¿Desde que día comencé a darme cuenta? Todas las personas que me rodeaban parecían solo mantener las apariencias ante los demás, no comprendía el porque todos fingían para caerle bien a personas que también fingían y querían que yo fuera igual.
Habia noches en que mujeres me acariciaban y otras noches había hombres que hacían lo mismo, yo solo tenia que quedarme en silencio y tranquilo, pero estaba cansado.
-parece que seguiste mi consejo de disciplinar a este niño-mi dueño estaba sentado en un sofá al igual que otro sujeto, ambos fumaban. Estábamos en una mansion.
-claro, ¿lo notaste por los moretones de su cuerpo?-
-si, tiene una hermosa y tersa piel-
Si, ellos también fingían ante todos, mi madre y padre llegaron a hacerlo, fingían ser una familia feliz ante todo el mundo pero en realidad todos estaban rotos.
Llego el anochecer y me recosté en aquella pequeña cama que comenzaba a odiar, hoy estaba solo pero mi cuerpo aun temblaba cada noche antes de dormir ¿porque esos sujetos me hacían eso?
"Guarda silencio"
Mis padres me habían hablado sobre los fantasmas y demonios que existían para llevarse a los niños que estaban sucios, ese recuerdo pasaba ocasionalmente por mi mente y me daba escalofríos. Cerré mis ojos con la intención de dormir, pero un pequeño ruido hizo que los abriera poco a poco, en mi ventana se veía una sombra entrar por ella, seguida por otra, me levante de golpe al verlos, pronto fueron mas de cinco.
-shh, guarda silencio y todo estará bien-una de aquellas sombras se acerco sonriendo
"vienen por mi"
Tenia miedo y quería gritar por ayuda, pero aquellas reglas que se me habían impuesto y lo que pasaba cuando no las cumplía hicieron que me paralizara en mi propia cama. Uno de aquellos me tomo sacándome fuera.
Gritos, disparos, eran demasiados los sonidos de aquella oscura noche, pero aun así sentía como alguien dentro mio saco en mi rostro una sonrisa.
Desperté en un automovil, estaba algo confundido por lo pasado anteriormente, dos sujetos estaban sentados en la parte delantera con un teléfono.
-si! tenemos a ese niño que tanto le gusto Ren-sama, ahora mismo se lo llevaremos-el sujeto sonrió de una manera horrible-espero esa jugosa paga suya-
Lo sabia, solo era una mercancía para vender.
"La puerta"
mire aquella puerta del automovil, estaba abierta frente a mi, esa pequeña chispa de valor se encendió dentro mio.
A veces las decisiones tomadas sin pensar, pueden ser las mejores decisiones.
Di un salto saliendo del automovil mientras corría con todas mis fuerzas. ¿donde estaba?.
-Hey niño!-
atrás mio gritaban, pero no pararía de correr, tenia miedo de volver a ser atrapado, de ser vendido y que me pasara de nuevo lo mismo.
El cansancio comenzaba a ser notorio, mi cuerpo no resistiría correr mas tiempo y aquellos sujetos me alcanzarían en cualquier momento, me tire al suelo llorando sin parar, lloraba como lo que era, un niño pequeño. Solo quiero una oportunidad para ser feliz, para sonreír de nuevo, para poder ser amado y amar.
-¿!Donde esta el mocoso¡?-
Ellos estaban cerca, este seria de nuevo mi fin, mi cabeza volteo hacia un lado, ¿una guardería?
Risas, llantos, había muchos niños ¿que es este sitio tan alegre? Sin pensarlo, tome las fuerzas que me quedaban entrando dentro del edificio, corriendo hacia un salón de clases y entrando a la fuerza, todos dentro me miraron sorprendidos, una mujer que parecía amable y varios niños. Uno de aquellos niños se acerco a mi sorprendido.
-oh~ mira que sucio esta, hey ven aominecchi!-dijo el chico mirando al fondo del salón-este niño es extraño-
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Invisible (kuroko no basket)
Hayran KurguKuroko fue vendido por su familia cuando tenia solo cinco años de edad a unos prestamistas, no entendía nada, pero lograba sentir odio hacia todos los que conocía. ¿lograra conocer a alguien quien le muestre que es la amabilidad?