1: Inconciente

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Siempre he sido asustadiza, pero por alguna razón este día lo cambió todo en mi vida.

Cuando abrí mis ojos me costó enfocarme en lo que tenía delante, un bosque oscuro donde no encontré nada ni a nadie que pudiera ayudarme.

Al intentar buscar algún indicio del como llegué hasta este lugar, comienzan a ingresar a mi mente vagos recuerdos que parecían haber sido desbloqueados por mi cerebro recientemente.

Recuerdo el haber estado caminado por la calle donde se situaba mi casa, estaba regresando de correr y registré mi celular para saber si había nuevas noticias, ya que mis padres habían salido de viaje y se habían llevado consigo a mi hermana, solo quería saber si llegaron a salvo a su destino. Por mi parte, me dejaron a cargo de mi hermano mayor, Mark, a pesar de mis suplicas por que me dejaran quedarme sola, que obviamente fueron en vano.

La pantalla del dispositivo me mostró en su hora las 7 de la mañana, dejándome una hora restante para bañarme y arreglarme para ir al instituto.

Al enfocar mi vista en el camino, siento haber sido golpeada en la cabeza con algo duro, seguido de un paño que lograba bloquear mi boca y fosas nasales, impidiéndome respirar aire puro. No pude distinguir nada más porque de inmediato se abrió paso la luz obscura, dejándome inconsciente en el piso de aquella acera.

Luego me encontré con otro recuerdo

Me encontraba sedada y apenas consciente de lo que ocurría a mi alrededor, estaba tumbada en el suelo con las manos y los pies atados, callada y tratando de recopilar información de mis secuestradores.

No los podía ver exactamente, ya que estaban de espaldas y no es que mi vista borrosa y soñolienta ayudara mucho, solo pude reconocer tres siluetas, eran altos y sus voces eran graves.

No los reconocía por más que lo intentara, nunca los había visto en mi vida. Esperaba que me dejaran ir, sabía que esto era un secuestro, pero no recordaba nada de lo ocurrido en esos días. No podía ni imaginarme como estaría mi familia.

¿Estarán preocupados?

¿Asustados?

¿Acaso les habrán llamado diciendo que me encontraba bien?

¿Se habrán enterado ya de lo sucedido?

¿Qué fue lo que me hicieron?

¿Cuánto tiempo llevo secuestrada?

Pero la más importante.

¿Qué querían de mí?

No podía imaginarme la respuesta a cada una de esas preguntas.

Mi mente regresa al presente y comienzo a sentir un terrible dolor de cabeza cuando empiezo a levantarme, ocasionando que unos gemidos de dolor salgan de mi boca. Tras varios intentos, logro sostenerme del árbol en el que yacía recostada y coloco una mano sobre mi estomago, sintiendo un dolor dentro de mí, pronunciándose en mi bajo-vientre. Me duele todo el cuerpo, estoy mareada y para colmo estoy temblando de frío.

Me termino de levantar y aguardo unos minutos mientras me calmo. Cuando me siento un poco mejor para andar, empiezo a caminar y encontrar una salida de este horrible lugar.

Me muevo lentamente, ya que no creo que mis secuestradores estén cerca, o por lo menos eso es lo que quiero pensar para poder aguantar un poco más.

Camino por lo que parecen unos minutos hasta que veo una carretera a metros de donde estoy. A pesar del miedo que tengo de no encontrar el camino de vuelta a casa, me siento maltratada y lastimada, pero seguiré, lo haré por mi familia ya que me estarán esperando en mi hogar con los brazos abiertos. Sé que no se puede comparar esta sensación, este dolor que estoy sintiendo, a estar cerca de ellos, abrazarlos y decirles lo mucho que los amo.

Cuando llego hasta lo que parece la salida me detengo. Veo la carretera que visualicé metros atrás, está completamente oscura y ningún auto pasa cerca de mi radar, solo hay unas cuantas farolas, pero la única que hay por el area se encuentra varios metros lejos de mi. Tendré que ser fuerte un poco más y caminar por otro largo rato.

Según mis cálculos, he recorrido un kilómetro o más, cuando un mareo me desestabiliza, me pesa la cabeza y todo da vueltas alrededor de mí, por más que lo intento no logro controlarme esta vez, todos mis esfuerzos son nulos y no hay nada más que hacer.

Sin poderlo evitar caigo en el medio de la calle, sintiendo como mis músculos se relajan uno por uno, mientras tanto lagrimas salen de mis ojos porque sé que ya no aguantaré mas, di toda la energía que me quedaba, di todo mi ser. Lo último que distingo son unas borrosas farolas de coche que se detienen ante mí. Me dispongo a darle gracias a Dios por haberme salvado de este terrible caos y me quedo inconsciente tirada ahora en el piso de aquella carretera.

Hola chicos, ¿Que tal?

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Hola chicos, ¿Que tal?

Esta es la primera vez que trato de escribir algo que tenga sentido y sea coherente, espero no decepcionarlos, ojalá les llegue a interesar esta novela. Sin más me despido, luego subiré un nuevo capitulo.

-Mel-

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