solo me dedica una sonrisa.
- Y dime, ¿Hace cuánto me trajiste aquí? -cambio de tema antes que el ambiente se torne incomodo.
- Hace 5 días.
- ¿Cuándo me encontraste?
- El 8 de Octubre.
<< No puede ser, me perdí el cumpleaños de mamá. >>
- Oye, te resultará raro pero, cuando te den de alta, ¿podría visitarte algún día?
- Alexandre... Alex, -ahora me corrijo yo al notar su mirada interrogativa- no puedo prometerte nada, no estoy en la mejor situación ahora y no quiero afirmar algo que no se si voy a poder cumplir -me sincero y el asiente.
- No te preocupes, entiendo perfectamente. Me iré por hoy, te dejaré descansar, pero si me lo permites, me gustaría seguir en contacto contigo y ver tu mejoría, no pude quedarme tranquilo desde el día en el que te encontré. ¿No es ningún problema para ti?
- Supongo que no. Muchas gracias una vez más.
- También quería agradecerte el haberla rescatado, sin mi hermana pequeña no sé que hubiera hecho -me abraza Mark pasando su mano por mis hombros y asiente en dirección a Alex.
Veo que se acerca a mí para darme un abrazo, pero lo piensa mejor y se retira un paso.
- No ay de que, hasta luego.
Se despide de Mark y de mi y al instante sale de la habitación tras lanzarme una ultima mirada.
*En multimedia Alexandre McClain.
¡Hola de nuevo!
He estado editando los capítulos ahora que estoy de vacaciones y tengo un poco más de tiempo.
Voy a estar subiendo capítulos mas frecuentemente si no tengo cosas que hacer.
-Mel-
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Memories
Misteri / Thriller🌠Ganadora al 2do lugar en los premios Solo Miles 2020🌠 Desde su solitario despertar en el bosque, sin encontrar a nadie ni a nada que pudiera ayudarla, Marlene tendrá que decidir con sabiduría sus siguientes acciones y palabras, tal vez por protec...