Capítulo 19. Llanto amargo

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De que sirve tener esperanza de salir de aquí cuando las únicas personas que podían ayudarme están muertas o son controladas por el enemigo.

Pasee de un lado a otro, pero no había salida, ni siquiera había una ventana en el cuarto. Solo una cama y un espejo además de un armario antiguo.

Las cosas que me suceden comienzan a agotarme, no me dan un solo respiro. Tuve bastantes oportunidades de acabar con el dolor y fui una cobarde que las dejo escapar.
Una persona jamás creerá en algo con toda su fe, y ese fue mi error, porque si yo hubiera tenido aun sea un poco de fe, tal vez no estaría en esta situación.

Ya no me quedaba nada, me estrelle contra la puerta una y otra vez, también la golpee con los puños sangrantes hasta que el dolor me impidió continuar. Deje caer mi cuerpo lentamente cubriendo mi cabeza con las manos y llore como si no existiera un mañana lo cual en mi caso era cierto.

— Ya te resignaste tan rápido a morir, creí que eras más fuerte que eso.

Me sorprendió un poco escuchar la voz de otra persona, pero que mas podía perder si me asustaba, además a donde escaparía.

— Las personas creen tantas cosas que no me extraña decepcionar a otra, me canse de dar un ejemplo que acepten — le dije gruñendo

— Yo no soy una persona común y corriente y no espero que hagas lo que parece correcto, es más quiero tu bien. — me contestó.

— No me digas, eres un otra persona que desea ayudarme. — le dije fingiendo entusiasmo.

Me puse de pie inspeccionando la pequeña habitación oscura, nadie estaba conmigo.

— Como lo supiste — me respondió con el mismo entusiasmo fingido — ya vez seremos buenas amigas o tal vez algo más — me dijo ronroneando.

Del asco.

— Si conocieras mi historia sabrías que no tengo amigos, y los que lo son, sufren y terminan muriendo o controlados por un loco.

— Que chiquilla con tal mala suerte, me encantaría poner una sonrisa en tu rostro, de hecho, por eso estoy — se rió — casi aquí.

— A que te refieres con casi.

— No me iba a arriesgar, solo esto aquí mentalmente, quiero conocer todo el lugar, nunca he estado aquí.

— Si estas de visita veté, y dejame morir en paz. — me volví a sentar en el suelo frío y húmedo.

— Calmada amiga, solo busco mi bienestar y eso sería a través de ti, por mientras se buena y no causes problemas.

— No prometo nada. — me sincere.

******************
Perdí la noción del tiempo, todo era exactamente igual. Me traían tres veces al día comida y agua, pero nada más. No sabía si era de día o de noche.
Una vez escuche unos pasos acercándose, estuve esperando a que la puerta se abriera pero nunca lo hizo. Estaba segura que alguien estaba detrás queriendo entrar más sin embargo prefirió quedarse fuera. Solo esperaba que si esa persona era Lux no decidiera entrar porque no sabría que hacer.
Se suponía que me dejaría aquí hasta que mi cabeza se aclarara y por mi propia voluntad decidiera hacer el ritual. Pero ni muerta, prefiero luchar aunque no haya nada que hacer. Me quede dormida deseando que por una sola vez todo fuera un horrible sueño y despierte en mi habitación oliendo las galletas recién hechas de mamá.

El ruido de la puerta me despertó. La luz cegó mis ojos, no podía ver nada, ahora se que pasar tanto tiempo en la oscuridad tiene sus desventajas.

— Ponte de pie rápido el amo espera — me dijo una voz que me erizo la piel.

Lo bueno de que perdí un poco la visión es que no puedo ver quien entro.
Lo que si puedo notar es su horrible olor, apestaba a cañería de cuarteria de quienta.
Me sujeto muy fuerte, me dolieron los brazos y emití un pequeño grito.

— Dejame idiota, yo sola puedo caminar.

— Eso lo sé, pero que ganaría yo si ni disfruto haciéndote sufrir.

Me tropezaba conforme caminaba, y más porque el me empujaba a poprosito.
Caí de rodillas y cuando mi iba a poner de pie, él desgraciado me patio, haciendo que me golpeara fuertemente la cara.
Sentí como me escurría la sangre por la nariz, la cabeza me pulsaba, no lloraría enfrente de estos monstruos.

— Levantate asquerosa rata, no tenemos tiempo que perder.

Y así lo hice, con todo el dolor y toda la humillación, me quebraba más y más, hasta un punto en el cual me rendiría tarde o temprano.

Esa cosa me acerco a él, pude sentir lo pegajosa que su piel era y algo se movió en sus brazos.
Me susurro una cosa al oído y fue lo suficiente como para ponerme a llorar.

iam violati estis participatum in ceremonia? (1)

El aire se escapo de mis pulmones haciendo que la poca luz que podía ver se alejara y yo igual.

(1) Alguna vez haz participado en un ritual de profanación?

El Libro Negro ( #CarrotAwards2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora