He estado la mayoría del tiempo pensando "¿Y cómo puede ser tan imprudente?" Nunca me tomé la molestia en buscar más allá en el trasfondo de lo que realmente sucedía entre él y su madre. Su vida ha estado llena de tantas decepciones, un padre ausente que no lo salvó de una mujer viciosa y explosiva, nunca sintió apoyo por parte de sus similares y aunque lo reciba no suele a tomarlo de buena manera. Es desconfiado, malhumorado e inclusive reservado con lo que de verdad siente, tiene esa máscara invisible en la que logré caer. Quería evitar que yo sea el reflejo de su tragedia, pero olvido en dejar de reflejarse así mismo en su miseria primero.
También solía cuestionarme acerca de su cercanía al señor Hamilton, de donde se debía tal vinculo, conozco los por menores y estoy al tanto del cariño mutuo que estos se traen desde hace un tiempo en adelante pero realmente no habría algo más allá.
-Señor Hamilton por favor.- Llamé a esté antes de que saliera por la puerta, mi mirada era fija y mi mente se enfocó en mi misión, quería información y sabía que de los labios sedosos de Paul que tanto anhelaba besar de nuevo, no la iba a conseguir.
Bajé lentamente cada escalón. –Necesito saber la verdad.- Fue extraño ver al señor Hamilton tan serio, sospechaba bien que algo me llevaba entre manos. -¿A qué te refieres Helena?-
Me acerqué en suspenso, por una vez en mi vida luché por lo que quería conseguir. –¿Por qué usted y Paul son tan cercanos?-
Reconozco a una persona tensa cuando la veo, es como si estuviesen bajo mi piel, el miedo es la sensación de la cual más conocimiento poseo. La clase de mirada, la manera de arquear la boca, o inclusive los "Disimulados" pero muy obvios movimientos con las manos.
-Por favor...- Imploré, el señor Hamilton sabía mejor que nadie lo mucho que él me importaba. El señor suspiró, tomo un aire profundo, su secreto no podría durar para siempre, sin embargo antes él también me interrogó.
-¿Qué es lo que sabes?- Ambos conocíamos a la perfección lo delicado de la situación.
-Me habló sobre su madre.- Lo que más le había impresionado al señor Hamilton no fue mi curiosidad, o mi interés tanto en alguien cuya vida está igual de arrastrada como la mía, sino la sola idea que Paul abrió su corazón y tomó el valor para hablar de su madre con alguien. Hasta hace unos días antes podría jurar que el señor Hamilton tenía un lugar en el porcentaje de personas en las cuales Paul guarda su silencio.
-Digamos que yo conocí a su madre.- Hizo una breve pausa luego de confesarlo, analicé como sus expresiones faciales mostraban culpa e impotencia, le rogué por más.
-Era adicta al juego, a la bebida y hasta al sexo. Una vez un pobre imbécil fue engañado por ella y la embarazó.- Ese embarazo se trataba de Paul. –Su padre huyó sin siquiera pedir la custodia de esté, nomas se fue.- Esa era la información que Paul me había dado entender la vez pasada en aquella enorme colina.
-¿Cómo se llamaba ese hombre?- El señor Hamilton con vergüenza, no deseó decírmelo, se refugió en la torpe excusa de "No conozco su nombre" Pero sé que hay más, mucho más. Salí a buscar a Paul, ya que hoy era el día en el que iríamos a buscarla para dialogar con ella.
Pronto en mi camino al casino, vi a lo lejos a April, ella estaba tan elegante como la vez que la conocí, tan perfumada, arreglada, maquillada. Me acerqué a ella, era el cebo perfecto.
Se trataba de una intima amiga de Paul de la infancia, algo de información debe tener.
-¡April!- A está pareció darle mucho gusto verme.
-¡Helena princesita, tremenda alegría encontrarte por aquí!- Corrí hacia ella, estaba nerviosa realmente tenía tantas ganas de resolver tantas cosas. Charlamos un poco para entrar en calor, ella era muy entretenida y bastante despistada, tenía su cabeza enfocada en tantas cosas, como no la tenía para otro tipo de ellas.
