Capítulo 18. Estoy cayendo

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El bosque se borró al igual que mi casa y todo lo demás. Solo quedo un lugar vacío y solitario pidiendo que alguien llenará es espacio.

Me pare sintiendo a un dolor, ya no quería que la gente me viera como la chica débil o la loca de los fantasmas. He pasado por muchas cosas como para sentir lástima de mi, yo sé que nada en la vida es fácil pero de otra forma no tendríamos una enseñanza.
Hacer frente a los problemas es la forma más significante para demostrar que una persona es madura y escondiéndome solo alargarse una casería que estoy segura perderé.

- Se lo que quieres de mi, y no lo tendrás.

Me tambalee al dar un paso al frente.

- Ha sí, y que se supone es lo quiero de ti. - él camino unos pasos más cerca.

No es momento para temer, es tu vida no lo olvides.

- Yo no te pedí que me dieras el alma de Paris, tú mente egoísta pensó que haciendo eso podrías recuperarla, no es así.

Puse las manos en mis caderas.

- Veo que te contó una parte, tendré que castigarla después. - me dijo como si fuera algo normal en su rutina.

Termina esto rápido no sabes lo que planea hacer.

- Tú no harás eso, no te lo permitiré. - le dije con voz firme.

- Porque la defiendes, tengo entendido que se apodero de tu cuerpo y mató a tu amigo, aún así la defiendes.

- Eso hacen las personas, saben perdonar no se aferran al dolor, en cambio cosas como tú solo saben hacer daño y atormentar a los demás.

- Admito que tienes razón, pero no le has dado la oportunidad de conocerme. Tal vez te guste quien soy. Ven conmigo y te lo mostraré.

- Pudrete, jamás iré contigo, entiende que yo no soy ella, y ya es tiempo de que regrese a casa y eso es lejos de ti.

Lo que sucedió después casi no logro recordarlo. Puede que me haya desmayado por el ruido que apareció de la nada, como si una onda de frecuencia dañina hubiera sido puesta para aturdirme.
Caí cubriendome los oídos, pero era inútil, el sonido podía penetrarlo. Lux camino hacia mi y me levanto con sus brazos, no supe a donde se dirigía, me concentre en mis odios sangrantes y en como la luz brillaba más y más.

- Sueltame, te juro que si no lo haces te asesinare. - le dije en susurros.

- Creo que no tienes fuerzas para eso, y hasta que entiendas que es por tu bien tendré que educarte como la ultima vez Paris.

- Mi nombre es Ali...ce...

Si contará todas las veces que he quedado inconsciente serían más que las veces que he hecho algo por mi misma.
Un día solo ya no despertaré y toso esto quedara enterrado en mi pasado, escondido y misterioso, sin que nadie descubra lo que en realidad paso.

Un cuadro estaba frente a mí, me acerque y el cuadro cambio de imagen. Yo era la persona que estaba en el cuadro pero vestía diferente, mi cabello era rizado y largo sujetado por un lazo. Mi cara reflejaba tristeza y miseria, irónico reconociendo que eso sentía en este momento.
Al ver cada detalle me di cuenta de que no era ella, si no París, ambos nos parecíamos mucho, la misma mirada, la forma del cuerpo, como dos gotas de agua.

Ella levanto una mano, yo retrocede unos pasos del susto pero aun así me quede cerca. Su dedo comenzó a sangrar en la punta, donde debería estar su uña. Escribió algo en latín.

non est qui effugiat eum (1)

Unos segundos después se borró, después volvió a escribir algo.

haec insignis (2)

También se borró y no dejó rastro de que se escribió algo ahí.

- Dime que hago, recuerda que tu y yo estamos unidas y si quieres descansar sera mejor que me ayudes.

Se fue alejando dándome una mirada vacía.

- ¡No! - grité - ¡Ayudame no se que hacer! - fue en vano porque al fin se desvaneció sin decirme nada.

Desperté bañada en sudor, mi corazón palpitaba a mil por hora, la cabeza me pulsaba. Mis dedos tenían sangre seca, recordé que mis oídos estaban lastimados pero me sentía bien.
Que te ayude un demonio tiene sus desventajas, porque deberles algo y más la vida se cobra caro.

- Despertarse al fin, estaba preocupado por ti Paris, sueles dormir tanto.

- No es de tu incumbencia. - me senté a la orilla de la cama, tocando mis sienes para ver que tanto me dolían.

- Me importa y a ti también te importaría cambiar tu forma de hablarme.

- ¿Y eso por qué?

Abrí los ojos de par a par, yo estaba en la punta de un precipicio y Lux acababa de empujarme por el. Tenía en sus manos el libro negro y Dulce además de Tenebris estaban de tras de él vestidas con largas tunicas negras.

- Juntos prepararemos el ritual de conversión, y pronto seras mi bella Paris.

- Estas bromeando. - Me puse de pie de un salto. - Tenebris, Dulce, despierten él las esta controlando, habrán los ojos.

- No te harán caso, mi poder es inalcanzable. Nos vemos luego querida.

Se estaban llendo cuando se me ocurrió algo para no estancarme en mi miseria.

- Debí dejar que Rex me matará.

Fue cerrando la puerta y en el ultimo momento hablo.

- Nunca morirás de la forma que deseas.

Y así se fue.

(1) no hay escapatoria.
(2) estas marcada.

El Libro Negro ( #CarrotAwards2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora