Siento como me sacuden lentamente, tratando de despertarme. Pido cinco minutos más y me vuelvo a acomodar en mi cama.
El olor a café y pan con mantequilla recién hechos llega hasta mí. El colchón en el cual estoy tumbada se hunde bajo el peso de un cuerpo más.
Permito a mis ojos abrirse lentamente y por un rapido instante la luz que entra por la habitación me confunde y hace olvidar donde estoy. Mi mente se transporta a aquella iluminada habitación con la que soñé hace poco y me sobresalto cuando distingo una silueta alta y de cabello negrizco acercarse peligrosamente a mi.
— No me hagas nada —digo apenas en un susurro mientras trató de cubrirme con la sábana.
— Soy tu mamá, cariño. Tranquilizate.
Vuelvo a la realidad de poco a poco, hago la sabana a un lado y la miro. En su rostro solo veo preocupación y dolor. Comienzo a temblar y de mis ojos salen lágrimas rebeldes.
— Ven aquí, mi niña —me acerco lentamente y la abrazo.
— Mamá, ya no quiero recordar eso, ya no.
— Tranquila —dice con dulzura.
Le sonrió, pero parece mas una sonrisa torcida y fallida, que una real.
Localizo a mi padre, mis hermanos y hasta a mi mejor amiga parados junto a la puerta. Esta última, tiene la mano sobre su boca junto con una mirada temerosa y lastimera.
Con ayuda de mi madre me coloco de pie y me ayuda a llegar hasta ella. A pesar de sus locuras y estupideces, la quiero y la extrañé demasiado.
— Te prometo que no me volveré a ir sin ti —intento bromear, recordando nuestra llamada de hace pocas horas. Al parecer supo de que hablaba, ya que me siguió la broma.
— Más te vale que no. Ya sobreviví a un infarto, no quiero dos —reímos y nos abrazamos con fuerza, aferrándonos la una a la otra.
— Yo también te extrañe —hablamos como si desde hace años no nos hubiésemos visto. Aunque en realidad solo fueran un par de meses.
Ella siempre fue una de las pocas personas que me apoyó desde que nos conocimos en primaria. Nos volvimos tan inseparables que nunca saliamos la una sin la otra. Soy su confidente al igual como ella lo es para mi.
— ¿Qué te dijo el doctor Marquez? —escuchamos la voz de mi madre preguntándole a papá, una vez que nos separamos Indiana y yo.
— Dijo que era normal que ocurriesen este tipo de cosas, por ahora. Marlene aveces no sabrá que sera realidad o mentira. Aveces no querrá ser tocada o simplemente aveces no tolerará a alguien cerca. Esas cosas le recordarán esos momentos por los que atravesó. Tendrá que ir a revisión con un nutriólogo una vez al mes, para hacer que recupere el índice de masa corporal adecuado para ella. También irá dos veces a la semana con un psicólogo. Haremos lo posible para que todo pase lo más pronto que podamos, Marlene necesitará de mucho de nuestro apoyo.
— Sabes que estar al pendiente de mis hermanas me encanta. Fastidiar a mi hermana un poco más no será problema —Mark me guiña un ojo y pasa una de sus manos por encima de mis hombros.
— Perdónenme si algún día vuelvo a actuar de la forma en la que lo hice. Trataré inmensamente que esto no ocurra frecuentemente. Agradezco enserio todo su apoyo.
— No me importa si me confundes Marl, yo solo quiero verte bien —habló la pequeña.
— Gracias, corazón —le devuelvo el pelo.
— Siempre tendrás nuestro apoyo... Bueno Indi y Marl, las dejamos a solas, tienen de mucho que hablar —dijo mamá.
Asentimos ella y yo y se van todos de la habitación, menos la castaña al lado mio.
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Memories
Mistério / Suspense🌠Ganadora al 2do lugar en los premios Solo Miles 2020🌠 Desde su solitario despertar en el bosque, sin encontrar a nadie ni a nada que pudiera ayudarla, Marlene tendrá que decidir con sabiduría sus siguientes acciones y palabras, tal vez por protec...