Entré en mi antiguo estado de seriedad. –April, necesito saber un par de cosas.- Tensa cual presión no había sentido desde hace tanto, cuanta adrenalina de no querer hacerle daño, todo lo que hago termina siendo para él.
April quien siempre tan anti seria y alocada al notarme tan nerviosa empezó a preocuparse.
-¿Qué sabes de la madre de Paul?- Bombardeé de inmediato. April asombrada y confundida no entendió nada.
-Nena, me encantaría ayudarte pero ese hombre es un misterio, sólo sé que huyó de casa porque su madre no lo apoyó en la música o algo así.- Tenía la misma información barata que recibí yo al llegar a la ciudad. –También sé que su padre le dejó, cosa que nunca me había comentado.-
-¿Y cómo lo sabes?- Me pareció intrigante.
-Ese caballero alto y fornido que cuida de él, me lo comentó una vez, literal parece un ángel guardián.-
"Ángel guardián" Sin duda se trataba del señor Hamilton, aquel hombre tiene algo que ver en esto y tengo que dar mi vida por averiguarlo.
Paul salió del casino y nos encontró en la lejanía con su vista, se sonrió al vernos y más juntas. –Mis dos pequeñas vinieron a verme.- April quien era bastante similar a él, se unió a su juego. -¡Por supuesto, sí somos tus admiradoras favoritas!- Paul la recibió con mucho cariño, tan afectuoso como una mascota a su fiel amo. Yo por otro lado, no fui muy afectuosa que se diga, estaba tan metida en mis pensamientos que no podía pensar en nada más.
-¡Así que tú no me piensas ni saludar, que hermosa poetiza me gasto yo!- Lo miré y me disculpé, April sabía que algo ocurría pero reconozco su prudencia ya que jamás intento divulgar nada. Ella prefirió dejarnos solos, después de todo Paul le había advertido que tenía planes conmigo.
En el camino me llevó rodeada en sus brazos, no lo quería demostrar pero era muy notorio que se sentía nervioso. –Todo estará bien mi cielo.- Vaya expresión la que me clavó. -¿Qué sucede, por qué esa cara?- Pregunté ante su mirada y sonrisa combinada postrada den mí.
-Es que me llamaste "Mi cielo"- Qué pena, me había dejado llevar, lo siguiente que hice fue disculparme pero a él no pareció importarle. –Un "Mi cielo" No se le dice a cualquiera Helena.- Fue lo único que me recalco.
No quería arruinar el momento tan tierno con él pero quería saberlo todo y no encontraba como. -¿Cómo se llama tu madre?- Ni siquiera conocía el nombre de dicha mujer.
-Azucena Murray.- Contestó seco, casi con asco. Me daba dolor escucharle, era una transición difícil para él. Sin embargo más allá de eso busqué en indagar.
-Eso quiere decir que tu apellido...- Dudé
-Así es.- Respondió molesto. –Desde que tengo uso de razón usó el apellido de mi madre.
-¿Y el de tu padre?- Paul se estremeció al escuchar la pregunta. –No, ni siquiera sé si alguna vez llegué a tener el apellido de ese maldito, o si es que alguna vez se molestó en reconocerme, la verdad no tengo idea.-
Ahí nos encontrábamos ambos, en camino a ver a su madre, con la esperanza de cumplir una meta de dos grandes que tenemos planteadas, Mi cabeza daba vueltas y vueltas intentando hallar culpables, su madre, su perdido padre, el señor Hamilton tantas dudas y tan pocas respuestas me hicieron tomar mis propias crueles y frías conclusiones, podrá ser que el mismísimo George Hamilton sea el padre biológico de Paul que desapareció y hoy en día apunta de culpa es su "Ángel guardián."
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Paul y Helena
RomanceEl desastre también se puede enamorar, ya que si el desastre encuentra al orden posiblemente estos mutuamente se podrían llegar a gustar. Helena era el orden disfrazado de desastre, mientras que Paul no era más que un mísero desastre enmascarado en...