Memories

9: Número Desconocido

Indiana se encuentra manejando, mientras yo veo el camino por el que vamos. Percibo como todo a cambiado de cierta manera cuando nos vamos integrando al tráfico de la ciudad, agregaron unas nuevas remodelaciones y uno que otro detalle que hacía falta. Repaso todas las veces que perdía el tiempo con ella y Cristopher por estos rumbos. Ahora solo deseo profundamente que volvamos a tomar esa rutina en un futuro no muy lejano.

Mi amiga se encuentra tarareando una de las tantas canciones que salen de los parlantes de su coche. Dejo de concentrarme en todo lo que observaba y me concentro en la letra. Es una melodía única, contiene varios estilos que no logro identificar. La letra es muy buena, pero lo que me atrapa es el ritmo que la compone.

— ¿Marl, a donde quieres ir? —pregunta, haciendo que olvide la cancion.

— No lo sé, ¿No han abierto algun lugar nuevo en estos meses?

— Si, por aquí cerca han abierto un Burger King y un Starbucks. ¿Quieres ir a alguno de esos dos?

— ¿Tienes mucha hambre o sólo quieres algo ligero?

— ¿Desde cuando contestamos una pregunta con otra pregunta? —cuestiona.

— A mi no me mires que no tengo ni idea.

Después de unos segundos digo algo que me intriga.

— ¿Crees que alguien de la preparatoria esté en el restaurante y me reconozca?

— No te lo negaré, he visto a algunos de ellos por aquí algunas veces, ojalá que no sea esta vez y si es que este es el caso, yo te cubro y nos vamos a otro lado.

Mi amistad con Indiana esta compuesta de momentos mixtos. Entre ellos estan incluidos los momentos felices, tristes, divertidos, horrorosos, agonizantes, embarazosos, de locura y de emociones extremas, de los cuales no cambiaria nada, ya que esos han sido los ingredientes de nuestra no-tan-perfecta amistad.

Algo especial que tenemos, es que cuando sentimos que la otra persona esta mal y está pasando por un momento difícil, tenemos que hacer hasta lo imposible por que esa persona se olvide de lo que esta pasando, hasta lograr el objetivo de que se sienta confiada, esté segura de si misma, ría y se divierta más que el dia anterior.

— Decide, que ya quiero comer —se soba el estómago.

— Contestame primero, ¿mucho o poco? —le pregunto denuevo.

— Son las 10 a.m., así que quiero algo ligero, ya sabes, para mantener este cuerpecito.

— Tu y yo sabemos que llegando a la caja arrazarás con todo el menú.

— Bueno, es que tengo mucha hambre —se encoge de hombros.

— Vamos a Burger King, comemos y de ahí pasamos a Starbucks por un café.

— Me agrada tu idea.

Sin decir una palabra más, nos encaminamos hacia el primer restaurante. Puedo notar que no es inmenso pero tampoco es algo pequeño. Encontramos una plaza vacía inmediatamente y me aseguro de tener mi bolso.

— Tienes tu bolso y yo tengo el mío, estamos listas —está por cerrar el automóvil cuando recuerdo.

— ¿Tienes las llaves? —le pregunto.